ASPECTOS DE LA COLONIZACION DEL CAQUETA Y LA AMAZONIA EN LOS ULTIMOS QUINCE AÑOS
Ex-Director de la Oficina cíe Planeación de la Universidad Surcolombiana
Síntesis de la ponencia presentada ante el Primer Encuentro Nacional de Investigadores de la Amazonia. Florencia, Caquéta, Noviembre 19 al 21 de 1985. CQLCIENCIAS - ICFES -UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
El Caquetá ha sido un territorio controvertido en el ámbito nacional por los fenómenos acontecidos en él; explicables todos porque son mi nifestaciones de la reciente historia nacional y un ejemplo evidente de cómo se amplía la frontera agrícola en el proceso de expansión capitalista.
Internacionalmente recibió la calificación de “V ietnam de Suramérica” y es frecuente encon-, trar cómo el Estado y los medios de comunicación, ne refieren al Caquetá indistintamente calificándolo de “territorio de guerrillas’’, de “zonas rojas” y algunos tratadistas lo denominan “zona de colonización”, “territorio de misiones”, “Proyecto del Banco Mundial”, etc.
Con el Caquetá, se inicia el ecosistema amazónico colombiano y es el rspacio geográfico que contiene los más novedosos e importantes esfuerzos realizados por el Estado para orientar los asentamientos humanos efectuados durante la coionización y/o para vincular a la vida nacional las actividades de producción establecidas en este proceso, sin que pueda asimilarse esta actividad a un verdadero “modelo de colonización”, sino más bien, a una práctica parcial de políticas agrarias Hesde 1961 (Ley 135).
Estas políticas, a la luz de los resultados obtenidos, favorecieron la expansión del latifundio y la ganadería extensiva, y generaron una preocupante subutilización de la tierra y de la mano de obra, que nuevamente es empujada hacia espacios libres de la selva, y cada vez en peores condiciones de vida. El papel del colono ha quedado reducido al de ser la fuerza de trabajo que desmonta la selva, con una reto muneración bajísima que no compensa los enormes esfuerzos realizados por él y su familia
y a unos costos sociales supremamente altos, puesto que psí.p recurso no está vinculado a sector productivo alguno y por lo tanto no contribuye a revalori/.ar el capital invertido en ellos: el colono es fuerza de trabajo, marginada físicamente del mercado laboral.
Debido a que entre los campesinos migrantes no es posible encontrar la mentalidad empresarial que se requiere para el desarrollo competitivo y que es su deseo escapar de la competencia, ser propietarios de tierra y vivir pacíficamente en una economía de mínimos niveles de acumulación, es evidente que los colonos han desarrollado otras formas de subsistencia económica, política y social, distintas a las legitimadas por el Estado y cuya existencia divide al Estado Nacional y preocupa seriamente a los distintos grupos de poder, quienes desde el (mbierno impulsan mecanismos de articulación política y económica de estas áreas.
El tema de colonización y el papel que ha jugado dentro del proceso de desarrollo capitalista en general y dentro del capitalismo dependiente en particular, se debe estudiar como un producto de los cambios estructurales que éste reviste en su dinámica de expansión y consolidación.
Más exactamente, como una ampliación de las relaciones fundamentales de producción o dei mercado interior, proceso mediante el cual las migraciones que siguen a los movimientos y ciclos de recomposición del capital, han dado origen a diversos procesos de colonización de áreas geográficas que aún no habían sido apro vechadas económicamente por el hombre o por el sistema:
Colonización mediante transformación del paisaje natural en una economía abierta al mercado interior y vinculada produrtrvamente a distintos sectores económicos de la sociedad. Reproduce las relaciones sociales de producción vigentes en el interior de la frontera agrícola.
—Colonización mediante transformación del paisaje natural o integración del hombre al medio. Reproduce las relaciones de producción que prevalecían en su lugar de origen.
Estos dos tipos de colonización obedecen a una acción voluntaria del migrante, y a un cuiso natural de la expansión capitalista.
