ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

INVESTIGAR EN IDENTIDAD HUILENSE:

DE LOS POSTULADOS A LO CONCRETO

RESEARCHING THE HUILENSE IDENTITY:

FROM POSTULATES TO WHAT IS CONCRETE

Luis Ernesto Lasso Alarcón*

Resumen

Si a la fundamentación de las Cátedras -Agustiniana, Riveriana y de Cultura Huilense, que no de "Huilensidad"-, agregamos el Video, el libro sobre el Huila, las Tertulias Académicas de cara a la Comunidad Universitaria, y la Revista que circula con los otros logros, creemos que estamos cumpliendo con USCO, pero sobre todo con el entorno.

En estos procesos, más de una decena de jóvenes están puliendo pensamientos, fijan criterios, enrutan su vida para un ejercicio magisterial riguroso, empeñados en la construcción identitaria regional. Esto es, nos hacemos la ilusión de que mediante tal aprendizaje sus nuevos oteamientos y sus posteriores escritos sobre la realidad local, se esparcirán semillas de resistencia y recuperación de la autenticidad del Ser Huilense.

Palabras clave: identidad huilense, enajenación, mojones, San Agustín, Rivera, imposición cultural. Abstract

It is through the design of courses such as Cátedra Agustiniana, Cátedra Riveriana and Huila Culture, as well as a video production, the publication of a book about Huila, academic gatherings and the magazine that we believe we have done our bit for Universidad Surcolombiana and the regional context.

In these processes, over ten students have sharpened their thinking skills, led their lives towards their strict application of their teaching mission, all of them being committed with building a regional identity. They are hoped that through these learning experiences their new perceptions and their subsequent writings about the local reality will spread seeds of resistance and will retrieve the authenticity of the huilense human being.

Key words: huilense identity, estrangement, boundary stones, San Agustín, Rivera, cultural impositions.

No hay maestro, hijo de vecino, abogado litigante, funcionario medio que no tenga grandes opiniones sobre política, arte, cultura, educación, y, por supuesto, identidad. Hay palabras graves que despiertan verborragia inmediata en este país de especialistas a huevo. Eso mismo dificulta la precisión de los términos, así se indague en su devenir. Pero cuando la vida evidencia las desidentidades que conllevan masivamente a las conductas esquizoides de las mayorías ante cualquier situación límite, informan de la enajenación permanente, cuando se constata el avance en los estudios relativos en lugares menos proclives a la copia de lo impuesto; cuan-


Artículo recibido: 23/04/2009 Aprobado: 12/08/2009

* Magíster en literatura. Profesor Facultad de Educación, Universidad Surcolombiana. Director Colectivo Región y Cultura. E-mail: ernestolasso@yahoo.es

ENTORNOS, No. 22. Universidad Surcolombiana. Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social, 2009, pp. 63-74

do observamos que sólo se puede tener futuro a partir del escudriñamiento del pasado personal y colectivo; cuando volvemos los ojos al ayer comarcano que nos habla en testimonios lapidarios y palabras profundas, nos vemos abocados a inspeccionar en lo pretérito nuestro devenir, para advertir horizontes en medio de la opacidad.

Después de 32 años de ejercicio de una docencia, entretejida con el conocimiento del entorno, habría mojones por profundizar: la importancia de San Agustín (cada semestre en excursión con jóvenes preparados), la vigencia de Rivera (en la creación de revistas, escritura de ensayos, balanceadoras encuestas, difundiendo crítica), el paulatino descubrimiento de Manrique, Rojas Garrido, Matiz, Andrade, todo un pensamiento moderno que se nos ha negado, así como las voces poéticas realzadas -femeninas (Silvia Lorenzo, Martha C. Cedeño, Yineth Angulo, Luz D. Torres y Ana P. Collazos) y masculinas (J. E. Rivera, Luis E. Luna, Julián Polanía, Ricardo Castaño, Orinzon Perdomo)-, el cuento mismo producido en la comarca que se ha honrado y trascendido en él, así como los graves estados de saqueo petrolero, atraso agropecuario, deficiencias altas de salud y educación, dependencia política y religiosa, en fin los índices de exiguo nivel de vida, en gran contraste con la concepción avanzada que comprueba cómo el meridiano de la historia nos ha tocado, obliga a la indagación que evidencia desatino, a fin de remover espíritus para aspirar a un mundo, a un país, a un otro Huila posibles.

