ENTORNOS, Vol. 31, No. 1, Junio 2018

Presentación




Juan Camilo Puentes Castro
Juanpuentescastro@gmail.com [Link]



Este texto de presentación al dossier Argentina no puede comenzar por otro asunto que agradeciendo al Maestro Miguel Ángel Mahecha por la invitación a colaborar en esta publicación que hoy se hace realidad (no sé cómo). Esta edición de la Revista ENTORNOS es para mí la punta de lanza de un proyecto académico que comenzó gracias a la Universidad Surcolombiana, quien además de dar el pan para la mesa de mi casa los últimos 20 años (tiempo hará que mi padre labura en el alma mater como empleado de servicios generales) también me abrió las puertas al mundo académico1 cuando por allá hace casi una década me permitió ingresar a pregrado y que luego me haría el camino más fácil-difícil al otorgarme una beca para estudios de maestría; siendo este camino académico la materialización del sueño de aquellos quienes en 1968 soñaron con que la región Surcolombiana tuviera una universidad con sede en Neiva (Huila), en esa medida esta edición no es sino el resultado de un proceso Histórico2, que hoy permite mi amigo y guía editor de esta revista.

Participo de esta edición por que las circunstancias me han obligado a autoimponerme un exilio voluntario en la República Argentina. Son varias las razones de este, una tiene que ver con la dificultad encontrada en la región para poder edificar a largo plazo un proyecto intelectual, siguiendo a Castellanos (2011) la doble condición de miseria a la que es sometida la juventud pesó en mi desarrollo académico, intelectual y profesional, Neiva es una ciudad que no te abre las puertas por los méritos que has hecho (en realidad en ningún lugar, por lo corroborado) y mal parafraseando a Andrés Caicedo, es una ciudad que espera (de ahí la idea de Neiva como remanso de paz) pero que no le abre las puertas a los desesperados, por el contrario hay que saber a quién acercarse, a quienes se les hace la venia (¿Cuánto debe arrodillarse un ser humano para lograr subsistir en esta ciudad parroquial?), y en esa medida fue recurrente el argumento de la juventud para sacarme de muchos de los espacios de participación académica, sobre todo en la Universidad Surcolombiana que definitivamente hoy, a pesar de la acreditación de alta calidad (motivo de festejo), no representa esos ideales por los que se creó y que en otro momento fue representado por eso que los jóvenes en Córdoba (Arg.) soñaron para la institución universitaria: un centro de libre pensamiento, capaz de ser el lugar donde se construyen lo cimientos de la organización social y en donde no se reproduzcan los mismos estigmas de todos los días, por el contrario la educación como mercancía impera en cada aula. Esta es entonces otra historia que se repite: un alguien queriendo soñar con un recorrido académico e intelectual pero que debe salir de la región a buscar lo que allí no encontró, en otro momento fueron los curas los que sacaron a Rivera, hoy son las pocas posibilidades las que nos obligan a desplazarnos3, con ganas de volver a la región para aportar (esperemos así sea), pero con la clara realidad de que eso no va a ser posible, y es ahí que como egresado entiendo que algo no funciona bien (¿?).

Sin embargo, siguiendo a Sartre (1952) “lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que nosotros hacemos de nosotros mismos con eso que han hecho de nosotros”, y es que cuando uno se hace migrante4 no solo hay que lidiar con lo económico, también se habla de una reconfiguración de lo personal (emocional), el re-organizar todos los cimientos, el dejar sus círculos afectivos es quizá lo más complicado. Pero volviendo a Sartre esas son las condiciones en las que tocó habitar el mundo (complejo de ante mano) y es la capacidad de re-hacer todo esto, de usarlo como condición de enunciación para poder re-interpretar estas condiciones y edificar lo futuro, la toma de conciencia es entonces un imperativo categórico para la subsistencia y la existencia. Es de ahí que estas condiciones adversas son el campo de cultivo para la generación de ideas, Sartre (1952) y su voz guía vuelven a mí: “No se trata de saber si la Historia tiene un sentido y si nos dignamos a participar en ella: puesto que estamos metidos hasta el cuello, debemos tratar de darle un sentido, el que nos parezca mejor, prestando nuestra colaboración, por pobre que sea, a todas las acciones concretas que la necesiten”; es en ese primer plano en el que surge esta colaboración a la Revista ENTORNOS que consistió en usarla como apoyo para poder golpear puertas en Buenos Aires, esta ciudad de la furia (que es más furiosa de lo que Cerati dice en la canción), pues mi llegada aquí no cuenta con ningún apoyo institucional5 y es la bondad de Miguel Ángel (como lo ha hecho a lo largo de este proceso académico) la que me ha permitido seguir creyendo en que este camino, el de la academia como forma de vida, es viable y posible (aunque no parezca) para un provincial.