Una tercera forma de colonización sucede cuando los agentes activos del proceso actúan presionados por factores de desarrollo (industrialización y concentración de la propiedad territorial) ocasionando conflictos violentos entre sectores sociales del campo: lucha por la tierra, expoliación, pauperización campesina, etc. Los campesinos y sectores sociales expoliados por la dinámica, migran hacia espacios donde pueden recuperar su identidad de clase y eludir la proletarizacion consecuente en los principales centros urbanos de producción y consumo. La colonización en este caso se produce como una invasión de la marginalidad a nuevas áreas geográficas.
Evidentemente, en el caso Caquetá. encontramos estos tipos de colonización bien diferenciados.
Característicamente, a medida que avanza el presente siglo, desde sus comienzos, los motivos para migrar se agravan y matizan por los efectos del conflicto social en el interior del país y en su expresión más económica posible.
cuales son, los conflictos violentos sobre la propiedad de la tierra, recurrentes a esa dicotomía: latifundio-pequeña propiedad parcelaria. Esta evidencia nos lleva a plantear la necesaria revaluación de la categoría “colonización expontánea”, que nos parece, es insuficiente para calificar el contenido político y especial de la colonización de la Amazonia de los últimos anos. Indudablemente que el colono asen- V tado en Territorios Nacionales está tejos de ser el campesino tradicional y formal, domesticado, que se incluye en la red de alcance del mercado interior. El colono debe ubicarse en una escala hisiórico-social superior, precisamente por ser él, el receptor directo de las contradicciones internas de nuestra formación social y económica, que han matizado su conciencia de un tinte ideológico y lo han despertado a la realidad política y económica del país, hecho este que lo ha obligado a manifestarse organizativamente desde entonces como mecanismo de autodefensa: la lucha armada, los paros campe- ^ sinos, las tomas de tierra en el campo y en ia ciudad, las comunas campesinas, etc.
DESCRIPCION DE LOS ASENTAMIENTOS RECIENTES EN UNA ZONA DE COLONIZACION
Haremos el análisis sobre la base de nuestros conocimientos inmediatos y cercanos, adquiridos en los trabajos de campo realizados durante los míos de 1979 y 1980 en las regiones del Medio y Bajo Caguán, y de la historia oral y v escrita recopilada en tal sentido. V
En el transcurrir de la colonización que se
desplaza al ritmo de los flujos migratorios y de los obstáculos que pueda encontrar la fuerza de trabajo en su recorrido (en el sentido económico y político de una formación social que se está construyendo), tos colonos atraviesan por tres fases históricas de lucha contra el medio, hasta el asentamiento definitivo. Esta clasificación metodológica y real que descubrimos, nos permitirá ¡legar mejor al estudio de la colonización sucedida en la Amazonia en los últimos años y que, sin duda, ha sido una constante a lo largo de ella: una colonización realizada sobre asentamientos precarios, separados por grandes distancias, desprotegidos por el Estado y exentos de toda circulación monetaria, más bien empapados por la dinámica recomposición-descomposición del campesinado que califica definitivamente su naturaleza.
ETAPA I: 0 punta de colonización, por ser siempre el primer contacta del colono con el espacio geográfico inhabilitado y selvático.
Los campesinos expulsados de su sociedad originaria se transforman en colonos cuando llegan a la punta desporvistos de todo recurso económico o material más allá del hacha y del machete, y comienzan la lucha contra el medio. Ayudados con los pocos préstamos en especie que le ha facilitado otro colono compañero de tarea —en cuya casa descarga su familia mientras abre el claro--, con la cacería completa su sobrevivencia. Luego quema (equivalente de tais barata) y sobre esta tierra virgen planta maiz, arroz, yuca, plátano, con el propósito de sacar dos cosechas' La intensidad del trabajo en esta primera etapa depende de los alimentos que pueda conseguir prestados o por sí mismo, lo que limita y reduce el trabajo realmente productivo en la semana'.
En esta etapa det proceso de asentamiento, el hombre franco de toda investidura de clase se encadena al complejo sistema ecológico que lo convierte en un nativo más de la manigua y lo obliga a desarrollar otras formas de supervivencia colectiva, mientras logra un asentamiento relativamente estable, a fuerza de trabajo no remunerado. Puede entenderse que su conciencia individualista queda olvidada en esta etapa.
