LOS "IGUAZOS" PROLETARIADO AGRICOLA EN LA AGRICULTURA COMERCIAL

NORBERTO INSUASTY PLAZA

Director deI Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico -CIDEC-

Entre 1979 y 1980, e] autor tuvo oportunidad de profundizar en e] análisis de las relaciones sociales de clase más significativas al interior de la agricultura comercial vallecaucana.

Fruto de dicho trabajo es el informe “Los ‘Iguazos’: Proletariado agrícola en el Valle del Cauca”, en donde se describen y analizan las relaciones establecidas entre los principales actores sociales que configuran la agricultura comercial más modernizada del país a saber: los empresarios agrícolas, los trabajadores asalariados temporeros apodados “Iguazos”1, el capital industrial transformador de materias primas agrícolas, y el Estado como agente de intervención legítima en el engranaje de dichas relaciones, en especial, a través de lo que podría denominarse su “política” agro-industrial.

Con el trabajo mencionado se intentó poner en el primer plano de la preocupación investiga-tiva ia temática de las clases sociales en América Latina, tal como fue sugerida por prestigiosos exponen tes de la sociología en e! seminario de

Merida, auspiciado por la Universidad Autónoma de México en 19712.

Los interrogantes básicos que entretejen la preocupación de fondo de la investigación plantean problemas de tipo teórico y organizativo con relación a las conceptualizaciones ortodoxas acerca del proletariado agrícola, considerado tradicionalmente como bastión importante de la denominada descomposición del campesinado. como la alternativa más radical frente a pequeños y medianos campesinos individualistas aferrados a la tierra.

¿Cómo caracterizar, entonces, cuantitativa y cualitativamente al proletariado agrícola en una zona de alta penetración de capital como es el Valle del Cauca? ¿Pueden los “Iguazos”, por su naturaleza heterogénea socio-cultural y de hibridación urbano-rural, por su propia transhu-mancia así sea intradepartamental, por su concepción de la sociedad como ideal o utopía, de sí mismos como grupo humano o de un adversario visualizado como “enemigo”, constituirse en un movimiento social? ¿Pueden considerarse estos trabajadores como una clase social o un sector de clase o, por el contrario, ya esas categorías de análisis no dan cuenta adecuada de este tipo específico de trabajadores, más cercanos a la lumpenización suburbana que a la clase obrera propiamente dicha así reciban un salario a cambio de un determinado trabajo?

¿Qué tipo de relaciones de producción establece el proletariado agrícola “Iguazo” con los empresarios agrícolas? ¿Por qué el empresario agrícola vallecaucano tiene más conflictos con la burguesía industrial procesador» de materias primas agrícolas (aceites, grasas, tortas y concentrados para alimentación animal) y con el propio Estado que con su supuesta contrapartida teórica de clases: eL proletariado agrícola?

¿Qué papel juega el Estado en el conflicto planteado entre la burguesía industrial procesador a de materias agrícolas y los propios empresarios agrícola.'? ¿Hacia que sector de clase orienta el Estado sus decisiones, favorahles o desfavorables, las que por su naturaleza coyuntura] y pendular impide hablar de una verdadera política agraria con relativa continuidad?

Creemos que estos interrogantes, y las respuestas planteadas siguen siendo validas en regiones de agricultura comercial avanzada con características similares a las vallecaucanas.

Características Generales Una de las características del proletariado agrícola en Colombia estriba en su condición migratoria, temporera o estacional tanto a nivel regional (departamental) como nacional.

Híbrido campo-ciudad, el personal “Iguazo” vive principalmente en pequeños pueblos a lo largo de la carretera central vallecaucana o en barrios marginales de las principales ciudades como Cartago, Tulúa, Buga, Palmira o Cali, y en cabeceras municipales demográficamente menores como Yumbo, Florida, Candelaria, Pradera, Amaime, Ginebra, Gucarí, Sonso, San Pedro, Andalucía y Bugalagrande.

