Reveladora investigación sobre la sexualidad precoz de la mujer. Jugando a la mamá. Carlos Bolívar Bonilla Baquero - Jenny's Ann Cubillos

La obra investigativa “Jugando a la Mamá”, de los investigadores Carlos Bolívar Bonilla y Jenny's Ann Cubillos constituye un doble aporte para la comunidad académica colombiana y huilense.

En primer lugar, se trata de la puesta en práctica de un método de carácter cualitativo que se impone como innovador en cuanto se aísla de prácticas científicas tradicionales y cuantitativas para adentrarse en la más pura vivencia circunscrita a una realidad sociocultural concreta, y a través de ella dilucidar el verdadero sentir y hacer del ejercicio de la sexualidad de las mujeres en períodos tempranos de su vida.

La “historia de vida” de Angélica María sobrecoge el espíritu porque encarna la cruda realidad de una sociedad abiertamente hostil a la mujer, en la cual se evidencian patrones de conducta evidentemente machistas, contradicciones inherentes a una sociedad que se mueve entre criterios católicos de carácter judeocristiano y las imposiciones propias de los medios de comunicación que han vulgarizado la sexualidad y que cada día convierten lo femenino en símbolo sexual, en objeto de uso.

El trabajo desarrolla una comprensión del problema de manera integral y dialéctica, por cuanto permite evidenciar las contradicciones antes expresadas en la cotidianidad de una adolescente que tiene que moverse entre la restricción-coerción impuesta por el abuelo y la permisividad de la madre. El trabajo devela la profundidad de la crisis social en contextos socioculturales concretos en los cuales la sexualidad es ejercida y construida por mujeres que cada día se rebelan ante los patrones de comportamiento impuestos por una sociedad que no permite que ellas expresen su sexualidad de manera abierta y natural.

La mujer se transforma y define en la búsqueda de libertad para expresar no sólo su papel en la sociedad, sino también su derecho al placer, al manejo de su sexualidad como fuente de aprendizaje, con sensaciones y emociones, en una sociedad en la cual el falo erecto es el valor supremo de poder sexual.

Se percibe en este trabajo de manera nítida como causas inmediatas de la maternidad precoz, las contradicciones familiares, los mensajes antagónicos propios del contexto sociocultural y la ausencia de una educación sexual más vivencial, más auténtica y basada en la cotidianidad. También plantea este estudio salidas al problema y alternativas de solución que nos colocan en la obligación de continuar trabajando en la búsqueda de una sociedad donde predominen criterios de igualdad entre mujeres y hombres y donde sea posible la expresión de una sexualidad que permita la realización integral del ser humano y que le de cabida al placer y al disfrute eróticos.

En segundo lugar destaco, los elementos de carácter afectivo que entran en juego en la dilucidación del problema. Según plantean los investigadores, parece ser una constante que las experiencias de los padres se tienden a repetir en los hijos, que hogares descompuestos propician una sexualidad precoz, con miras a suplir la carencia afectiva; pero lo que se evidencia con mayor rigor a lo largo de todo el trabajo investigativo es la incapacidad de comunicación dialógica, emocional, comprensible y sincera que sufrimos los seres humanos que compartimos este contexto sociocultural.

La incomunicación en el plano sexual es total: La madre, por temor, el abuelo por machista, los maestros porque no saben cómo abordar el problema, creándose de esta manera un laberinto sin salida de tabúes, miedos e incomprensión.

Los investigadores en su obra y los artífices de ella, como Angélica María, reclaman con vehemencia una comunicación auténtica. Exigen espejos confiables cuando dicen, refiriéndose a padres y maestros: “ Nada muestran estos espejos del gusto erótico, de los vacíos afectivos, inseguridades o de la necesidad de caricias y tantas otras emociones subyacentes en las relaciones de género... ¿Cuándo una madre o un padre, le hablarán a sus hijos qué es enamorarse, acariciarse, besarse, hacer el amor? ¿Acaso todo lo que se ha vivido o se vive en las relaciones de pareja es siempre negativo? Un diálogo en torno a estos temas vitales del mundo cotidiano sí haría parte de una auténtica comunicación emocional”.

Entornos No. 13


Debemos aprender a hablar de sexo sin miedo y ponerle naturalidad a una comunicación donde las palabras clave son caricias, hacer el amor, placer y orgasmo.

En su lucha por reconocerse en una sociedad que ante todo las reprime y juzga, las niñas y mujeres ejercen una sexualidad llena de miedos, de desconocimientos, de riesgos y tabúes. Es aquí donde se inscribe el gran aporte de este trabajo, porque nos permite ver con claridad algo que estaba muy oculto: la calidad de vida de las mujeres que ejercen su sexualidad a edades tempranas. Lo que sigue es comenzar a poner en práctica estrategias para mitigar el miedo, para consolidar valores de responsabilidad y honestidad en el ejercicio de la sexualidad plena donde las caricias, el afecto y el placer sean sucesos naturales, posibles dentro de nuestras diferentes opciones de vida.

Por último, y frente a resultados tan respetables, propongo la continuidad del proceso investigativo en torno al ejercicio de la sexualidad masculina. Ellos sufren también miedos, angustias y traumas en una sociedad que les impone conductas de supermachos las cuales, más que propiciadoras de salud integral y equilibrio emocional, son fuente de profunda infelicidad.

Diana Patricia de Iriarte

Ex-profesora Universidad Surcolombiana Psicopedaga e investigadora


Entornos No. 13


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