El primer intento de asentamiento es una aventura de la cual el colono no conce el final. Muchos de ellos desaparecen con su equipo (perro, escopeta, hacha, machete, sal y panela) sin volver a saberse nada de su suerte. Las epidemias, enfermedades, animales y plagas de la selva son constantes depredadores!}.
Esta primera contienda seleccionará al verdadero colono de vocación agrícola y desanimará a] simple aventurero que pensará en el enriquecimiento fácil. El objetivo principal del intento consiste en lograr finalmente una base de subsis tencia en cultivos como plátano, maíz y yuca que además le permiten alimentar algunos animales como cerdos, gallinas, etc.
ETAPA II: Conseguidos los medios de subsistencia asegura precariamente la vivienda y mínimos niveles de alimentación, que le permiten reproducir su fuerza de trabajo y la de su familia, en espera de obtener los recursos necesarios para transformar sus predios con pastos de ganadería incipiente. Sin embargo, el trabajo de la familia del colono no hace posible la acumulación mínima para comprar el alambre, cercar su propiedad y posteriormente recurrir a una entidad de fomento. El producido dé su actividad resulta antieconómico puesto que el flete y el costo de la producción son superiores al precio que ofrecen los comerciantes en el centro de mercadeo más cercano, por ejemplo en Cartagena del Chairá o en los distintos puertos a lo largo del Río Caguán. Por esta circunstancia no podemos calificar esta segunda etapa de una economía campesina típica con sistema de precios de oferta definidos y regulares. La región del Medio y Bajo Caguán no está vinculada al mercado de insumos agrícolas (fertilizantes, fungicidas, etc); ni a un sistema de créditos funcionales; el colono en esta etapa no puede programar su actividad campesina con mira a realizar una acumulación y capitalizar. Mientras tanto, dada la trasitoriedad de esta etapa, el colono mediante su asentamiento fincado sobre los cultivos transitorios: arroz y maíz, entremzclados, de los cuales logrará dos
o tres buenas cosechas mientras se agota la tierra, o "jornaliando” para completar sus in^te-sos y entonces se definirá su suerte. La precariedad del asentamiento en esta etapa no imposibilita tratar su actividad principal como de economía campesina (acumulativa) o de mercado, porque su estabilidad depende de los créditos de su real asentamiento (títulos de propiedad, etc.), o de la decisión que tome el colono de avanzar en la dinámica de descomposición; vuelta atrás como aralariado o internarse en la selva y continuar con la descomposición.
Esta etapa II, es un punto intermedio entre la aventura (etapa I) y la radicación definitiva (etapa III). Son cuatro años de prueba del colono, pasados esos cuatro años:
A. Esta obligado a vender (devolver o internarse más);
B. Se mantiene en la subsistencia precaria, combinando su trabajo en la parcela con los jornales en otras fincas; o,
C. Se vincula a una entidad de crédito que justifique y prometa el asentamiento,
La propiedad transitoria sobre la tierra se convierte en un equivalente del salario de subsistencia.
ETAPA ID: La experiencia histórica del Caquéta y el espesor de la capa vegetal (10 cm en promedio) han demostrado que la “vocación de la tierra amazónica’* es la ganadería, de ahí que el asentamiento real y definitivo depende de que el colono logre legalizar su propiedad y se convierta en ganadero ya sea financiado o por sus cosechas o su propio trabajo, asunto difícil por las largas distancias que separan una zona como la de Santa Fé del Caguán de la economía monetaria y de mercado; por
los medios de comunicación insuficientes y la falta de asistencia técnica continuada' , e incluso por la ausencia de sistemas de comercialización adaptados a las condiciones reales de la región*.
La característica de provisoriedad que acompaña las primeras fases de la colonización se reflejan con claridad en la ausencia de las principales categorías de la economía capitalista asi como de las categorías de la economía campesina.