Tales los presupuestos, en este artículo aspiramos a cimentar las bases del proyecto investigativo que ha pretendido, en año y medio de labor, a más de consolidar un Colectivo de Investigación, cinco resultados concretos: un saber sobre la región que se materializa parcialmente en un libro -Huila: 100 años no es nada (2008)-, un video -Cultura megalftica del Alto Magdalena: armonía artística vital-, una Revista, -Región y Cultura N° 22-, la institucionalización de las Cátedras -Agustiniana, Riveriana y de Cultura Huilense- y la formación de jóvenes para asumir esas asignaturas. Como ya hemos constatado esos logros, adelantamos para este año la preparación del Volumen II del libro, la Revista N° 23, centrada en la problemática de USCO y la formación de 9 jóvenes para garantizar la extensión de las Cátedras a toda la USCO, como lo dictaminó el Consejo Académico.

1. No nos permitieron llegar a la modernidad y ya nos sumieron en la postmodernidad

Más de 500 años en la dependencia no incentivan llegar al pensamiento mayor, ése que marca la adultez, al que se refería Kant y al que nuestro pensador principal1 se esforzó porque pudiéramos acceder.

Una Conquista signada por el degüello y la supuesta evangelización que garantizaron el saqueo que no concluye y la imposición del más deshumanizado monoteísmo2, realizador, en menos de 50 años (15001550), del genocidio sin igual en el orbe3 , y unos sobrevivientes aterrorizados y mudos, no podían conformar una nueva cultura, una nueva Raza4, capaz de erguirse a la luz del universo. Trescientos años de Colonia, en donde se forja "el pequeño género humano" que advirtiera Bolívar, cuyas mayorías mestizas no tuvieron sitio en la pirámide ultramarina, poco y nada hicieron por su proceso emancipador: élites criollas que se reclamaban españolas, en su mayoría, vieron en el grito libertario el momento propicio, con la invasión napoleónica a la Península, para aparecer como nuevos amos de negros herrados, indios y mestizos "blanqueados", todos imperceptibles aún.

Así podría explicarse, desde otra perspectiva, por qué los auténticos patriotas -Bolívar, Nariño, San Martín, Hidalgo, Juárez- fueron impugnados por los "federalistas", que vieron en la grita del 20 de julio la posibilidad de adueñarse de cada provincia. Así se podría entender la visión de Mariátegui considerando "trunca" la Independencia de estos países tan tiranizados5 . Así se explicaría por qué "nacimos ungidos al yugo de la dependencia", como diría el primer marxista de América: pasamos de España a Inglaterra, luego a Francia y desde 1850 -Texas y California-a la subordinación yanqui, con la secuela de una deuda externa que ya es impagable.


Si se da la sumisión económica, el sometimiento se extiende a lo político y a lo cultural. Martí ya lo advertía temprano: "Pueblo que compra, manda; pueblo que vende, sirve'6. La memoria reciente de Colombia no podría desmentir: haber enviado tropas a favor de los gringos contra el pueblo coreano (1953), se compagina con señalarnos como "caínes de América" frente a la Guerra de las Malvinas y con el hecho de que hasta para aderezar la sopa, el embajador norteamericano interviene. Pero volviendo al pasado, Galeano7 nos corrobora que los ingleses quebraron las manufacturas argentinas y mexicanas para imponer su librecambismo y fueron capaces de urdir la "Guerra de la Triple Alianza" contra Paraguay, único país resistente al engendro que hoy nos imponen los estadounidenses y sus satrapías locales, como TLC. Por ello, América Latina comprará a EE.UU. todo lo que antes producía: arroz, maíz, carnes, ladrillos, agua, cuando a la vez vienen sus multinacionales por los últimos recursos: selvas, aires, luz, salud, educación8.

Y si los ingleses nos impusieron a los filósofos del libre comercio para superar el dogma medieval, los norteamericanos iniciaron con el utilitarismo para promulgar hoy la a-historicidad, la no-ideología, el agnosticismo, el cinismo, el presentismo, el relativismo absoluto, el universalismo a ultranza, ese modelo de vía venida abajo que sus "tanques pensantes" han llamado postmodernidad9, hoy de moda en las aulas de la repetición donde los loros retóricos aúpan en su irresponsable inconsciencia educativa.