Y es que esta sensación no es propia de lo personal, es una condición generalizada de nuestro tiempo, Giorgio Agamben lo acuña como Estado de Excepción y cómo no sentir en este momento histórico que vivimos al filo del tiempo, que parece que se nos acaban las posibilidades de hacer y construir un mejor futuro para la humanidad. Eso que en mí aparece como sensación es una condición propia del pueblo latinoamericano que al ver la coyuntura socio-histórica siente decaer la idea del desarrollo y de la historia como un avance in crescendo horizontal (como los docentes de historia conciben el tiempo desde occidente), pensando que el mañana, solo por ser el mañana, va a ser mejor que el presente. Y es que ejemplos hay por montones en todas las naciones de América Latina: en Colombia la situación no es para nada fácil pues la polarización política, un proceso de paz en emergencia, el asesinato sistemático de líderes sociales, la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la ignorancia… En la Argentina el fin del kirchnerismo, el ascenso de Macri y del Pro al poder, su visión de desarrollo lejos una política social, abierta al neoliberalismo y el apoyo a la inversión privada, el proceso de desestatalización, el acuerdo con el FMI, los despidos masivos, la miseria, el hambre… en Brasil la persecución a Lula y Dilma Rousseff; la diáspora venezolana que inunda el continente por culpa de las infinitas malas decisiones de Maduro (precedido de Chávez), entre otras muchos casos particulares como en Ecuador, Guatemala, El salvador, México, Estados Unidos, Perú, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Chile; y el fin de una izquierda que pudo materializar la posibilidad de re-hacer la realidad de este continente, pero que no pudo responder a las complejidades de su tiempo y que perdió una oportunidad histórica en pro de la justicia social y que abre las puertas al capitalismo más crudo y violento, vislumbrando un futuro complejo para este pueblo sin piernas pero que camina, que usa al futbol (bello deporte) como un canalizador de todas esas afecciones de la realidad que allí parecen resarcidas por noventa minutos, donde podemos soñar ser mejores, pero que al finalizar la contienda nos obligan volver a esta realidad que nos desborda en dolor y sufrimiento para la inmensa mayoría de la población, que inundada en alcohol prefiere quitar la cara de los problemas de la cotidianidad.

Frente a esa compleja situación, ese fin de los tiempos, ese apocalipsis inevitable… ¿Qué nos queda? ¿Qué hacer? ¿Cómo no sumirse en la tristeza profunda? ¿Cómo no llegar al suicidio como forma de evitar el sufrimiento? Apoyados en lo dicho aquí por Sartre hay que tratar de darle un sentido, y no hay otra forma de darle otro sentido al ya impuesto que la resistencia, Aníbal Quijano6 y sus esbozos para una epistemología decolonial no lo plantea así: “La resistencia mundial ya comenzada implica, o puede implicar la reconstitución de un imaginario crítico, la reconstitución de otro horizonte de futuro, diferente del que se ha extinguido. Aún no está con nitidez a la vista ese probable horizonte nuevo. Pero si la resistencia no es aplastada pronto y del todo, esa será una indicación de que hay, de todos modos, un horizonte de futuro en plena constitución” (Quijano, 2001b: 17). Y es ahí donde lo personal y social tienen los mismos visos, la resistencia personal y la resistencia como pueblos latinoamericanos es definitivamente la única forma de no perecer en estas desoladas tierras, y para eso es necesario el diálogo, esa categoría tan relevante en la obra Bajtín, conversar es la única forma que tenemos para poder hacerle frente a estos difíciles tiempos, para reconocernos en la palabra del otro y alimentarnos, no podemos seguir condenados a estas soledades a las que estamos sometidos todos los días, en una sociedad hipermeditizada e hiperinformada pero que aún no sabe qué hacer con eso, razón por la que no hay mejor síntoma de nuestro tiempo que las fake news y la mal llamada posverdad.