Población rural por ser en el campo donde se dan sus relaciones sociales de producción; población urbana por ser en los pueblos y ciudades donde establece su hogar o asentamiento; proletario por el hecho de recibir un jornal o un salario; desempleado o cesante en épocas “muertas” en el proceso de los cultivos; población rural por multiplicidad de rezagos ideológicos y culturales provenientes de ancestros cercanos ligados indistintamente a la vieja hacienda precapitalista como peones o lungos, o a la economía campesina como minifundistas o pequeños campesinos, como también a étnias negras del litoral pacífico, a mestizos e incluso a grupos indígenas violentamente aculturizados y disgregados; generalmente analfabeta al menos sin ningún tipo o escaza educación formal; secretista desde el punto de vista religioso en donde el Dios católico y sentimientos sobrenaturales míticos se unen en multiplicidad de respuestas frente a la vida y a la muerte, frente al sufrimiento, a la enfermedad, frente a lo propio y lo ajeno; familiarmente poligámicos, hijos de uniones libres y de concubinatos entre algunas de sus características más fácilmente percibi-bles, el “Iguazo” vallecaucano constituye un grupo humano sui generé.

El proletariado agrícola en el Valle del Cauca puede clasificarse por el tipo de empleador o de empresa a la que sirve en dos grandes grupos a saber:

a)    Los vinculados a la industria del azúcar (los Ingenios).

b)    Los vinculados a la agricultura comercial no cañera (algodón, soya, sorgo, maíz, millo, etc.)

Tanto en uno como en otro caso, el proletariado agrícola puede subdividirse nuevamente, según el tipo de enganche en:

a)    Personal de planta (estables), y

b).Ambulantes,    temporeros o “a contrato”.

Es decir, “Iguazos" propiamente dichos.

ET personal de planta dedicado a las labores

agrícolas tanto en los ingenios azucareros como en el resto de la agricultura comercial pudo anteriormente haber desempeñado labores como “Iguazo" o temporero. Esto quiere decir que en determinados momentos el proletariado agrícola “Iguazo” puede abandonar este calificativo cuando “califica” trabajo, es decir, cuando se engancha como personal de planta a las labores del agro, con prestaciones sociales, seguridad social y una relativa estabilidad.

H resto del personal ambulante o temporero es el “Iguazo”, el cual, tanto en los ingenios como en el resto de la agricultura comercial, sin garantías, hoy aquí mauana allá, movilizado estacionalmente según la oferta de trabajo, sin organización sindical, sin necesidad de “papeles” de identidad o de servicio militar, sin cartas de recomendación y menos aun de la formalidad del contrato de trabajo escrito, es fácil presa del despido, de la inseguridad y del abuso.

Los oficios típicos tanto para el asalariado agrícola de planta como para los “Iguazos” del azúcar son, fundamentalmente, el de cortero y alzador de caña. Los oficios de tractorista o de “ministra” (riegos, arreglos de zanjas, acequias, caminos, ciertas desyerbas, etc.) casi exclusivamente son desempeñados por trabajadores permanentes.

En la agricultura comercial diferente de la caña , el trabajo para el “Iguazo” es más variado. Dependiendo del tipo de cultivo los más frecuentes son:

a)    Resiembras y siembras

b)    Distanciadas y míeos (scparación-elim¡nación de plantas mal ubicadas).

c)    Desyerbas

d)    Descopes, poda1;,

e)    Riegos

f)    Aplicación de ciertos abonos, insecticidas y fungicidas.

g)    Recolección

h)    Pajareo (especialmente en la soya)

i)    Arrancada

j) Empacada (especialmente en tomate)

k) Transporte interno.

El trabajo no estudia al “Iguazo" cañero ni al cafetero de la parte montañosa del Valle, en especial porque ya ha sido analizado desde distintos ángulos por algunos autores1.

El peso cuantitativo tanto de los trabajadores temporeros asalariados como de los empresarios agrícolas en el Departamento ha sido señalado en esta investigación desde distintos ángulos. Baste indicar que su área de acción comprende unas 149.067 hectáreas dedicadas a cultivos cortos o semestrales (soya, sorgo, millo, maíz, etc.), es decir, el 54^ de la superficie plana del Valle del Cauca.

La explotación de la caña, lo que constituye el emporio azucarero del país, ocupa el 46^0 de la superficie plana restante, es decir, unas 127.890 hectáreas. Este tipo de cultivos pertenecen a la llamada “agricultura comercial” por su naturaleza extensiva, su alto nivei de absorción técnica y de capita), en oposición a la “economía campesina” o de subsistencia familiar.

La investigación intentó una cuantificación del volumen de trabajadores asalariados agrícolas en el Departamento, apoyándose en distintos indicadores, pero, especialmente, en cálculos de fuerza de trabajo necesaria por hectárea en distintos cultivos. Según esta metodología, puede decirse que el proletariado agrícola salte-caucano alcanzaba para 1977 la cifra de 102.096 personas, de las cuales, el 649b, unos 65.000 trabajadores, se dedicaban al “Iguaceo” propiamente dicho en la agricultura comercial no cañera, y unos 37.000, el 36°b restante, a las labores de campo en los ingenios azucareros. Cuantitativamente, entonces, el trabajador temporero o “Iguazo”, constituye un conjunto humano significativamente importante.