Notamos una carencia total de capital como tal (maquinaria, tecnología, etc), la valorización de las tierras está dada por el número de brazos disponibles para implantar la base de sobrevivencia y del trabajo latente allí: son tierras subitilizadas al servicio de la subsistencia sin ninguna racionalidad capitalista. La lejanía del mercado deforma la verdadera noción del valor de las tierras y existe una continua distorisión de la evaluación de su propio trabajo, más bien su valor depende del precio ofrecido por los posibles compradores, aunque hacia mucho tiempo que no se realizaban negocios sobre tierras en la zona encuesta-da.
La presencia del crédito es más una esperanza que una realidad. No obstante la presencia del SENA, solo tres familias solicitaron y obtuvieron préstamos asociativp ($540.000.oo en total, a diciembre de 1979)'.
La desvinculación del mercado también se refleja en la ausencia de trabajo asalariado, las prestaciones de trabajo se intercambian más en la perspectiva del trueque que como compraventa del factor. El único finquero que pagaba jornales con una cierta regularidad podía hacerlo porque era dueita de otra finca en el Paujil que le proporcionaba ingresos invertibles.
En lo referente a la economía campesina productora de bienes-salario, la región encues-tada presentaba una ausencia de producción para el mercado externo, más bien un deficitario aprovechamiento de los cultivos utilizados en la alimentación de pocas aves y cerdos. El costo de flete de los eventuales productos locales igualaba al precio de tal producto en el mercado o lo superaba. Todos los productos agrícolas de la zona se cultivaban en la perspectiva del auto-consumo debido a que las tentativas hechas por ellos fracasaron. Uno de los entrevistados afirmó haber recogido 120 cargas entre arroz, maíz y después de realizar ‘a venta sólo haber ganado $5,oo por carga, descontados los jornales, sin incluir el trabajo del mismo campesino, ni el tratamiento de semilla.
La región no tenía constituido un sistema de precios regúlales con los cuales se presentara al mercado recurriéndose a éste solamente bajo la coacción de circunstancias extraeconómicas graves como enfermedades, etc. Los pocos ingresos monetarios regulares por nosotros constatados provenían de la venta de pieles que por su carácter de clandestinidad y bajo el régimen de militarización, actualmente vigente, corre el riesgo de desaparecer (prohibida la circulación de armas y municiones). No nos extraña que estas gentes se vieran volcadas a buscar cultivos más rentables para adquirir ingresos clandestinamente, por ejemplo, el de la marihuana o la coca.
No se trata entonces de una economía campesina integrada al sistema nacional de salarios, precisamente por tener bajos costos de producción y que de acuerdo con las políticas exigidas por el sector industrial colombiano e internacional (materializadas en la propuesta y acciones del Banco Mundial), no está cumpliendo tales objetivos. Se trata de un proceso transitoro, temporal, cuya velocidad en términos de recomposición-descomposición está por probarse.
Tenemos que establecer una distinción en
cuanto a rentabilidad de la tierra se refiere: la localización geográfica de las parcelas respecto ^ a las principales vías de acceso determinan mejores perspectivas y condiciones para el crédito, producción, cría de ganado, etc, es decir, de vinculación al mercado, cosa que no ocurre en las inmediciones de Cartagena del Chair*. y Santa Fe del Caguan. Encontramos colonos que por falta de dinero para desplazarse a Florencia a negociar los créditos con entidades de fomento habían perdido la opción. Solicitaron la primera vez y ante la ¡mpobilidad de regresar no pudieron verificar la suerte corrida por la solicitud.
La falta de interés y de una política concreta de las entidades crediticias respecto a este problema nos hace sospechar que en realidad, la coyuntura internacional de los precios no justifica las inversiones necesarias para el desarrollo capitalista de estas zonas, además, de que dichas entidades exigen un determinado grado de organización legal e infraestructura para otorgar el cfedito, situación de encontrar en la Etapa I y en muy pocos casos en la Etapa II del asentamiento. En realidad estos hombres nose encuentran abandonados y olvidados al azar y la aventura. Muy probablemente se les debe considerar como una despensa de mano de obra altamente politizada y organizada militarmente, que no están dispuestos a correr los riesgos de la reciente Reforma Agraria.