No pudimos acceder a la Modernidad y nos marcaron el desafuero desesperanzado, el narcicismo de la postpost. El engranaje conceptual que emergió con la crítica iluminista sobre el acerbo medieval, esa recuperación del renacimiento que puso al hombre "como medida de todas las cosas" y restauró el principio pitagórico de "un mismo ritmo mueve a los astros y a los hombres", aún hoy son réprobos, sobre todo en este país del holocausto negado y el vasallaje religioso. Y como la luminosidad de los nuevos conceptos que enrutaron la revolución burguesa en Francia, fueron traicionados por la impostura napoleónica (1804), el horizonte se fue diluyendo, hasta reinsertarse en los aportes de Poe y Baudelaire10. A la crítica radical del pasado, estos dos intelectuales del desencanto, aunaron la ironía y el humor negro que roza el autoescarnio, buscando sacudir lo que quedaba de medievalismo. Los "padres de la sospecha" acentuaron lo entrevisto para explicar el mundo por la economía, por la metafísica humanizada y la escisión humana11, así desde cada mirada se cayera en metanarrativas aisladas. Octavio Paz aceptará la historia para colmar el nuevo vistazo: Modernidad es "la tradición de la ruptura", escribió para situar más precisa y holísticamente el concepto12.

Pero en estos lares no rompimos de raíz ni en los breves años del período emancipador. Tampoco después: primero guerras intestinas para repartir el botín, después caudillos despiadados y analfabetas imponiendo "orden": cuantos esfuerzos han hecho los pueblos por liberarse, cuantas batallas se han dado por la tierra para el campesino, por los derechos inalienables, por la autonomía nacional, culminan en regímenes dictatoriales sembrados de cadáveres libertarios. El que en Colombia, por ejemplo, el 90% de la población use celular, es apenas un dato instrumental, mas no la conciencia de una tecnología al servicio transformador; si acaso una posibilidad de vanagloria -tantos con lo mismo- esa sinrazón de la razón egoísta.

Entonces, la tradición de la repetidera -algunos en Colombia han intentado la ruptura y por ellos brindo mi reconocimiento13- en los centros claves de cultura impide revisar el pasado, desde una provincia tan convencional, lo que se convierte en audacia mayor, desafío de lo consagrado, donde -en estos tiempos de globalización- lo que buscan los ancianos detentadores, así no lleguen a la cuarentena, es abrir sus manos limosneras para obtener prebendas de multinacionales que hollan pasados y aniquilan futuros con tal de continuar la depredación y llenar sus bolsillos: esa la alianza de la perversa usanza con lo


"nuevo" de los postulados imperiales: es lo que podemos leer en la entrega antipatriótica de Quimbo14.

¿Nos desmoralizamos hasta el derrumbe? Volvemos los ojos a la resistencia construida en medio milenio para reafirmarnos: se puede probar que en la Región se han dado rupturas idóneas para apuntalar la conformación de una muralla que atesora virtudes y dignidades, capaces de mellar la avalancha consumista y enajenante que nos robotiza. Que nos hacemos fuertes en el postulado de T. S. Eliot -"Sobre Homero se funda la civilización griega'15-, por lo cual hemos sostenido la brega de 32 años en USCO: aunando razones para construir un bastión que agrupe a los avisados, dispuestos a erguirse contra la noria deshumanizante.

Desde esas perspectivas elegimos el nombre del Grupo de Investigación, que antes no laboraba directamente para USCO, pero que llevó adelante cuatro propósitos convergentes con lo que hoy desarrollamos: 14 Encuentros Nacionales de Escritores; 21 números de la Revista que preparaban y reconstruían los Eventos; cinco libros de autores locales editados; viajes a San Agustín, Ecuador y Machu Picchu con estudiantes, razones precisas para que el Grupo de Investigación retomara el nombre y ahondara los presupuestos, entre otras motivaciones, porque tanto el Investigador Principal como el Co-investi-gador, habían hecho sus aportes identitarios en libros que apuntalan los asuntos elegidos16.

Concretamos: la conciencia de construir una fortificación desde la autenticidad cultural regional, rescatando valores netos para confrontar desvalores impuestos, estaba inmersa en los deberes de antaño. Ahora añadimos: en la contradicción global/local, el deber intelectual no es iterar lo metropolitano sino oponerse -rompiendo desde la otra tradición-, en el entrelazamiento que entrevió Martí, hace 120 años, y que nos urge cada vez con mayor ahínco, para sofrenar el aliento del "gigante de las siete leguas'. El horizonte martiano permite, también, la superación del chovinismo que impide el reconocimiento universal en su positividad: "Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el nuestro'17.