CONCLUSIONES

1.-    No existe en la agricultura comercial vallecaucana un movimiento social de clase constituido por jornaleros, trabajadores agrícolas o “Iguazos”. Movimiento social definido por la presencia de tres elementos mínimos a saber: Un ideal de sociedad, un contramovimiento o adversario, y una conciencia de sí como actor social.

2.-    Ni siquiera se han producido conductas colectivas de naturaleza diferentes a las constitutivas de un movimiento social, tal como sociológicamente aquí se ha definido. En otras palabras, el conjunto de trabajadores agrícolas asalariados no se ha agrupado para desarrollar acciones de protesta, sociales, culturales, reivin-dicatrvas, etc.

3.-    Desmintiendo la razón teórica clásica, el conjunto de trabajadores agrícolas entrevistados no visualizan una contrapartida de clase, en este caso, a los empresarios agrícolas como sus

adversarios. Invariablemente utilizaron los términos de “gobierno” o de “políticos” para designar a los responsables de su situación.

4.-    Los empresarios agrícolas, al contrario, sí se constituyen como movimiento social consciente organizado, fundamentalmente alrededor de su organización gremial local más importante: Coagro. Otros se agrupan en la SAG. De todas maneras, ambas organizaciones coinciden en sus puntos de vista gremialistas y políticos generales.

5.-    Tal como se desprende de las entrevistas, de las declaraciones gremiales, de las lecturas de los editoriales de ia revista Coagro y de documentos de la SAG, es notoria una línea de acción que sobrepasa los límites puramente instrumentales (mercadeo, créditos, insumas, etc.) en las organizaciones antedichas. Su accio- t nar es también político.    fe

6.-    Los agricultores entrevistados, pertenecientes o no a tas asociaciones y gremios de agricultores mencionadas, no ven, ni han visto, en el proletariado agrícola, un adversario digno de atención. De hecho ningún agricultor entevista-do manifestó algún temor de alteración o de posible disminución de sus intereses a causa de alguna acción de los trabajadores asalariados.

7.-    Curiosamente, los empresarios agrícolas definen la dirección de su lucha contra el mismo adversario identificado por los ‘iguazos’, a pesar de que los motivos sean distintos. Es voz póputi hablar entre agricultores de un adversa rio inmediato: la política agraria del Estado, del Gobierno, del Ministerio de Agricultura.    ,

8.-    Por su parte, los agricultores comerciales ** vallecaucanos ven a la burguesía industrial transformadora de materias primas agrícolas del departamento, (empresas productoras de grasas, aceites y concentrados para alimentación animal), como una clase aliada a los intereses del Estado en tanto ésta ha sido constantemente favorecida con licencias de importación de productos agrícolas. Los agricultores vallecaucanos arguyen que se sienten en capacidad de ofrecer dichos productos, propiciando de paso un fortalecimiento del mercado interno, que según ellos está desestimulado por presiones de los industriales procesadores ante el Estado.

A pesar de que el conjunto de agricultores . asociados en el Valle es fuerte, no ha podido “ como grupo de presión ante el Estado, igualar en eficacia a la burguesía industrial transformadora de productos agrícolas.

9.-    Salta a la vista la ausencia de una política de planeación, de mercadeo y de fortalecimiento del mercado interno para la región y seguramente para todo el país. Es una constante de la dependencia política y económica. El agricultor, “abandonado” a su suerte ha actuado y aún actúa en forma individual ai sembrar. Asociaciones como COAGRO empiezan a ser para ellos una alternativa. Hasta ahora podría decirse que casi por azar el agricultor obtiene tasas altas, v bajas o negativas de rentabilidad. Para muchos

agricultores era claro que dicha política de plañe ación económica debe no sólo anticipar los cupos, cuotas y precios del mercado inter-v nacional, sino, ademas, absorber y financiar los excedentes en lugar de feriarlos al mejor postor, deteriorando así los precios dei mercado interno.

Igualmente se observa la necesidad de incorporar al sector primario compañías aseguradoras de productos agrícolas (cosechas).

Al momento de la investigación los principales gremios de agricultores opuestos a la política agraria del Estado en general y en particular en materia de oleoginosas son: FEDEPALMA, FEDEGRASAS, SAG. COAGRO v FEDERAL GODON.