La caracterización de estas tres etapas nos permite separar el aspecto puramente dinámico V de la fuerza de trabajo excedente en su desplazamiento histórico, de la acción parcial del Estado concretada en las instituciones de fomento y de la colonización, ya sea la “dirigida” y la orientada". Esta última categoría es la precisa para calificar los más recientes intentos del estado (1977 en adelante) por “colonizar” a los pobladores colonos después del fracaso de la reforma agraria en el Caquetá (Caja Agraria, Incora) y que han ceñido precisamente su estrategia de acción sobre la etapa II del asentamiento.
Un estudio comparativo de la rentabilidad de cultivos tradicionales como el maíz, plátano y caña de azúcar con el de la coca, nos muestra ^ por qué no existe otra alternativa económica entre los colonos: una hectárea sembrada en coca genera ingresos anuales hasta de dos millo nes de pesos, mientras que una hectárea de caña de azúcar apenas cien mil pesos. Esta es la problemática actual: el Estado se agota allí como también la legitimación de las relaciones de producción y de poder político que sustenta, instaurándose a cambio, otras de autogestión, fortalecidas por la economía de la COCa.
En síntesis: después de 1975 se diferencian perfectamente dos áreas de colonización en el Caquetá: la una, del Piedemonte, cobijada por el mercado interior y la frontera agrícola, y la otra, que desde el punto de vista del proyecto ideológico nacional se constituye en una eviden
cia alarmante.
El estado ante estas circunstancias ha cambiado su estrategia de Reforma Agraria y desde 1978 ejecutó intentos nuevos por integrar estas zonas marginales a la vida nacional, puestos en marcha en una acción simultánea por dos instituciones: una corte “académico”-SENA y otra acción directa -Comando Unitario del Sur-CUS— de las fuerzas militares.
Las dos instituciones actuaron como punta de lanza en dichas zonas, es decir, adelantaron sus proyectos y en torno a ellos trabajaran ei resto de entidades de fomento, de asistencia técnica y de reforma agraria: INCORA, Caja Agraria, Fondo Ganadera, INDERENA, IDEMA. ICA, pero tenían un punto en común, a diferencia de los intentos anteriores de dirigir la colonización con estímulos de tipo económico y social que fracasaron, estas entidades lo realizaban estratégicamente:
—El SENA-Caquetá en un plan de “acción educativa" inició el proyecto “Desarrollo Social y Empresarial del Colono” con acción sobre el medio y bajo Caguan.
—El CUS — “Proyecto de colonización dirigida: La Tagua - Puerto Leguízamo. Abarcó una extensión de 121.800 hectáreas y está basado en un esquema de asentamientos militares dirigidos, con el propósito de retornar al campo soldados de origen campesino, mediante la cesión de tierras, apoyo económico y técnico, y conseguir su “vinculación efectiva a la economía nacional”. Es una estragia de recuperación de fronteras.
NOTAS
1 Por las condiciones del suela amazónico, en la tierra ya cultivada no se puede sembrar sino pastos.
2 Una familia de colonos -en promedio - puede desmontar de 3 a 5 hectáreas por año en esas condiciones.
3 Experiencias recopiladas por los colonos entrevistados.
4 La yuca de siembra durante dos años seguidos y el plátano de dos a cinco años, sin que el suelo de señales de agotamiento.
5 “El Incora realiza visitas a la zona cada cuatro meses pero no da asistencia técnica", expresaron algunos colonos entevistados.
6 Los hatos de mayor número que encontramos eran 30 unidades y muchos de 10 a 12 cabezas. Una pequeña ganadería de subsistencia receptora de los excedentes de ganado de baja calidad que no fueron puestos en el mercado por las ganaderías mayores y de cuya realización se encarga el INCORA y el Fondo Ganadero, En este sentido, las pequeñas y pocas parcelas de colonización vinculadas a los programas de crédito ganadero estar al servicio de la Hacienda Ganadera.
7 Informe del Director del SENA Caquetá, diciembre de 1979.
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