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La Instrucción de los Aborígenes

EL CASO DE LOS TAMAS DEL CAGUAN

Hilda Soledad Pachón Parias

El siglo XVI es el periódo de confrontación directa de culturas en América, tiempo de choque que abre paso a procesos de aculturación, o como apropiadamente observa Fernando Ortiz de trans-culturación, para generar una nueva cultura.

Según este autor "El vocablo tran-sculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una cultura[...] sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente.. .y además significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse Neocultura"sn. Inscrito en este proceso podemos ver el momento en que las culturas aborígenes transitan hacia la cultura española, dejando constancia de una gran capacidad creadora y renovadora que confiere hoy a las culturas del continente su gran vitalidad.

La idiosincracia indígena y el análisis de sus reacciones, sus sentimientos de queja, rechazo o incluso suicidio, ayudan a entender las causas por las que fracasó la aculturación por parte de los españoles, respecto a trasplantar una cultura sobre la tierra arrasada de otra. La fuerza unifica-dora en el modelo de vida de los pueblos que comparten un pasado común, una misma lengua, similar conducta en la vida cotidiana y creencias, dieron al avance colonizador español, una nueva versión, un nuevo gesto.

Los documentos de la corona y especialmente la mirada de los frailes de las misiones, como fuentes etnohistóricas nos permiten medir el impacto de la evangelización sobre las culturas aborígenes, y nos permite conocer los diversos momentos que buscan garantizar la

permanencia del cambio cultural.

El Proceso

La evangelización y la imposición del castellano, constituía la doble tarea del proceso conquistador y colonizador de España en nuestro continente, y desde su inicio, Estado e Iglesia estuvieron ligados a esta empresa con igual empeño. La iglesia católica había promovido la perse-cusión contra el Islam y la fé judaica, y tenía establecido con rigidez el catálogo de la salvación mediante el catecismo y sus prácticas ceremoniales.

El ser vasallo de la corona implicaba ser católico y este deber sagrado se imponía a todos los lugares que meron añadiéndose al cetro español. El catecismo ensenaba el "dogma " de la trinidad, cuyo origen había sido la idea de la divinidad de Jesús propuesta por el emperador Constantino en el concilio de Nicea y definida en el concilio de Con-stantinopla en 381, aunque su desarrollo como doctrina, hubo de esperar en occidente los términos filosóficos y sicológicos de la edad media.

Con igual rigor la enseñanza del castellano, se imponía sobre el uso de las lenguas nativas bajo la orden misma de la corona.n Con este doble propósito, el papa Clemente VII, ordena en Roma, el 7 de junio de 1S26, enviar religiosos a las Indias/3 y en 1550 se prohíbe a los frailes enseñar la doctrina en otra lengua diferente al castellano.M

Las Misiones

Para cumplir el primer objetivo, el de imponer la fé católica, se destinaron en el continente, diversas misiones de sacerdotes franciscanos, agustinianos y dominicos, que emprendieron esta asignación temprano en la colonia, como podemos ver en la bula de Clemente VII concediendo licencia para ir a las Indias a predicar ía doctrina "cristiana" a 120 religiosos franciscanos 70 dominicos y 10 jerónimos, de la aprobación de Carlos V./s

Motivo de especial preocupación fué para la iglesia en el Nuevo Reino fijar claramente los puntos de doctrina que debían enseñarse a los recién convertidos a la fé católica. Así es como en el Sínodo de Juan del Valle obispo de Popayán (1555) aparecen disposiciones especiales "para aprender la doctrina cristiana y aprender nuestra lenguam

A esta gobernación de Popayán en la que estaba inscrito parte de lo que hoy es el Huila, es enviado como evangelizador en 1570 el sacerdote franciscano Jerónimo de Escobar quien nos informa algunos detalles del carácter de los indios de San Sebastián de la Plata y Timaná/7

Posteriormente la actividad misionera de los franciscanos se estableció en el Caquetá y Putu mayo con las misiones de 1635 y 1696 entre los indios Andakis y

Gaguanajonas, y fué derruid i poro la sublevación de las tribus generas del Putu-mayo y Caqueti en 172' .1

Los A^ustinianos


Un grupo de doce misioneros y un lego constituían el cuerpo cvangeliudor que traería los indígenas Tamas a la fé católica, y Fray Francisco Romero era el oomi-si -mi Ho de la orden de San Agustín para estas misiones. El Rey le había extendido su asignación, mediante la cédula del 6 de octubre de 1622 fechada en Madrid, con la específica orden real de no poner inpedimento alguno a su labor *

Tras la reducción de los indígenas, implementada mediante las misiones que cumplí n su labor acompañados por una escolta de varios soldados, se constituían nuevos pueblos que reemplazaban los lugares naturales de habitación de los indios, por asentamientos donde la tarea de evangelizar estuviese a salvo. Entre los tamas, esta tarea se cumplió en la segunda mitad del siglo 17. mediante los misioneros agustinos dirigidos por

Fray Francisco Romero; quienes abrieron el camino del Caguán hacia Timaná.

