Como si no existiera: una investigación cualitativa desde las voces de los niños

Maria Consuelo Delgado de Jiménez1 - Myriam Oviedo Córdoba1

Resumen    Abstract

Se propuso obtener elementos de análisis para la construcción conjunta de una estrategia dirigida a la prevención y atención del maltrato infantil y a la promoción del buen trato. La investigación se orientó a comprender los procesos que permiten a los niños y las niñas manejar las situaciones de maltrato, con el fin de establecer líneas que permitan un trabajo más efectivo a nivel preventivo y terapéutico. Del análisis de los datos aportados por los niños y las niñas, emergió la categoría central «Como si no existiera», la cual expresa las vivencias del maltrato infantil. Igualmente, el estudio evidenció que los niños construyen paulatinamente el proceso «Viviendo en agonía», el cual revela los diferentes momentos de afrontamiento de esta situación, sus pensamientos y sentimientos frente al mismo.

The main goal of this research was to obtain elements from the observation and interviews in order to build a strategy directed to prevent the infantile maltreatment and to promote an appropriate treatment. The study was directed to obtain a deeper understanding of the processes, which allow to the mistreated children to manage their maltreatment situations with the intentions to stablishing particular areas, to generate a the most productive, the most preventive and useful therapeutical work. The analysis of the qualitative data, obtained from the selected children emerged a central behavior pattern "As if is would not exist", which express the personal experiencies of the infantile maltreatment. Equally the study proved that children build little by little the process: "living in agony", which reveals the different moments of facing their maltreatment situation, their thinkings and feelings in front of their problems.


Entornos No. 13

introducción

En los últimos años ha sido bastante significativo el interés depositado en el estudio y análisis del maltrato infantil, reflejado en la gran cantidad de estudios existentes desde diversas perspectivas teóricas y metodológicas. Estos han contribuido a clarificar algunos elementos del problema: sus causas, sus efectos, las características de las personas que lo ejercen y además se han planteado modelos de intervención terapéutica.

No obstante aún quedan algunas preguntas por resolver, particularmente desde las voces de los niños y niñas: ¿Cómo ven a sus padres maltratadores? ¿Cómo pueden combinar la ambigüedad de sus sentimientos hacia ellos?, ¿Cómo se defienden física y psicológicamente del maltrato? ¿Qué piensan los niños y niñas que no han sufrido el maltrato sobre este problema y cómo creen ellos que se puede afrontar y enfrentar?.

Este estudio surge de la necesidad de conocer lo que sucede con los sentimientos e imágenes que los niños y las niñas construyen frente a los padres maltratadores, para establecer de qué manera logran afrontar la situación, tanto a nivel físico como psicológico y esclarecer cuál es el proceso por medio del cual se expresan los diversos sentimientos que experimentan ante el hecho maltratante. Aporta además un nuevo conocimiento sobre el proceso a través del cual los niños y niñas reaccionan permitiendo una mayor comprensión sobre el significado que tiene para ellos el maltrato infantil.

En este sentido, el estudio tuvo como propósito recoger las expresiones y aportes de los mismos niños y niñas sobre la problemática de la violencia ejercida por sus padres, con el fin de obtener elementos de análisis para la construcción conjunta de una estrategia dirigida a la prevención y atención del maltrato infantil y a la promoción del buen trato.

Específicamente con el estudio se pretendió:

1.    Describir las imágenes que los niños y las niñas maltratados y no maltratados construyen sobre sí mismos, sus padres y sus madres.

Entornos No. 13

2.    Clarificar el significado que los niños y las niñas maltratados y no maltratados atribuyen al maltrato ejercido por los padres y las madres.

3.    Determinar las prácticas que los niños y las niñas maltratados asumen frente a esta situación como forma de defensa física y psicológica.