Buscando la proximidad al entendimiento de la relegación conceptual que nos permita acceder a la conciencia avanzada, intentemos ahora abordar los términos básicos que nos nuclean: Región y Cultura. "Colombia es un país de regiones", recupera Fals Borda18 , enfatizando en la urgencia de romper el centralismo, una vez se advierte que "cada región desarrolló su propia cultura" y que "la región ha adquirido una personalidad y una fuerza que caracteriza a Colombia como país". Antes de proseguir en su ofrecimiento de reivindicar la creación de "La Región del Alto Magdalena", presupuesto lúcido que echaron a perder las inconsciencias omnipresen-tes19, preferimos ejemplos positivos: la región de Córdoba (Argentina, 1918) restituyó para el mundo estudiantil sus derechos permanentes20. De igual modo, desde la multiplicidad aborigen de los habitantes de la selva Lacandona (México, 1994) surge la primera avanzada antigloba-lizante, como partió de Florencia -región toscana- el movimiento renacentista que fundamentó la modernidad, aún por desarrollar.

Con esas referencias volvemos los ojos a una Región tantas veces vituperada -de opitas, celios, holgazanes, incapaces- para colaborar en su autovaloración, a partir de la cultura Ullumbe, la Gaitana, Toribio Zapata, Benito Salas y las damas fusiladas en 1810 por orden de Sámano, Rojas Garrido, Matiz, Rivera, Andrade Rivera y tantos otros que han contribuido a frenar los embates de extranjeros y extranjerizantes -cuyo mejor episodio realizara el yaguareño que se hizo celebrar por la opitez como el "Embajador de la India"- empeñados en mancillar la comarca desde la metrópolis que no la sitúa ni en el mapa. Recuperar las enseñanzas de ellos, ex reconstruir un corpus para consolidar el baluarte que nos proponemos.


Sobre el amplio espectro de Cultura -entretejido con la visión expuesta sobre lo regional- nos viene de inicio el aporte de Galeano: "Conjunto de símbolos de identidad colectiva que se realizan en la vida cotidiana"21. Inmediatamente nacen preguntas gracias al aserto del uruguayo: ¿Con qué símbolos se ha guiado el abatido terruño, desde hace 500 años? ¿Tienen injerencia las propuestas de indios, negros, mestizos, en la conformación de la farsa de "huilensidad"? ¿Por qué se obliteran las gestas populares, el saqueo de las riquezas, los fundadores auténticos, para imponer a los forajidos hasta en el recuento escolar? Se podría seguir. Pero se trata de repulsar el gesto oficial para entretejer, a partir de abajo, la red que ayude a reedificarnos, a conocer la otra cultura que invite a los huilenses a saberse conjunto social en el horizonte.

Desde esta representación nos aproximamos al otro término clave que fundamenta la labor investigativa: Identidad. Bolívar, primero - "somos un pequeño género humano"(1812)-, Reyes, después -"No somos una curiosidad para aficionados sino una porción integrante y necesaria del pensamiento universal" (1930)-, para que prosiguiera Mariátegui - "Los elementos de la nacionalidad no han podido fundirse o soldarse, aún” (1930)-, desarrollara Sambarino - "No hay identidad sino en relación con los otros" (1980)-, antes de la amalga concluyente de R. Fernández Retamar:

Nuestra Cultura es hija de la revolución, de nuestro secular rechazo a todos los colonialismos: como toda cultura requiere como primera condición de nuestra propia existencia22.

Si existimos es que tenemos conciencia de estar inmersos en la formación de una imbricada identidad que se acrecerá en el escrutinio del pasado, para comprender el dinámico presente y otear el futuro, ese momento temporal que también pretenden abolir las potencias controladoras: "no tenemos segunda oportunidad sobre la tierra", parecen direccionarnos, como si hubiéramos tenido una sola. Frente a la negación, sacudir lo alienante, mirarnos en el espejo astillado, reconocernos en el vino de plátano, señalar complementariedades en las dicotomías, sabernos pluralidades íntegras, privilegiar las enseñanzas de nuestros arcontes, verificar en la diversidad la unidad de Nuestra América, toda una enseñanza que es preciso leer en las piedras agustinianas, para inferir la existencia y la afirmación que nos permita crecer hermanados en la otredad.

2. Marx y Freud: "Condensan y hacen poesía”

El pensamiento de Estanislao Zuleta que abre el apartado, puede estar en relación con las tareas concretas que cumplimos como Colectivo de Investigación. Comprehender que los Científicos difieren de los Artistas sólo en el resultado de sus pesquisas -ambos eligen de manera angustiosa los temas, ambos aplican obsesivamente el método de ensayo y error, pero por la ciencia se llega a una ley, lo unívoco; mientras que el artista expone lo multívoco, lo anfibológico, lo plurisignificante23- y que tanto los unos como los otros son la base del colectivo sedentario humanizado, reconocernos en estos fundamentos, realza la nueva visión de la cultura agustiniana, el apropiamiento de la obra de Rivera, la conformación de los Hitos Históricos del Huila.