Esta es, teleológicamente, la razón última de este número: emprender un recorrido para aprehender del otro, no porque uno de los dos este mejor o peor (de ahí el vuelco al relativismo cultural), sino porque podemos aprender mutuamente para saber que no estamos solos, para saber que al otro ya le ha pasado algo semejante a mí. De ahí la necesidad de agradecerle a los autores que enviaron sus aportes para este número, que confiaron en mí para hacer eco de sus voces (unas más fuertes que otras) en la tierra del olvido. Cada uno de estos textos hace un recorrido por diferentes temas relevantes para la Argentina, partiendo del Manifiesto Liminar y su centenario, tema que inicialmente convocó este número por su importancia histórica y sobre todo por ser un documento iluminador para las tareas que debe encaminar la universidad en américa latina (y que en la USCO parecen tan lejos) y como ejemplo de una juventud rebelde que al igual que en otros momentos históricos tomó las banderas de la rebeldía para re-hacer la realidad, es por eso que el dossier se abre con la reproducción total del manifiesto Liminar y con el decreto expedido por el Gobierno argentino declarando el año 2018 como año del Centenario del Manifiesto Liminar.

Para interpretar este documento hay dos textos que se acercan desde dos vías diferentes: lo pedagógico, en el texto de María Galindo (Venezuela) titulado El Manifiesto Liminar y su vigencia en la realidad latinoamericana en donde hace un recorrido a partir de las implicación en el momento de la publicación del manifiesto y sus implicaciones en la actualidad desde la tarea de Universidad como institución; y El Análisis del Discurso Francés en su versión más depurada en la Argentina, escrito por la Dr. Graciana Vásquez Villanueva titulado A 100 años de La Reforma Universitaria Argentina: memorias discursivas, discurso fundador y propuestas pendientes que luego de superar muchos impases personales pudo enviarnos una magistral muestra de lo que ésta (compleja) disciplina puede hacer y aportar, tomando como texto de análisis el manifiesto y realizando una lectura desde los estudios éticopolíticos de los discursos, guiados por Michel Foucault7.

Sin embargo, este primer tema sirvió de punto de entrada a esas otras preguntas que lo argento ha trasegado y aún hoy sigue construyendo; partiendo de disciplinas como la literatura, pensada desde dos escritores clásicos que siempre tendrán que decirnos en el presente, uno es Ernesto Sábato de quien reproducimos el ensayo: Pacto entre derrotados en donde queda evidenciado las formas de hacer frente a estos tiempos complejos y qué nos queda por hacer; luego está el texto del profesor español Miguel Herráez quien participa en este número con un opúsculo sobre Cortázar titulado ¿De dónde es Julio Cortázar? Donde se pregunta por lo argentino en Cortázar ¿Qué tan argentino es? Llegando a ese problema de la identidad nacional de esta república muy europea para ser latinoamericana y muy latinoamericana para ser Europea y sus diversas influencias migratorias que hacen de este un territorio complejo, como todo lo bello. Luego aparecerá una entrevista hecha por Marcelo Cohen8 titulada La narración como inminencia del cierre. Conversación con Ricardo Piglia en donde reflexionan, en un dialogo magistral, sobre los finales en la literatura y el fin de un texto, preguntas que han realizado los escritores argentinos posteriores a los grandes nombres del canon argentino.

Desde la historia y su revisión recibimos el aporte de Esteban Chiaradía quien hace una reevaluación historiográfica de las causas de la guerra de la Triple Alianza, momento cumbre para esta parte de Sur América; en su texto El debate historiográfico sobre la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), la implicancia británica y la cuestión algodonera en el marco de la gestación del Estado nacional argentino; el aporte de Jazmín Macarí & María Candela Ruíz quienes presentan en su texto Heroínas de la Guerra de las Malvinas una nueva perspectiva de la guerra del año 1982, en donde hacen evidente y relevante el papel de las mujeres en la guerra a partir de las historias de vida, es significativo el artículo porque abre nuevas formas de aproximarse a los hechos históricos pues no solo lo limita a los hechos de violencia sino también es necesario pensar esa historia propia lo que ocurre tras bambalinas que es tan relevante para tener un percepción global, y acuñando un estudio académico a esa frase que se encuentra en muchas paredes de Buenos Aires: ser ama de casa es trabajo no remunerado.

