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Señales desde los primeros 500 años
Por CARLOS EDUARDO AMEZQUITA PARRA Director del Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico -CIDEC-Frofesor Adscrito al Programa de Administración de Empresas
de la Universidad Surcolombiana
Rápidamente, como un destello fugaz pero intenso nos acercamos al final del siglo de las Luces, después de 500 años de cultura moderna, una abigarrada gama de matices culturales y de relaciones que han entretejido la colombianidad de hoy: una bullaranga de sonidos, ecos y acontecimientos disímiles y amargos que han irrumpido al escenario mundial de una forma estruendosa e incomprensible . Somos "una sociedad «típica", tal vez se corresponda con su historia contradictoria y penosa.
La búsqueda de explicaciones satisfactorias y razones justas a todos estos hechos constituye una inaplazable tarea de los intelectuales y un apropiado motivo de reflexión para la efemérides del "Descubrimiento" que bien podría tomar la acepción de "Autoconocimiento", después de todo la realidad de hoy ha sido vivida desde siempre, en cada momento de América, con intenso dolor y mágica lujuria.
Extraña y atractiva identidad la de los colombianos: un pueblo dispuesto a caer, con capacidad para resurgir y enfrentar las adversidades con humor de "ma-magallistas".
La herencia de la colonizad
Para abordar el fenómeno de la colonización se debe profundizar en la naturaleza intrínseca y en los cambios estructurales que el capitalismo reviste en su desarrollo y conformación, por constituir un todo interrelacionado, específicamente en el carácter de las migraciones o desplazamientos espaciales de excedentes de población que se siguen a los movimientos y ciclos de recomposición del capital.
El siglo XV marcó la transición del feudalismo al capitalismo con el Descubrimiento de América, fue el siglo del hundimiento de los valores cristianos medievales y el del surgimiento de unos nuevos ligados a la lógica de la libre iniciativa y de la competitividad entre individuos; el de la afirmación del poder de los príncipes frente a la Iglesia y el del inicio de la preponderancia de la razón del Estado, movimiento al que no fue indiferente un aventurero como Colón.
La colonización como concepto moderno y de posterior elaboración reviste tres connotaciones o maneras de realizarse:
1. Cuando se transforma el paisaje natural en una economía abierta al mercado interior y vinculada productivamente a distintos sectores económicos de la sociedad. Reproduce las relaciones sociales de producción vigentes en el interior de la sociedad de origen.
2 Cuando se transforma el paisaje natural o hay integración del hombre al medio y a la subsistencia. Reproduce las relaciones de producción que prevalecían en su lugar de origen.
Estos dos tipos de colonización obedecen a una acción voluntaría del migrante y a un curso natural de la expansión capitalista.
Otra tercera colonización sucede cuando la margin&lidad alcanza a penetrar en las nuevas áreas como producto de factores de cambio (industrialización) y de estancamiento (presión latifundista y de la población sobre la tierra. Actúa la renta capitalista), reproduce allí la naturaleza política y violenta, las causas y las razones que motivaron las migraciones.
Quinientos años después de la Conquista podemos observar en los conceptos referidos un reflejo parcial de los motivos que indujeron a los conquistadores a lanzarse en una aventura de colonización primaria sin ninguna racionalidad moderna, más bien tratando de agotar la imaginación que devenía en su mente latina frente a una realidad mágica e in-
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comprendida que nunca terminó de ser explicada, aún hoy no ha sido debidamente explicada. América nació como un mundo embrujado e incomprendido.
De la conquista nos quedó en la conciencia una predisposición clara a la aventura sin límites como comportamiento cultural, una predisposición natural a colonizar y a sumergimos en la colonización cultural como mecanismo de escape, adoptando artificialmente posturas culturales que han maquillado la verdadera fuerza étnica y terrígena.
En la tradición indígena y entre las culturas más desarrolladas que encontraron los conquistadores a medida que avanzaba la culturización cristiana, siempre se evidenció el presagio funesto de que alguien vendría desde el mar a esclavizarlos. El genocidio y el saqueo, la ambición desmedida, corroboraron aquello que sus antepasados difuntos comunicaban desde el más allá, como una señal gris cruzando el cielo. Los iidígenas también aprendieron de la fantasía del momento y le inventaron el Dorado al español ambicioso ávido de aventuras y alucinado. Muchas historias que provienen de Castilla de Oro dieron intensidad al imaginario del europeo; historias sobre sirenas, dragones y monstruos con cabeza humana, en un mar que se abría abruptamente en abismos de fuego, quedaron registrados en los archivos e informes de viaje de los navegantes y aventureros. Los libros exaltaron la imaginación de la época, la noción de la libertad se abrió camino en el Antiguo Mundo
y se acrecentó el interés científico.