Aparte del hecho estudiado de la Cultura Megalítica, como formando parte del Patrimonio de la Humanidad24, para que los gobernantes manipulen la ubicación meritoria y la distorsionen pretendiéndola "emporio turístico"25, dedicamos tiempo a la calificación en la materia, a fin de arrancar pensamientos hondos al tallado de los Ullumbes. Sistematizar a los "viajeros de la cultura", desde Santa Gertrudis (1756) al sabio Caldas (1797); de Codazzi (1857) a Preuss (1913); de Pérez de Barradas (1936) a Dolmatoff (1960); de Duque Gómez (1941) al discípulo César Cubillos (1970); de Llanos (1980) a Velandia (1990) y a Sánchez (2005), para sólo mentar estudiosos indes-cartables26, permite formar -a más de maestros de Neiva y Garzón que recibieron la cátedra de Llanos, Velandia,


Sánchez y Polanco, en el 2004- a cinco colegas jóvenes ya egresados que hoy atienden con calidad las Cátedras que el Consejo Académico reconoció y extendió por toda USCO. Ahora, en el semestre 2009A, estamos preparando, con más devoción y ahínco, siete estudiantes que esperamos continúen la tarea que nos designa la autoridad académica de la U.

Algunos avances intentaríamos reseñar (después de asimilar los maestros, viajar continuamente con jóvenes y docentes), los que podemos avanzar, así:

1.    Los artistas -crearon 1000 estatuas en 1000 años, aventura el Maestro Sánchez- no se constituyeron en especialistas de los clanes guiados por caciques y chamanes, que no rompieron la propiedad colectiva, no fueron autócratas y mantuvieron su armonía vital, sin erigirse en parásitos sacerdotes de su comunidad.

2.    Esos artistas, seguramente, hicieron de chamanes con conciencia "mitopoética", para explicarse, científicamente, el ciclo del agua, realizar trepanaciones de cráneo y partos en el afluente, cimentar túmulos y aterrasamientos de calculada ingeniería, arquitecturar mausoleos perennes, construir helioreloj, lograr coloridos de permanencia milenaria, simbolizar con tonalidades y figuras geométricas, realizar rituales en el solsticio de verano para garantizar cosechas y propender -mediante la fauna propia- por exceder dicotomías que anteceden a la posibilidad de la necrópolis transformada en erópolis, variedad riquísima que prefigura la unidad englobante: privilegiar a las mujeres -¿cultura cercana aún al matriarcado?-como garantes de la continuidad de la vida.

3.    Desde hoy, promover en la USCO un par de cohortes de investigadores de la Cultura Megalítica, dado que urge una mejor sistematización de toda la estatuaria, más y mejores intentos hermenéuticos, proyectos de rescate que conmuevan a los huilenses para que se apropien de su ancestro, no para aupar el turismo "fácil", sino para encontrar bases que permitan entrever la posibilidad de otro mundo, otro país, otra región27.

En relación con la obra y el pensamiento riverianos, el Colectivo estudia, discute y sintetiza elementos que ayudan a situar a José Eustasio más allá de la crítica reconocida. Es así que se ahonda en el poemario28 para confirmar su unidad enunciada en el soneto-prólogo; para rebasar la ubicación en "el modernismo paisajista" y fijar el rigor formal -que no carencia- conjuntamente con la abismal percepción del "vacío" -de origen nietzscheano-, una vez que el río fluyente de la conciencia autorial encuentra la "naditud" en las alturas, después de avanzar las contradicciones brutalmente presentadas en la selva, para remansarse solitario y desencantado en la "pampa intérmina", descubriendo que "nadie escucha lo que la noche entiende". Al final el poeta expresa la lucidez íngrima de su función, a lo que no puede renunciar: "sigue en mi absorto corazón el canto".