La mirada de Fray Francisco Romero sobre los indígenas Tamas pasa por tres momentos:

Enicialmente llevado por una actitud proteccionista quiere salvar a los indios de su "infidelidad" para lo cual conduce su misión a convertir a la fé las provincias de los indios Tamas que habitan y están poblados según carta suya, “en medio del arzobispado de Santa fé por los términos de la ciudad de Neiva y del obispado de Popayen por los términos de Villa de Timaná" y añade: "el curato del espíritu santo del Caguán, en cercanía de la dicha ciudad de Neiva, poblada sobre las dichas provincias de infieles tamas './l0

Este propósito, requiere que su proteccionismo deríve hacia la observación precisa del área de ubicación de éstas tribus para sacarlas en un segundo paso de su orden natural y establecerlas en poblaciones, y en un tercero, garantizar los tributos a la corona y mantener los cambios culturales establecidos.

Así lo expresa en su carta al Rey:

“Para que poblados dichos Tamas cristianos en uno o dos pueblos diesen sus tributos a la real corona’ y sobre todos para que poblados “fuesen doctrinados de dichos misioneros

En esta circunstancia se van construyendo los pueblos del Huila de nación

Tama como se registra en documento de este fraile: "con lo cual redujo el misionero los dichos indios Tomes bautizados a dos pueblos que hizo nuevos, el uno le intituló Jesús Nazareno de la Villa de Neiva en el que se enumeraron 150 indios Tomes cristianos útiles y tributarios y el otro que intituló de ¡a santísima Trinidad en la Villa de Timaná, en la que se enumeraron 100 útiles tributarios *

En el transcurso de su labor, Francisco Romero registra la voluntad de beneficiar a los indígenas con la fé católica, como si el tributo que se les impone, constituyera el estado natural de la relación ya establecida por Colón y Cortés de entregar las bondades de la f¿ y llevarse el oro o el tributo como trueque natural.

De este modo Joseph Sanguino, misionero a su cargo, pregunta por la riqueza de los ríos a los caciques, en la sabana propia, según sus palabras “para criar ganados y que continúa en San Juan de los Llanos, que se presume no estar tan lejos por haber visto muchas hachas de las que se introducen por esa vía entre los Tamas, y por haber entendido que el río Ariari poseía una riqueza de oro muy notoria".'2

Una vez reducidos y garantizado su tributo, los misioneros, no descansan en relatar la mansedumbre de los Tamas, opuesta a la acción guerrera de los An-dakfs y de cómo aceptaron los dogmas de

la fié de buena gana.

Así lo registra el misionero Sanguino en carta a la corona, luego de haber sido cu nulo por loa indios:

"Los indios Lrtfielrs me han curado en mis enfermedades y regalado en tiempo de tres meses de haber estado con ellos y por estar dispuestos a recibir la fé católica determiné en quedarme con ellos sin escolla por la seguridad que ofrecían los intiuts"ni

De igual modo, la descripción de Romero sobre loa timas expresa buena voluntad:

’Los misioneros descubrieron ocho pueblos ae infieles los tres de la nación Tamas y los cinco de otra nai tón que IU man Cruqjes. que son gallardos de estatura gente sin idolatría ¡mblatlos en sinos menos fértiles y de óptimo temperamento'. Pero tras considerar estas cualidades, pasa a tomar posesión del destino de estos pueblos inscribiéndolos en el imhito mental de la religión católica y en el marco de pertenencia a la corona; como se desprende de sus propios registros sobre ellos: "se les dió a entender cómo todos los de su nación qutdaban ya poblados en los pueMns que se hicieron para mandato de westra majeuad y se

Caria tfue comprende loi rita Marañin, Orinoco. La Magdalenay Carnea Las caphaUt d* Sanhtft de Bogotá, Popayán. Quilo. Laxa y Jaén Las    e Santafé en los llamos de San Jman. y las

de Popayán en tos indios Andaqmíes; con la dirrcción de caminas abiertos y frecuentadas desde Popayán. Almaemer. Patto. La Ceja. Jagma, y Neyva, a los ríos. Pescado. Caqmetá, y Metan a en el Orinoco, y de Mr cuy a a los ríos Pmmmryo y Marañó*.

nl Co«raapondvicia da JoMph Saiguno, Sta I 410. AGIS. n* Carta da Fwcaai Rom aro al Doan y Cabildo da Popa tn. 1692.


les dió a entender la gracia del bautismo V is

De Ínfleles que no conocen los misterios del catecismo a vasallos "tributarios", el papel de la misión equivalía al paso de lo infiel a lo católico de la idolatría 6 la ignorancia al credo de la trinidad, del orden de caciques a vasallos y sobre todo a "útiles a la corona mediante su tributo

Del registro que podemos seguir a través de las cartas establecemos cómo los dos pueblos fundados, recogieron los indígenas de "hatos" como Lagunilla, Pi-tal, Labrios, Jagua y El Palmar y que mediante estas fundaciones se pretendían objetivos económicos y culturales:

1. Recoger los tributos, aumentar los diezmos y primicias por medio de incrementar las cosechas y crías de ganado de las que correspondía la cuarta parte al rey.