4.    Precisar las prácticas que los niños y las niñas no maltratados consideran que se deben asumir frente al maltrato.

5.    Analizar los mecanismos que asumen los niños y las niñas para superar los sentimientos que genera el maltrato.

En Colombia, el maltrato se define como “todas aquellas faltas de cuidado, atención y amor que afecten la salud física o mental, el maltrato físico, el abuso y la explotación sexual y las injusticias de todo orden que ejercen sobre los niños y niñas (menores de 18 años) las personas responsables de su cuidado: padres, cuidadores, familiares, vecinos, maestros, empleadores y la comunidad en general (Mejía de Camargo, 1996).

El maltrato físico es la forma de agresión a los niños, caracterizado por el uso de la fuerza física en forma intencional o por comportamientos negligentes que afectan su salud, asumidos por los padres o cualquier otra persona responsable de su cuidado (Quiroz, 1989).

El maltrato se expresa en diversas formas de comportamiento, que tienen entre si los siguientes elementos comunes:

1.    Constituyen la manifestación y resultado de un conjunto de problemas que afectan el bienestar psicológico de los padres cuidadores y a su entorno presente y pasado.

2.    Afectan negativamente a la salud física y/o psíquica del niño y la niña y comprometen su adecuado desarrollo.

3.    Sus efectos negativos aumentan en intensidad a medida que la situación perdura o se vuelve más crónica.

Son cinco los subtipos de maltrato que habitualmente se identifican, los cuales hacen referencia a si las acciones que lo constituyen implican una acción o una omisión, y si tales acciones ponen en peligro la satisfacción de las necesidades físicas o emocionales del niño o la niña. De acuerdo con estos criterios los tipos de maltrato son los que señalan en el cuadro No. 1.

Tipo

Activo

Pasivo

Físico

Emocional

Maltrato Físico Abuso Sexual Maltrato Emocional

Abandono Físico Abandono Emocional

Cuadro No 1. Tipos de maltrato a niños y niñas

En la legislación penal colombiana se define como “cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño o la niña o le coloque en grave riesgo de padecerlo”.

Otra forma de maltrato es el PSICOLÓGICO. Entendido como el daño que de manera intencional o no se hace contra las aptitudes y habilidades de un niño, dañando su autoestima, su capacidad de relacionarse, la habilidad para expresarse y sentir, deterioro en su personalidad, en su socialización y en general, en el desarrollo armónico de sus emociones. Se han identificado diversas formas de maltrato psicológico, tales como:


1.    Ignorar al niño y fracasar en proveer la estimulación, la respuesta y la validación del valor del mismo, dentro de la familia.

2.    Rechazar los valores del niño, sus necesidades y requerimientos de validación por parte de los adultos, que lo rodean.

3.    Aislar al niño de la familia y de la comunidad, negando su necesidad de contacto humano.

4.    Aterrorizar al niño con continuos ataques verbales, creando un clima de miedo, hostilidad y angustia, lo cual lleva a que se desarrollen sentimientos profundos de inseguridad.

5.    Pervertir al niño estimulando el comportamiento autodestructivo o antisocial hasta cuando se vuelve incapaz de una interacción social normal.

6.    Atacar verbalmente al niño con apodos, amenazas severas, palabras sarcásticas que humillan y lesionan la autoestima del niño/a.

7.    Presionar al niño continuamente para que “crezca rápido” y alcance logros muy tempranos para su nivel de desarrollo en áreas tales como la escolaridad, las destrezas motoras y la interacción social, que llevan al pequeño a sentir y pensar “que nunca es suficientemente bueno”.

8.    Sobreprotección: actitudes de los padres que inhabilitan e inmovilizan el normal desarrollo del niño. Este tipo de maltrato es más encubierto y con mucha frecuencia se encubre con intenciones educadoras por parte de los adultos hacia el niño.

Método

En la presente investigación se empleó el enfoque cualitativo lo cual permitió la comprensión de los fenómenos y los acontecimientos bajo el punto de vista de los niños y niñas en el estudio, lo que implicó un acercamiento a la realidad para comprenderla. Por tanto, las investigadoras “tomaron el rol del otro”, para capturar los significados (Mead, 1938). En este enfoque metodológico, el investigador está implicado con las personas y los grupos sociales que estudia (Schatzman y Strauss, 1973; Lofland y Lofland, 1984) y los hechos se abordan a través de un proceso de raciocinio inductivo o interpretativo.