10.-    La unión de los agricultores se da ante la necesidad de tratar temas específicos, instru-

^ mentales. No siendo el proletariado agrícola su adversario de clase real, sino el aparato del Estado a través de su política agraria vista como nociva aunque favorable para la industria de transformación de productos agrícolas, el empresario agrícola forcejea al interior de una crisis de dirigencia por hegemonía expresada en los palos Estado-Industriales vs. agricultores. Lo que aquí finalmente intentamos destacar consiste en que ningún agricultor ve peligros en e! campo social, o mas concretamente en los trabajadores agrícolas. El “Iguazo” como eventual peligro de clase no existe para el empresario comercial agrícola. Resta tan solo alguno que otro conflicto laboral, generalmente fisladf’ e . individual, el cual ei empresario resuelve dentro v de una rutina administrativa o legal.

11.-    La lista de empresas multinacionales y de capital extranjero que se benefician con la venta de maquinaria e insumos en el departamento es respetable. Entonces resulta interesante relacionar las urgencias de conservación del medio ambiente y las necesidades del control biológico con los intereses de las multinacionales ligadas a la agricultura.

A pesar de algunos esfuerzos, no se estimula la liberación de la avispa trichogramma que paras i ta las posturas de los principales insectos plagas tanto de la caña como del algodón, maíz y sorgo. En algunos sectores puede estar pesando mas el temor al deterioro de la industria de los insecticidas que la ecología.

12.-    £1 conflicto entre los empresarios api colas comerciales (burguesía agraria altamente tecniQeada) y la burguesía industrial transformadora de materias primas agrícolas, no nos permite considerar un antagonismo esencial entre sectores de la burguesía, pues allí no está en disputa la dirección política de la sociedad. Por lo pronto se podría hablar de crisis de dirigencia por hegemonía entre sectores de la clase dominante.

Cuando el adversario se concreta en el Estado como sucede en nuestro caso, visto como ^ supremo responsable de la crisis de la agricultura, el objeto de disputa entre las clases es por

un enfoque del desarrollo o de la modernización, En este casóla concepción del desarrollo como principio de totalidad en los empresarios agrícolas choca con el de 'os industriales de las empresas de transformación.

Como hipótesis puede decirse que los empresarios agrícolas al mirar más la consolidacion del mercado interno, los estímulos a la agricultura, tienen una fuerte conciencia de la nación, lo que no sucedería con los capitalistas industriales, mas interesados en el mercado externo y en una mayor permeabilidad al capital extranjero.

13.-    Los “Iguazos” o jornaleros de ia agricultura comercia] valleeaucana, al contrario de los empresarios, carecen de conciencia de clase. Sus niveles conceptuales acerca de su existencia como actores sociales es muy precaria.

Su representación del futuro es apenas el deseo de acceder a un mejor nivel de bienestar expresado en una vivienda propia, en mayor seguridad y protección. El futurOj entonces, no es la consecuencia de una acción política. El futuro en el “Iguazo” no está ligado a una concepción de la historia, como un producto realizable por la voluntad de los hombres, como el resultado de una acción o de un movimiento. El futuro para el proletariado agrícola es simple y llanamente el afán por una movilidad de una situación no humana o poco humana a una situación más humana. Existe, por lo tanto, una referencia al desarrollo, pero no como el cambio de una estructura A a una B, como decisión política consciente, comprometida y menos aún militante.

No existe, pues, una voluntad colectiva de transformación social y económica aunque sí un deseo individual pasivo de algún día acceder

o vivir esa transformación impulsada por otros.

Esta particular estructura socio-psicológica expresa un caldo de cultivo para el desarrollo de ideologías populistas.

14.-    Si retomamos nuestro enfoque teórico es posible observar que en los trabajadores asalariados de la agricultura comercial analizados se da un elemento de modernización o de desarrollo incipiente como afán de movilidad de tipo individualista. En relación al tipo de sociedad donde viven no presentan una consciencia de pertenencia a una sociedad dependiente, de tai manera que resulta ilusa esperar por ahora de esta subclase un afán de liberación nacional. Menos aún vemos una referencia a su propia situación de ciase en forma consciente. No estamos ante el caso de una aulodefinición como proletariado agrícola. Por el contrario, se da un afán, (creemos que justificable en tanto pueden 'definirse como clase en transición) de salida de

dicha situación de “Iguazo”, de movilidad hacia ia clase consumidora en la ciudad, al empleo marginal o al subempleo. Se podría decir que el “Iguazo” es un mal llegado a la categoría de "proletariado” y que de allí saldrá cuando se le presente la primera ocasión.