Luego desde el análisis del discurso y la psicología Maité Delfina Lluch en el texto Poéticas de la memoria: de “lo histórico” a la “historización” nos presenta los avances de una nueva metodología que busca trabajar la memoria desde poemas escritos por familiares de víctimas de la dictadura militar como forma de resarcir el dolor, trabajo que a nosotros como colombianos nos vendría bien revisar con lupa, en la medida que si hay causas de la desarticulación nacional colombiana esa es definitivamente una forma de recomponer ese tejido emocional desde el arte; Marina Cardelli hace un aporte significativo en el texto La reacción conservadora. Algunas preguntas teóricas en torno al debate sobre el plural del español y la aparición de la “e” como práctica de lenguaje inclusivo en Argentina, tomando como lugar de enunciación la glotopolítica reflexiona sobre el uso de nuevas formas de expresión que vienen acuñando les pibes en el marco de la lucha del feminismo9, la búsqueda del aborto legal y sobre todo le reivindicación de la construcción de la sexualidad sacándolo del binomio al que ha sido sometido por el patriarcado occidental, lucha que se ha vuelto faro iluminador de nuevos procesos de resistencia y de hacer tangible la trasformación social desde las luchas pacíficas, abriendo todo un debate que hoy es ejemplo para todos los procesos de movilización social en el mundo, en esta línea y para celebrar este hecho, la portada de la revista es una fotografía de la jornada de vigilia que dio como resultado la media sanción al proyecto de ley para la legalización del aborto, el 8 de agosto sabremos (y al momento que esta edición llegue a manos de algún lector esperamos que así sea) si es aprobada completamente la ley.

Para redondear los aportes desde la argentina a la revista, el trabajo de fotografía que se puede ver en las separatas es realizado por quienes se han convertido en mi familia aquí, los amigos que en medio de esta selva nos encontramos por casualidad y que hoy son mi píldora contra esta soledad que a veces no permite siquiera levantarse de la cama, ellos son: Paulina Yañez Vargas de Colombia, otra exiliada más; Erick Ferrada de Argentina quien me ha enseñado a caminar Buenos Aires acompañado de Spinetta y Charlie García; (Briel) Gabriel Blanco de Venezuela; Patricio Estroz de Argentina; estas fotos buscan presentar la cotidianidad de una ciudad cosmopolita como Buenos Aires acompañados de una serie de versos escritos por Maité Iluch de Argentina y por su servidor, que buscan siguiendo la propuesta de Roland Barthes y desarrollada por el gen argen-mex de Teresa Carbó, donde se propone condicionar la mirada desde lo poético para permitir otras vías de entrada a lo visual –poético.

Es entonces este el marco desde donde fue fraguada este dossier, un recorrido que se convierte en un soplo de vida en medio de la tormenta, una forma de aportar a ese re-hacer lo ya establecido y soñar con la posibilidad de una vida mejor (como individuos y comunidades), esta es entonces la labor de científico, no solo pensada en los fines del mercado sino pensada como acción social y la necesidad de hacer uso de ese “derecho [deber] a participar en la arena pública y discutir los problemas generales que afectan a la sociedad en el nombre de los valores universales que se producen en el interior de los ámbitos más autónomos del campo cultural” (1996) y no solo disfrutar de sus sueldos, imponer sus normas en clase y vivir la vida como el común de los ciudadanos, hay algo más en esta vocación (que no profesión) que exige la reflexión en profundidad de lo que compone la materia significante que teje el día a día.

Referencias bibliográficas

Universidad Surcolombiana (2018). Historia de la Universidad Surcolombiana. En: https://www.usco.edu.co/es/la-universidad/resena-historica/ [Link]

Castellanos, J. M. (2011). La condición juvenil: opciones metodológicas para la construcción de un objeto de conocimiento. Jóvenes, culturas y poderes, Bogotá: Siglo del Hombre Editores.