El análisis cualitativo es un proceso con distintas etapas, donde se da una focalización progresiva, pasando de un momento descriptivo a uno analítico o interpretativo. La descripción implica una selección e interpretación y en la fase analítica se da el desarrollo teórico (Hammerley y Atkinson, 1983). El objetivo principal del enfoque es comprender y aprehender la realidad bajo el punto de vista de los participantes del estudio.

Para el desarrollo de esta investigación se usaron los métodos de comparación constante y muestreo teórico para generar una Teoría Fundada que permitiera comprender las concepciones y prácticas de los niños y niñas en edad escolar maltratados y no maltratados a partir de datos recogidos en contextos naturales. Como la preocupación central de la Teoría Fundada son las interacciones, los patrones de acción y las relaciones internas y externas de los procesos sociales en una realidad cambiante, sus hallazgos permitieron hacer formulaciones teóricas de la realidad. A través del Método de Comparación Constante se codificaron y analizaron los datos para el desarrollo de las categorías y mediante la comparación continua de incidentes específicos de los datos se precisaron las categorías, se identificaron sus propiedades y se exploraron sus relaciones para integrarlas en una teoría coherente. A través del muestreo teórico se seleccionaron los acontecimientos e incidentes indicativos de categorías y se decidió con base analítica qué datos recoger y dónde encontrarlos; de esta forma la recolección de los datos se guió por la teoría emergente (Glaser y Strauss, 1967).

La teoría que emergió de los datos se validó constantemente con los datos mismos y con los participantes del estudio.

La población seleccionada para la realización de este estudio fueron los niños y las niñas maltratados y no maltratados en edad escolar de la ciudad de Neiva, pertenecientes a los seis estratos socioeconómicos en que está dividida la población, vinculados a instituciones escolares públicas y privadas en los grados de educación básica. Para el estudio se seleccionaron once (11) grupos de 15 niños y niñas cada uno, (165 en total). Los criterios para la selección fueron los siguientes:

1.    Niños de ambos géneros.

2.    Niños y niñas entre los ocho y doce años de edad.

3.    Niños y niñas que viven con sus familias.

Entornos No. 13

4.    Niños y niñas vinculados a planteles educativos.

5.    Niños y niñas con señales físicas reconocibles de maltrato.

6.    Niños y niñas con comportamientos que evidencian la vivencia de relaciones familiares de el maltrato o no se ha dado, o es una situación esporádica.

7.    Niños y niñas que aceptaron voluntariamente participar en el estudio.


Resultados

Una vez hecho el análisis de la información, se identificaron tres aspectos importantes dentro de la problemática, concernientes a la percepción, efectos y prácticas del maltrato.

Con relación al primero, se obtuvieron los siguientes resultados:

1.    Los niños y niñas conceptúan el maltrato. “Maltratar es golpear; castigar es privar de algo”.

2.    Experiencias padecidas: conductas consideradas como maltratantes. “Los golpes son maltrato”. “Los gritos maltratan”. “Los regaños maltratan”.

3.    Los niños y niñas asignan una intención en los adultos al ejercer el maltrato. “Golpean para corregir”. “No soluciona nada”. “No es una forma de educar”.

4.    Los niños y niñas atribuyen causas al maltrato. “Los padres son repetidores de comportamientos violentos”.

5.    Los niños y niñas hacen una valoración del maltrato. “Nunca es justo”. “Es sentir que no lo quieren”.

Como efectos del maltrato, los menores manifestaron expresiones como:

1.    Sentimientos derivados del maltrato: “Triste por dentro”. “Rabia y rencor”. “Sufrimiento”. “Indefensión”. ’’Sentirse sólo”.