15.- Los "¡guazos” no se representan la sociedad en términos de conflicto de clases (representación, digamos obrera), sino en término6 de niveles sociales. Ellos son los de la categoría pobres frente a los de la categoría ricos o poderosos. El “Iguazo” no ve en su situación un reflejo del capitalismo, sino más bien el resultado de comportamientos humanos dados, del egoísmo de unos, de tas injusticias de otros. Dé ahí que en ocasiones hablen del patrón bueno o del patrón malo, según sea la manera como este se plantea frente a los trabajadores. Pareciera confirmarse la idea de que el consumo de masas del cual participan en la medida en que hacen parte de la sociedad global, les hace perder o les impide con más fuerza llegar a la consciencia de pertenencia a su propia clase social.

Esquematizando, podríamos en consecuencia proponer el siguiente cruce de presencia fuerte, inexistente o débil de las dimensiones de clase, desarrollo y consciencia de sociedad o nación entre ¡guazos” y empresarios agrícolas comerciales asi:*

Proletariado

Agrícola

Ideal de Desarrollo

Consciencia de clase

Caracterización de la sociedad o Nación


DEBIL

Simple deseo de movilidad laboral o espacial.

INEXISTENTE Simple pertenencia a un grupo del que se quiere salir.

DEBIL

Referencia ingenua a las desigualdades, a un mundo de pobres y de ricos.

Empresarios agrícolas

comerciales

FUERTE Búsqueda de modernización e igualdad de oportunidades frente a la burguesía industrial y al capital extranjero.

FUERTE Actividad gremial. Acciones de presión y protesta frente al Estado.

FUERTE Referencia a un nacionalismo burgués no dependiente interna ni externamente

Neiva, Abril de 1987

NOTAS

1 El Iguazo es un pájaro pantanero y migratoria que fin determinadas ppocas, pero especialmente luego de terminadas las cosechas semestrales de ioya, sorgo, maíz, arroz y otros cultivos comerciales, es frecuente verlo en bandadas rebuscando su alimento entre modernas y costosas fincas atravesadas por la carretera central vallecaucana.

Por extensión, el proletariado agrícola temporero, recibe en. el Valle del Cauca ü calificativo o apodo de Iguazos , sobrenombre con el cual muchas veces irreverentemente se [es grita cuando pasan hacinados en camiones, "zonas” o cualquier otro vehículo, llevados por capataces o contratistas, con destino a Las Fincas o a los lotes donde han de realizar sus labores cotidianas.

En efecto, luego de las cosechas, como pájaros estacionales, varios centenares de jornaleros del campo, “los Iguazos” penetran por las tardes a las fincas a recoger ^ las pepas que las modernas máquinas, por mejor ^justadas que estén, no alcanzan a captar y quedan diseminadas por el suelo. Iguazos hombres e Iguazos aves disputándose entre los surcos las migajas comerciales del agro.

Hoy en día, “la requisa”, término con que los "Iguazos” definen tal actividad recolector», tal esculque de alimenta sobrante, está prácticamente despareciendo en el Departamento. Los empresarios se quejan de robos y daños en las fincas, los “Iguazos” de mezquindad de los agricultores.

1 F. Fernandez, N. Poulantzas, A. Touraine, F. Cardo», M. Castells, F. Weffon y otros. Las ciases sociales en América Latina. Problemas de conceptua-Itzactón. Seminaria de Mérida, Yucatán SíeIo XXI México, 1975.    ’

3    El proletariado azucarero del Valle del Cauca ha sido estudiado por Nicolás Buenaventura en Pro-

letariaau agrícola. Trabajo temporero. En Estudios Marxistes. No. 9. Editorial Colombia Nueva, Bogotá, 1975. Igualmente, del mismo autor Precapitalisma en la economía colombiana. Ediciones Los Comuneros. Sin fecha ni lugar de publicación. De otra parte, por Pilar Gaitán en Formas de organización de ¡os trabajadores de la caña: un estudio de caso: el prc etariado agrícola del Ingenio Cauca, mecanografiado, 1979. Finalmente, Fernando Urrea ha ana-Icado la Evolución de la jfuena de trabajo cafetera y ios cambios de la estructura productiva del sector en los últimos 15 años. Mecanografiado, 1977.

4    Para una análisis en profundidad de los movimientos sociales véase: Alaín Touraine. Producen de la Societé. Editions du Sevil, Collection

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