El entusiasmo por el oro y el contrabando plagó ios mares y puertos de Europa y América, lentamente surgieron hordas completas de piratas y contrabandistas organizados desde Inglaterra y Francia, apoyados por su Corona y por una casta de nuevos comerciantes e intermediarios financieros en la Gran Bretaña que dieron al traste con los productos provenientes de América: oro, especies naturales y seres humanos que eran transportados por los cristianos obnubilados, dándole forma al mercado de esclavos y al contrabando.
Los primeros carteles fueron los de Londres y París. Don Diego de Nicuesa, por ejemplo, se hizo rico cazando y vendiendo seres humanos en el comercio ilícito del siglo XVI.
Germán Arciniegas - citando a Tomás Moro (1477 - 1535) - señala en dos párrafos la situacián general de aquella época de carteles y su entusiasmo por el tráñco de oro: “La causa de la miseria pública está en el número de nobles, ociosos y aprovechados, que se alimentan y lucran del sudor y el trabajo ajenos. Se mueven entre la muchedumbre de escoltas, a quienes convierten en zánganos incapaces de ganarse la vida dignamente. Inglaterra ha entrado en una época de las mayores miserias con la aparición del capitalismo industrial..."
"... Triste destino el de las armas - dice Tomás Moro, citado por Arciniegas -. Se multiplican los ladrones para gloria y beneficio de los ejércitos. Los mejores soldados acaban haciéndose ladrones y los ladrones pasan a ser los más temibles soldados. El lujo y el loco despilfarro engendran en todas partes la prostitución y el juego. La justicia divina está subordinada a la humana, que, irónicamente, la legaliza y autoriza Se simulan guerras futuras para crear nuevos impuestos y rebajar el valor de la moneda. No hay causa por mala que sea, que no encuentre a algdn juez capaz de convertirla en buena. !Y la Iglesia! los predicadores ablandan la doctrina del Evangelio para amoldarlo a las malas costumbres de los hombres".
De otro lado, la esclavitud fue una institución perfectamente legal y la tortura un procedimiento admitido.. .los indios fueron calificados oficialmente como antropófagos y homosexuales,...los piratas ingleses buscaban a españoles e indios para comérselos también...brujos y brujas, comfan carne de niños nativos no bautizados.. .también la brujería nos llegó con los cristianos invasores...
De la conquista nos quedó en la conciencia una predisposición clara a la aventura sin límites como comportamiento cultural, una predisposición natural a colonizar y a sumergirnos en la colonización cultural como mecanismo de escape,. . .
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El exterminio fue tan grande entre los indígenas que las crónicas señalan el reguero de cadáveres de seres inocentes al paso de los invasores en su afán de conquista y que luego eran destrozados por sus perros de presa. La Resistencia indígena desde entonces se ha constituido en un símbolo de grandeza.
De ningún modo España constituyó un ejemplo durante este período crucial del encuentro de culturas que facilitara una conexión histórica con la esencia de la civilización europea y la modernidad: es decir, "con la gran industria y la técnica, la economía del mercado libre, el estado neutral en materias religiosas, las libertades políticas individuales, sobre todo las libertades económicas, la libertad de prensa y el su-
universal".
Creo que la situación geopolítica internacional de Colombia, conocida como "la mejor ——— esquina del mundo", ha contribuido en esa avasalladora y heterogénea mezcla cultural y racial, un sui generis sincretismo de colombianidad donde "el único creador de la riqueza y el tínico colonizador ha sido el Estado" a>; el caudallismo y el clientelismo han canalizado históricamente la escasa euforia del pueblo por participar de la vida social y política en una lucha muy dura por construir la democracia plena.
1. JARAMILLO Vélei Rubén. La postergación da
la Experiencia de la modernidad en Colombia. Informa de le Misión de Ciencie y Tecnología. MEN, D.N.P., Fonade, 1990
2. Ibicfem.
Qué somos hoy?
El alto índice de homicidios entre los colombianos nos ha catalogado como uno de los pueblos más violentos del mundo, desvirtuando de plano la aparente fortaleza de sus cimientos espirituales y morales. Los genocidios y las masacres han vuelto a "florecer" como si los campos y las ciudades se hubiesen abonado con los nutrientes de un mestizaje perdido en el tiempo. El bandidaje se ha extrapolado a todas las instancias de la vida pública y a la administración del Estado; la corrupción y el contrabando se han impuesto como una forma de vida en la sociedad; el narcotráfico surge como alternativa económica de cambio. El desarrollo político de la nación no recoge el clamor de las mayorías marginadas y la democracia está debilitada, el desmoronamiento de la justicia y del Estado son un hecho incontrovertible en Colombia.
La colombianidad es un rasgo característico de toda Latinoamérica, es una sensación de estar vigilados constantemente, atentos, faltos de credibilidad y espontáneos, sin autonomía, jugándosela toda en cada momento pero inciertos en los resultados, lo que ocurra no nos preocupa, lo que importa es la satisfacción de haberlo hecho, un sentimiento fugaz de triunfo que se vuelve orgullo personal, vanidad de familia y de raza, así entiendo del desenlace de 500 años de estar a la deriva, atrapados por una fuerza histórica arrolladora que no ha permitido la concreción de nuestra identidad, o tal vez sea esta su expresión notable y su fortaleza.