Caicedo, Andrés (2008). El cuento de mi vida. Bogotá: Editorial Norma.

Agamben, Giorgio (2005). Estado de excepción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora.

Quijano, Aníbal. (2001- B) El regreso del futuro y las cuestiones del conocimiento, Hueso Húmero, No. 38, Lima, abril, pp. 3-17.

Bourdieu, P. (1996), The rules of art: genesis and structure of the literary field, Cambridge, Polity Press.

Pecourt, Juan (2007). El intelectual y el campo cultural. Una variación sobre Bourdieu. Revista internacional de sociología. Vol. LXV, nº 47, mayo-agosto, 23-43.

Arias Páramo, Mariano (1980). Jean Paul Sartre vivo. El Basilisco, número 11, noviembre-diciembre.

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Una nación y un continente divididos, sin claridad, sin saber qué hacer ante lo desconocido.


1 Hay que plantear una situación atípica, debo disculparme con el lector de este texto pues el exilio se ha llevado todos mis referentes, la biblioteca como lugar donde tienes organizado una estructura del pensamiento se ha quedado en Colombia razón por la que muchas referencias vienen a mí más como experiencia de vida que como citas textuales donde poder corroborar lo dicho. García Márquez dijo alguna vez que su casa estaba donde tenía sus discos, los tiempos hoy son otros (tengo conexión a Spotify), sin embargo el camino me ha mostrado que mi casa es donde está mi biblioteca.
2 Haciendo uso de ese tiempo del termino Historia como un proceso de larga duración, en términos de Braudel.
3 Somos muchos los que tomamos esa medida, hoy solo soy uno más de esos que decidieron seguir el camino en otros lugares sic.
4 Y me siento en la posición de no llamarnos inmigrantes, por la connotación negativa que tiene. Este, que es hoy uno de los grandes problemas de la coyuntura global, suele ponernos en la más baja escala social y la categoría es usada precisamente como síntoma de la miseria.
5 Esta situación, vivida como egresado, fue sumamente desoladora, ninguna oficina en la Surcolombiana tiene estrategias de apoyo a egresados, la oficina de relaciones internacionales no presta ningún atención (además de su inveterada negligencia), las vicerrectorías hoy son virreinatos coloniales, y ni que decir de los programas y sus jefes que usan las oficinas como dependencias de sus propios proyectos personales y preocupados más por la prensa que se puedan hacer que por los procesos de impacto de la universidad (lo importante es que siempre tienen cifras de impacto de sus trabajos por las que son aplaudidos)
6 Que falleció este 2018, igual que otras grandes figuras del pensamiento crítico como M.K. Halladay y Claude Leanzmann.
7 Un nombre muy citado en los círculos universitarios argentinos, es curioso pues en algún momento ese puesto fue ocupado por Freud y el psicoanálisis, Buenos Aires se convirtió en un lugar en donde la teoría psicoanalítica dio para todo, hoy esa tarea la cumple la palabra Faucoltiana y es evidencia del cambio de enfoque y de los intereses de la argentina frente al desarrollo de la ciencia. Para entender un poco más este aspecto, sugiero la lectura del desmonte que hace Eliseo Verón del pasado positivista de Saussure y como esto deja rastros de producción en su obra, razón por la que renuncia al dual modelo saussureano y se apoya en la triada pierciana para definir el signo lingüístico.
8 Tarea que debió haber hecho la feria del libro de Bogotá, a saber: llenar las biblioteca colombianas con nuevos nombres de autores argentinos, pues fue el país invitado, pero nuevamente se hace evidente que este espacio es la pasarela de los escritores mediáticos, haciendo del libro un discurso de mercado, y no generador de una verdadera cultura del libro, que en otro tiempo nos emparentó con la argentina, no por nada la primera edición de Cien años de soledad es publicada y masificada aquí en Buenos Aires.
9 Fue lanzada recientemente la revista Amazonas, una revista de corte feminista que recibe aportes de muchos feminismo de Iberoamérica. Para visitarla ir a su página web: https://www.revistaamazonas.com/ [Link]