En lo referente a La Vorágine, la releemos cuidadosamente, comentamos su compleja trama que va más allá de un viaje al infierno selvático, pasando por el purgatorio del llano, argumento que tejen "voces simultáneas" -seis narradores que construyen la armazón polisémica, con un lenguaje matizado de lirismo y expresiones locales identificando a los contadores y también al ordenador Arturo Cova-, narración escrita para mover a la acción a Esteban Ramírez, ahora Ramiro Estébanez en su propia jungla de desidentidad feraz, escritura que ironiza el capitalismo al componerse en el libro del Debe y del Haber, ejercida en el presente angustioso al descubrir que Funes es un sistema y que en el fondo todos somos funestos, en un proceso de auto-reconocimiento del poeta que muda de vate armónico a hombre roto ante los deberes de la paternidad circunstancial; de vengador machista exacerbado a intelectual que insta a los "apestados" a la rebelión que no le creen; solitario justiciero que "libra a la patria del hijo infame", el enganchador, por lo cual ahora sí lo reconocen, cuando él no tiene opción distinta a la de proteger al sietemesino que acaba de parir Alicia, terminar el manuscrito para el baquiano, antes de internarse en la selva, manuscrito de "peripecias extravagantes, detalles pueriles, páginas truculentas (...) puro ruido y desolación", autoironía de su narración que no suele leer la crítica y que nosotros buscamos captar desde la estructura tripartita, la construcción de personajes que desde lo cotidiano trascienden el mundo agreste del capitalismo devorador intuyendo el fin último de esa "novela ejem-


piar"29, que anunció la gran Novela Latinoamericana del Siglo XX, todo para contrastarla con estudios diversos30 que pocas veces dan cuenta integral del texto. Eso para no referir el entrelazamiento autor/obra que permite situar a Rivera como intelectual colombiano magno, al inicio de la pasada centuria, cuyas lecciones ciudadanas y estéticas nos vendrían cabalmente en estos tiempos de falsos igualitarismos postmodernos31. Ninguneada la novela por el primer García Márquez32, la obra aún convoca lecturas agudas en esta nueva era33.

Caso aparte merece la nueva consideración de la obra Juan Gil 34. Recitada a sus colegas en veladas artísticas (1911) -la expresión mayor de los Centenaristas-, junto a otras piezas que no podemos constatar, porque obliga a observar la incoherencia de su producción poética, si nos guiamos por las Estéticas de Aristóteles y de Hegel35. Si, además, no conociéramos sus ensayos sobre el teatro griego y sobre la técnica de su admirado Ibsen, hasta especularíamos con lo del "burro flautista". Pero metidos en la obra -que toca fundamentos del absurdo- con plena vigencia en estos días, siguen las sorpresas porque la historiografía del teatro colombiano la ignora y porque sólo podríamos referir dos estudios locales al respecto36.

La obra nos cala de tal modo que, expulsando chovinismos, encontramos conflictos trascendentales: escrita en la primera década del XX, logra captaciones que llegan a nuestros días: la estructura familiar enfeudada ya lleva el cáncer que la destruirá: la casta se sienta en la matriarca Rita, pasa por su hijo ciego Juan Gil, llega a los sobrinos Pilar y Mario, para extenderse al médico Mauricio y a la mucama Tránsito. Seis personajes que encarnan el desvencijamiento de la familia cristiana, siendo inconscientes del absurdo destino que se les impone.

Provenientes de una finca tolimense -el Gran Tolima, cuyo eje era Neiva hasta 1905- donde la familia creció al amparo de Rita y Juan, la tragedia sucede en Bogotá, en casa de diversos cuerpos que goza de jardín interior y teléfono. Es tragedia de casta dominante. Subido el telón, como estipulaba Ibsen, ya el conflicto se precipita: Pilar recién casada con su tío ciego y de 50 años, habla galantemente con su primo, quien le reprocha el sorprendente matrimonio estrambótico: "Tú, ¿la rosa belísima de corolas de fuego/dejándote al rose de las manos de un ciego?". Los dísticos de respuesta son enigmáticos: "Para purgar mi vida, sobre el pesar que siento". Luego elevará el tono: "¿Quién comprende la vida?". No estamos ante la sordidez de la familia cristiana usual, sino en los altos designios que, como trata de entender Mario, "anublan el futuro".

El ciego cela a Pilar que miente, es delatada por el olor del cigarrillo del primo. Y cuando éste pretenda zaherirlo por la ceguera, Gil (tonto) responderá: "Con tus ojos no has podido encontrar una mujer". Solos los desposados, el ciego recomienda buenas lecturas a su consorte en vez de novelas cursis: "Tras de escuchar lo que mi madre / me ha leído, poseo las ideas /y las nociones más indispensables / para entender la vida". Adelante afirmará: "Los astros están en mi cabeza". Sólo que Pilar no lo ha elegido por intelectual que toca clásicos en el piano y se hace leer a Homero y Shakespeare, sino por ciego. Pero este invidente es más que especial: dirá a su madre que quienes más actúan enceguecidas son "ciertas hembras" que deberían llevar "como los ciegos, un palo / para que por este mundo / marcharan lentas, tanteando / todos los peligros que /pone la vida a su paso".