2 Hacer frecuentes los comercios y provisiones de mantenimientos y sacas de ganado a Neiva y otras ciudades.

3.    Reforzar los soldados con el objetivo de repeler los frecuentes embates de los indios guerreros de nación Andakí, cargándoles equipajes y pertrechos, así como descubriendo retiradas de los enemigos.

4.    Adoctrinar los indios vecinos de Neiva quienes no practicaban a cabalidad las ceremonias católicas, ya que los Tamas morían sin sacramentos y eran enterrados en cualquier sitio.

5. Evitar la práctica de los amancebamientos.

6l Bautizar y someter al catecismo y los rituales católicos a los indios.

Si bien no se requirió una tarea militar entre los Tamas debido a su actitud pacífica, los obstáculos al proceso de aculturación estaban dados por las creencias religiosas arraigadas, cuya oposición más fuerte era de carácter emotivo y provenía de los sacerdotes indígenas que veían en los religiosos un peligro para la subsistencia de sus tradiciones y de su pasado. Destruir el sistema religioso indígena suponía el proceso descultura-tivo para crear un vacío en lo más profundo de su ser social, sus creencias, su cultura. Para esto, poblarlos, constituyó un paso aculturativo que garantizaba la imposición de la fé católica por medio de convocarlos a son de campana, para mediante el recurso de la repetición, enseñar el catecismo, promover las denuncias de sus propios familiares si incumplían los mandatos de la fé, construir la iglesia, establecer la misa y la labor pedagógica de cantar, leer y escribir, con el fin de extirpar de ellos la idolatría.

El resultado de esta actividad, toma conflictivo el estado de ánimo de los indígenas, quienes tras la aparente aceptación pasiva de la católica, manifiestan reacciones primitivas, al verse enfrentados a un sistema y unas prácticas extrañas para ellos. Hay en la psicología de la población indígena y mestizada, actitudes como la socarronería o la desesperación frente al dogma y la violencia, o el regresar a sus prácticas de adora-cián cuando no están en presencia de los doctrineros, como bien lo observan los propios frailes cuando expresan: “es de recelar que no hayan detestado sus Idolos ",/u De este modo. se mantenían en los ritos y concepciones originales, que se resistían a sustituir por otras.

Si bien la reorganización administrativa y de la vida cotidiana de lacomunidad no significó una acción militar, violentó y reestructuró la cultura de sus hombres. No obstante este proceso se dió sin conseguir la uniformidad de la cultura española por lo que podemos anotar sobre esta nueva cultura, su caracter híbrido, incorporado en la cultura meztiza hoy.

Finalmente aunque el registro de la resistencia y la mirada del aborigen quedan diluidas entre las voces del "otro” que suprimió el derecho a la diferencia, sabemos que hubo lenguajes, palabras para dai contorno a los ríos, colorido a las aves y destreza a los pies. Saberes y lenguajes del alto Magdalena, ocultos en lo

que somos hoy. Entre ellos el de ios Tamas traídos al río Caguán.

A esas voces, a esos ecos nos inclinamos hoy.

HILDA SOLEDAD PACHON FARIAS

Profesora del programa de Lingüística y Literatura, estudió Letras en las universidades Nacional de Colombia y Autónoma de Barcelona. La editorial Montesinas de Barcelona publicó su traducción de la autobiografía de August Strindberg "El hijo de la sierva" en 1984. La universidad Surcolombiana puso en circulación su antología de textos y documentos de José Eustasio Rivera, titulado "Rivera Intelectual".

Autora del libro "Mapa de Lámparas", poemas (1978-1988). Actualmente adelanta una investigación sobre la historia cultural del Huila durante la coloniaSiglosXV-XVIII. *

1,14 CartadeFranciscoRamercalDean y Cabildo doPapayénjSantafáAIO. Archivo de Indias.

1

   C4du4e, Santalá. 410, An#iwo da Indaa da 5avíta.

n 1 Carta do Joseph Sanguino a Francisco Romero, Sta. fé 410, AGIS.

2

Ul Informa de Frerv Francisco Romero al rey. 1679. Santa 410 AGIS.