2.    A nivel del autoconcepto: «Castigo merecido». «Los golpes empeoran». «Hace niños malos».

3.    A nivel de la relación con los padres maltratantes: “Sin tiempo para mí”. “Desamor”.

Por su parte, los niños asumen las siguientes prácticas frente al maltrato, así:

1.    Cómo lo enfrentan.

1.1.    Provocación: «Los golpes se responden con gritos”. “Rebeldía y rabia permanente”. “Con ganas de hacer lo mismo”. “Correr para defenderse”. “Irse de la casa”.

1.2.    Deseos de cambio en los padres: “Que los padres cambien”. “Diálogo con los padres”.

1.3.    Intervención de otros: “Necesidad de ayuda”.

2.    Cómo lo reducen.

Entornos No. 13

2.1.    Reconocimiento del poder autoritario de los padres: “Sumisión”. “Hacer caso”.

2.2.    Idean estrategias para defenderse: “Llorar para no recibir tanto golpe”. “Suplicar”. “Pedir perdón”. “Esconderse”. “Pedir permiso”.

Como resultado de los diferentes momentos del análisis es claro que los niños vivencian el maltrato no sólo como una experiencia de dolor físico, “COMO SI NO EXISTIERAN”. Así lo expresan los niños y las niñas participantes en la investigación: “Siento como si se me partiera el corazón. Los niños maltratados sienten como si no valieran nada, como si no los quisieran y de ver la forma como los maltratan entonces la tristeza los invade y se sienten rechazados por este mundo”. “COMO SI UNO NO EXISTIERA” se puede definir como una sensación de desconocimiento de la singularidad del niño y la niña, que se experimenta a través del sistema vincular en el que se generan procesos de interacción psíquicos y sociales en donde predominan las imposiciones y exigencias del adulto. Según los niños entrevistados: “Uno se siente como si no existiera porque no lo quieren, no lo cuidan, no le dan comida, lo alejan; uno siente que quieren más al hermano; al otro si lo quieren, lo acarician le compran cosas y le pegan poco”.

En este contexto se producen unas relaciones mediadas por el dolor y la falta de aceptación que se expresa en interacciones maltratantes frecuentes o permanentes, y construye en los niños y las niñas una concepción acerca de sí mismos donde no son reconocidos como sujetos, sino como una serie de acciones o comportamientos que son fuertemente criticados o castigados.

“A mí, mi mamá me pega porque no tiene corazón; me hace tanto daño a mí, a su propia hija a quien tiene que querer y proteger. Ella es de corazón duro que ni siquiera sus propios hijos le duelen y por eso es que me pega tanto. Yo digo que una mamá así, no debería tener hijos; mire, es mi mamá y me da tan duro que me hace sufrir”.

Este contexto relacional violento se mantiene porque la esencia humana de los niños y las niñas, entendida como aquello que los hace seres únicos e irrepetibles se desconoce y es suplantada por una serie de exigencias del adulto para que el niño asuma comportamientos que satisfacen sus particulares expectativas. De acuerdo con Miller (1998) “El niño deja de ser sujeto para convertirse en objeto de la pedagogía”. Una niña se expresa así al respecto: “Mi mamá dice que ella es la que manda aunque mande mal; el que no haga caso lo revienta a palo. Mi papá hace mucho tiempo que nos dejó y vivimos sólo con mi mamá. Ella vive como amargada porque le toca trabajar muy duro y cuando sale nos reparte los oficios y si no los hacemos, nos da con correa o con cables pero con ganas. A ella no se le puede llevar la contraria. Tiene uno que estarse juicioso y no chistar nada porque sino, tenga pa que aprenda; mire estas marcas que tengo me las hizo con un perrero y no se me han vuelto a quitar”.

Una de las características más importantes de “COMO SI NO EXISTIERA” es que el ser infantil se desgarra, se escinde, se divide entre aquellas manifestaciones externas que agradan a los padres y otras que son acalladas a través de la violencia, existen formas de ser y de actuar que no son expresadas o si lo son se dan en espacios libres de la amenaza del castigo.