La escena V, entre Pilar y Rita, agudiza el simbolismo en torno a la madeja de hilo que se enreda para el tejido que realizan. En la VI, Mario contará la fábula de la araña, insistiendo en lo figurado. Nuevamente Juan enfrenta a su sobrina-esposa, recelando de Mario porque "otra vez te prodiga (galanteos) y no los rechazas". Ella le pedirá silencio porque la ofende, y él gritará: "Nunca mataré la palabra". Luego elevará la intuición: "En nuestro matrimonio hay algo que me espanta". Delante, Juan, en su soliloquio, cantará al Sol: "¿Qué te importa el dolor? Alegra al orbe / que yo te voy gozando a mi manera (...) y sigo


oyendo un ritmo inexplicable, / y ese ritmo eres tú", para finalizar así:

Yo te amo, padre sol, y no te he visto: pero cuando tu música comienza, con la misma armonía, interiormente, empiezo yo a vibrar, sin que comprenda si es que a mí me iluminas de ese modo, si el ritmo va por dentro o va por fuera!

¿Sinestesia que transborda la luz por el ritmo? ¿Cinestesia que traspone interior por exterior para la captación maravillosa? ¿Espléndida aplicación del concepto pánico del mundo, extraído de profundas raíces aborígenes, tan caro a su amigo Quiroga? Conjeturas lejanas, lo cierto es que el texto encierra algo más que peripecias parentales, para fundar un personaje mayor. Sigamos: ingresa el médico-poeta -aquí todo es dual, dicotomizado, escindido- para contar cómo un obrero se encegueció con cal viva. Juan es sólo oídos. Mauricio recupera el amor sentido por Pilar -a todos enamoró este fundamento hogareño- antes de anunciar la grave enfermedad de Teodoro -ese séptimo personaje referencial que atiza la acción, como se verá- quien antes de morir, enteró al médico de la preñez de Pilar. Al saberse descubierta, grita: "¡Que Juan Gil me mate!". Luego templará su espíritu: "Si lo fatal iba en mí, / ¿por qué amparé en ese ciego / mi falta? /(...) antes que los humille la verdad, habré yo muerto". Crece la conciencia de la mujer que actuó inconsciente: "La fatalidad avanza a cada momento /como la noche. Es preciso / que yo le salga al encuentro". Termina así el Primer Acto, con los elementos de la tragedia contemporánea expuestos en el tablado y con la decisión última de Pilar, decidida a enfrentar la afrenta.

El Segundo Acto -13 escenas simétricas que hacen reconocer la voluntad de estilo del creador- se realiza en el jardín, a las 6:00 p.m. y relieva la acción de Rita, madre-tía, a partir del "respeto / que a mis canas se debe y a mi nombre". El chismorreo propio de imaginario comarcano la hace expresar: "¿Qué va a decir la gente que me estima?", en una preocupación secundaria que deja de lado a sus vás-tagos signados por la ventura. En contraste, evoca su lejana maravilla de madre: "Porque haciéndome madre, proseguía / en mí la eternidad! Morir no me importa / cuando renace en otro ser la esencia". Lapidaria concepción que no percibe Juan por estar embebido en la fatalidad -ese infortunio que subyace integralmente la intriga- hasta llegar a su propia reflexión: "esto negro / que nos arropa los ojos", antes de terminar con la sentencia bíblica: '¡Ay de los que tuvieron ojos /para mirar, y no vieron". Tránsito gime por la ceguera de Juan que le impedirá mirar la preciosa criatura que va a nacer, como preámbulo de contarle a Rita que Pilar la mandó a comprar veneno. La fámula, después, bromeando entera a Juan de su paternidad. Él comentará: "Y si no lleva mi sangre... ¿para qué?". Como en escena paralela, Mario y Mauricio polemizan sobre poesía y amor, antes de concluir que no fueron felices porque no lucharon: "El tedio nos devora". ¿Está captando la copia que los intelectuales cachacos hacen del "mal del siglo"? ¿Se podrían aproximar las cosmovisiones de Silva y Rivera? Luego traerán a cuento la visión de Nietzsche: "El ideal ha muerto". En la escena X, Juan le pide a Pilar la verdad, "aunque me aplaste". Como ella enmudece -"Tal vez yo sea tu fatalidad, o tú la mía"- Juan intenta cegarla con cal viva. Ella dirá que prefiere la muerte a la ablepsia y suelta su pensar, distante del discurrir femenino usual en diversas épocas:

¿Acaso se complace

Dios en crear infelices para luego

darlos como juguete a la desdicha?