También somoa maliciosos y atrevidos pero nunca contundentes, mamaga-llistas y recursivos todo el tiempo, siempre a la defensiva, una cultura atemporal y luminosa pero sin brillo, esparcida a lo largo del continente sobre una geograña voluptuosa y accidentada en todo sentido, de muchos dialectos y giros idiomáticos, muy naturales e infintivos, armados de una sagacidad ancestral, dispuestos al engaño y al amor, alegres y llorones, respetuosos de la formalidad, los ritos y los protocolos, pero igualmente ardientes en pensamiento y obra, transgresores de la norma-tividad e irreverentes. Somos un pueblo fortalecido en la lucha y con el juicio dislocado, ha sido la única alternativa de supervivencia ante la devastación y la amenaza. Nuestra mayor riqueza ha sido quizás una enorme capacidad de soñar y de imaginar, la de construir imágenes y destruirlas luego, la de inventar mundos y reinos ideales por fuera de lo terrenal , de ahí tal vez esa agresividad y violencia en la realidad cuando se trata de sublimar fmstaciones, un comportamiento sicótico que se materializa cuando atacamos a nuestros aparentes enemigos destruyendo su imagen a partir de intrigas y vituperios, sin enfrentar el problema.
Podemos concluir aquí, que la nacionalidad colombiana está inmensamente respaldada por leyes y normas que a la postre se han constituido en el gran registro de una catarsis colectiva que denota un afán imaginario por no perder el horizonte ni la razón. El imaginario, entonces, ha sido nuestro poderoso punto de apoyo.
Es extraordinario como este pafs se fascina en distraerse, decirse mentiras e improvisar metáforas en cada discurso.
De otra parte, la relación y el contacto con otras culturas ha sido mediado por una inútil pretensión de fraternidad, aunque suene absurdo, quizás debido a la desconfianza histórica que nos han reportado concientemente las experiencias de acercamiento e intercambios anteriores; de hecho esta circunstancia se convierte en un serio obstáculo para los propósitos de la política neoliberal y la apertura económica propuesta para la presente década, al finalizar el milenio.
CASTRO Caycedo, Germán, El Hurakán. Editorial Planeta, Bogotá 1991
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STANLEY J. Stein, Otra, La Herencia Colonial de América Latina. Editorial Siglo XXI, Méjico I979.*¡¡>
América la juvenil saltarina de senos en flor, ton tus montañas insinuantes cíclopes milenarios que de la eternidad a la vida incitan al amor.
Fuiste hembra que desnudó desde el cuzco
piel a piel; constelación a constelación
los misterios profundos del universo
Machupichu y tambonachay fueron tus ojos de luz,
y tn Teotichuacan escondieron los dioses
sus secretos indios
mientras coqueteaban del sol a la luna.
Las pirámides del sol
Hoy los arboles aerraman resinas y bálsamos para curar las heridas que causó el invasor
Aztecas. Toltecas, Oimecas, Mayas, Incas. . .
de ellos sólo nos quedan
las piedras talladas del aluvión
En la isla de Pascua, las estatuas solitarias en Jila amarran silenciosos presagios al horizonte azul
y sus cabezas estilizadas con orejas muy largas están atentas al canto de las olas;
Ignoto mar que con tristeza las venera.
América la de los agrestes Andes flota en el dosel de la lejanía Con las cumbres blanquecinas y en las entrañas de la selva muriendo
Ya la escritura jeroglifica no habla; sus mensajes son mudos cantos del ayer, ecos que se estrellan contra una civilización bárbara que llenó de cruces y espadas el amanecer
América duermes en una selva tropical en cantos de loros y papagayos alegres al verdor del palacio del palenque donde el grito del mono aullador busca la constelación de virgo doblándose sobre la osa mayor.
Las máscaras de Kahah palidecen sin las ciudades que florecieron al encuentro de dos mundos; un mundo con la sonrisa y el otro con la avaricia arrastrando gigantescas serpientes por paisajes inhóspitos, hermosos mudos y macahros tras los hipogeos
Nazca, Oh. La imponente Nazca; aún mantiene vivas en el desierto las líneas, que del violeta al oscuro el indio creó:
Arañas, aves, un mono una ballena, una llama, un lagarto, una flor, y un hombre con halo, que la histolria borró.
América la de las lujuriosas selvas de migl.
La de los hueles rocosos en desiertos de sol.
La de los relámpagos de mil tormentas ele mar
La de las humeantes cataratas que se abra/un »
en la dispersión de los escombros mt-j'ulíticos.
América desnuda bajo la luna
con el talle débil que acaricia la mar,
son sus esperanzas un seno que se curva
a los labios de un niño que nace
Un conjunto de pabellones colgados
en las nieblas matutinas de la plaza mayor,
donde aún deambula el Inca
con adornos de oro y en la mano una flor. .
Por: Alhim Adonai Vera S.