Por tanto, si la intención que subyace al maltrato es la negación de la singularidad y la diferencia, el resultado en la vivencia de los niños y las niñas, es justamente esa sensación de inexistencia de su ser psicológico para el adulto que lo maltrata lo cual es expresado por ellos cuando dicen: “Es como si uno no existiera”. Los datos indican que “COMO SI UNO NO EXISTIERA”, constituye la vivencia de los niños y las niñas maltratados, la cual se experimenta en un proceso de cuatro etapas que ellos perciben como “VIVIENDO EN AGONÍA”.

Las etapas identificadas fueron: 1. Interrupción del sistema de vinculación afectiva. 2. Identificación proyectiva con el agresor. 3. Vínculo ansioso evitativo.

4. Reconocimiento del maltrato como problema.

Etapa 1: Interrupción del sistema de vinculación afectiva

En una relación de maltrato existe o ha existido un tipo particular de vínculo, que se constituye en el paradigma a través del cual los padres, las madres, los niños y las niñas organizan no sólo las interacciones externas, comportamentales sino también las internas, que se refieren aquí a la manera como se percibe al otro, a la relación misma y el significado que se atribuye a los actos de quienes participan en él. Estos paradigmas se expresan en el contenido de los tres componentes del vínculo: la alianza, la comunidad de realización de meta y la obligación (Kaes, 1998). Estos tres elementos se conjugan para establecer un estilo de relación paterno - materno - filial concreto, que en el caso del maltrato es vivenciado como la negación de la singularidad.

En este sentido los niños y las niñas participantes en el estudio afirman: “A nosotros nos gusta jugar, y los padres no quieren que juguemos, entonces toca hacerles caso para que no nos peguen”.

Etapa 2: Identificación proyectiva con el agresor

Dentro del proceso que vive el niño maltratado, luego de experimentar la ruptura del sistema de vinculación, intenta reconstruir esa relación rota, o, mejor, trata de comprender de alguna manera el dolor y el sufrimiento que le es causado; en su concepto en las relaciones paterno-materno-filiales no encaja la idea de que los padres sean indiferentes al dolor

que experimentan.

De acuerdo con el concepto de vínculo afectivo que ha construido y vivenciado previamente, empieza una especie de búsqueda de sentido de la relación maltratante.

“Yo no entiendo por qué tienen que pegarme, en lugar de hablarme como la gente; por qué los otros niños tienen padres amorosos? Quisiera que me escucharan, siento que no me quieren, deseo que ellos cambien.”

En este intento de librarse del sufrimiento mediante la búsqueda de sentido a la acción y la relación de maltrato ejercida por los padres, los niños y las niñas, hacen una identificación proyectiva con el agresor, poniendo en juego dos mecanismos de defensa fundamentales para la vida psíquica: la identificación y la proyección.

“Yo me siento bien siendo mono, así nací yo y me parezco a mi mamá, pero por eso mi papá no me quiere y me pega”.

“Mi papá dice que si me saco insuficiente en las evaluaciones me pega y no me pone a estudiar más; entonces yo tengo miedo. Cuando sea grande me gustaría trabajar en construcción, voy a tener hijos y no voy a pegarles, pero si van mal en el estudio si les pegaría para que aprendieran para que se portaran bien en la escuela. ”

En este caso no sólo se proyectan esos sentimientos y características en sus padres, sino son devueltos hacia sí mismo como el reflejo de la luz en un espejo.

“Mi papá dice que no sirvo para nada, que soy un bruto, un inútil que no hago nada bien y cuando las cosas me salen mal yo creo que mi papá tiene razón”.

A través de este mecanismo, en lugar de admitir la crueldad y los sentimientos negativos hacia el adulto (padre y/o madre) que los maltratan, los hacen suyos, y se experimentan así mismos como no merecedores de amor, cariño y aceptación.

Entornos No. 13

“Mi papá me pega porque me lo merezco, él dice que yo soy muy necio y cansón y hago muchas diabluras”.

Etapa 3: Vínculo ansioso evitativo

Como se ha dicho anteriormente, la vida emocional del ser humano se sustenta en la posibilidad de construir vínculos afectivos, con personas significativas. Este es un mecanismo, que si bien es cierto, inicialmente permite la sobrevivencia física, también es una condición para alcanzar el bienestar psicológico y la salud mental.


Cuando se presenta el maltrato, esta convicción acerca de la existencia de una base segura se rompe, el sentimiento de confianza y la percepción de la madre y/o el padre como fuente de protección y cuidados se sustituye por sentimientos e ideas, según las cuales se cree aún en ese sentimiento pero al mismo tiempo se desconfía de él, dando paso a la construcción de un vínculo ansioso evitativo, es decir, los niños y las niñas ansían ser cuidados pero a la vez expresan rechazo, lo cual conduce a más rechazo o desconfianza.

“Yo pienso que ellos cuando me pegan están sintiendo que yo no soy su hijo ¿ Por qué me pegan si yo no he hecho nada malo?, Al rato yo les siento rabia y odio y al mismo momento les siento cariño y amor y aprecio”.

Etapa 4: Reconocimiento del maltrato como problema

En esta etapa, los niños y las niñas no consideran que el maltrato es originado por ellos mismos a través de su comportamiento, sino que es el resultado de dificultades de sus padres. Así lo expresan: “Uno no entiende porqué le pegan si uno hace lo posible para cambiar; yo creo que le pegan a uno porque la rabia no los deja pensar". “Nuestros padres saben que nos hieren cuando nos maltratan yo creo que lo hacen porque siempre quieren tener la razón”.

De esta forma, se descargan del sentimiento de culpa y de la sensación según la cual ellos son los responsables de la conducta de sus padres. Así, ya no piensan que ellos pueden ejercer algún tipo de control sobre el maltrato que los padres y las madres les proporcionan, solamente con “hacer caso”, o “pedir perdón”; llegan a la convicción de que independientemente de lo que hagan, el maltrato se va a volver a repetir.

Recomendaciones

1.    El reconocimiento de los sentimientos negativos, consecuencia de las relaciones maltratantes, debe extenderse a los adultos.

2.    La atención a los niños y las niñas maltratados debe trascender el nivel de la charla o el taller educativo, práctica que ha contribuido a trivializar el problema y conlleva a generar mayores comportamientos defensivos en los adultos.

3.    Es necesario estructurar acciones encaminadas al desarrollo de la resiliencia en los niños y las niñas.

4.    Replantear la relación que se ha construido con el problema desde una óptica exclusivamente punitiva y salvadora sustentada en concepciones maltratantes; es necesario hacer evidente el maltrato en los diferentes espacios y relaciones de la vida social.


Bibliografía

BOWLBY, John. El vínculo afectivo. Editorial Piados. Buenos Aires, 1993.

BOWLBY, John. Una base segura. Editorial Piados. Buenos Aires, 1995.

GLASER, B. y STRAUSS, A. The discovery of ground theory strategies for qualitative research. Chicago. Aldine Press, 1967.

Entornos No. 13

HAMMERSLEY, M; ATKINSON, P. Etnografía. Principios y práctica. New York, 1983.

KAES, René. Sufrimiento y psicopatología de los vínculos institucionales. Buenos Aires, Piados, 1998.

LOFLAND AND L. Analyzing social settings. Belmont, C.A. Wadsworth, 1984.

MEAD, M. More comprensive field methods. American anthropologist. Chicago, 1938.

MEJIA DE CAMARGO, Sonia. Cotidianeidad y maltrato. En: El drama de la niñez maltratada en Colombia. Asociación Colombiana para la Defensa del Menor Maltratado. Santafé de Bogotá, 1996.

MILLER, Alice. El saber proscrito. Barcelona, Tusquets Editores, 1998.

QUIROZ, Margarita y Cols. Prevención del maltrato al menor. SSSA. Medellín, 1989.

SCHATZMAN, L; STRAUSS, A. Field research. Strategies for a natural sociology. Englewood cliffs, N. J. 1973.


54

1

   Profesora Asistente, Facultad de Salud, adscrita al Programa de Psicología de la Universidad Surcolombiana. Magister en Educación y Desarrollo Comunitario.