(■■■)

Para mí sola la celada infame del mal, que tanto al bien se parecía.

Mario, jugando al cinismo, comenta desde otro ámbito la escisión: "No nos importa / la verdad! Casi siempre la mentira / a la felicidad sirve de asiento..." En la escena XII Pilar llega al fondo: "Estoy arrepentida / hasta de haber nacido", cuando Juan clama por el lazarillo fundamental: "el que me sepa guiar interiormente". Al final, sin escuchar razones, clamará en el escenario: '¡Mamá... Ese muchacho no es mi hijo".

El Acto Tercero desarrollará el conflicto en sus puntos climáticos, volviendo circularmente a la escenografía del primero, con una modificación profunda: es el amanecer bogotano: las voces son menguadas, la luz es tenue, pro-liferan en el texto los paréntesis indicando gestualidad. Mauricio emerge ahora como personaje clave: es el médico que vigila a Pilar y a su hijo, el mismo que ha convencido a Juan de que el niño es sietemesino (sietemesino es también el hijo innombrado de Cova: ¡vaya con los números sugeridores!). En la escena IV, Gil expresa su júbilo: "La vida /me puso la dulzura entre los labios. /Al fin fui consolado por el soplo de Dios", vocea ante un público estupefacto que capta la patraña urdida contra el que quiso ver y no ve. Para mayor escarnio agrega: "¿Y qué me importa la desgracia / si el apoyo tendré de aquel hombrazo?". El júbilo retorcido se acrecienta cuando hace cesar el llanto del pequeño tocando "L'addio del passato". No deja entrar Mauricio ni a Tránsito con alimentos para Pilar. Cuando llegue Mario le dirá que Teodoro ha muerto. Este volverá a infamar a Juan, para luego trascender a lo suyo, pensando en el dolor inconsolable de Pilar: "Nunca fue concedido a los poetas / dar la felicidad sino en el canto". Mauricio emula, seguramente para lavar la infamia de controlar acciones nefastas:


Vil condición la nuestra. No tenemos un ideal preciso que rendirle a nadie, ni a los hijos ni a la esposa ni a la Patria!

La vida se consume sin que sepamos para qué es la vida

Y hasta el amor se daña en nuestra sangre falto de un ideal que lo enaltezca.

Pocas veces el uso del encabalgamiento ha resultado más indicativo de las autoinculpaciones de la intelectualidad pequeño burguesa. Con todo, la tragedia avanza: "Nació ciego", reitera el médico a Mario, mientras al fondo el piano expande las notas de "El adiós al pasado". No ahíto el augur, debe contar al joven la muerte de Pilar: el cancerbero no podía contener más la noticia funesta. El drama se ha concentrado en la VII (¡!) escena, la más cruel, la más desastrosa, como que todos los hados buscan saciarse en el dolor incolmable de los inocentes.

Así se abre el camino al absurdo vital, lo que se constata en el suceso que cierra la tragedia, gesto de descomunal incoherencia: los actantes desaparecen y el niño llora. Desasosegado, Juan Gil llama y es presa de la soledad. Tanteando con su bastón llega a la cuna, saca la criatura y la conduce al centro de escenario. Lo presenta a la luz para decir desgarradoramente: "Tú me guiarás". Ignora que el sino ha ido hasta el fin: desconoce que el pequeño es ciego. Final tan impactante para sellar el abatimiento signado por los dioses, desventura o vida, ni los trágicos griegos alcanzaron. Y si lo ubicamos en el absurdo, el nihilismo pleno riveriano se instala en el sinsentido hasta de la búsqueda que emprenden los seres lúcidos del universo.

Se va a cumplir el Centenario de Juan Gil y no tenemos una edición cuidada del texto ni hay un grupo que monte la obra37, ni quien busque los dueños de los baúles herenciales para hallar en papeles centenarios textos que podrían ser tesoros; la casa donde vivió el poeta es transitada por detectives del DAS; la única edición cuidada de La Vorágine se hizo en Caracas (Ayacucho, 1976); no existe tiraje decente de sus poemas: como con la Cultura Megalítica del Alto Magdalena, quienes menos se reconocen en los predecesores, son los huilenses de la abulia conformista.

Hemos construido la Cátedra de Cultura Huilense, venciendo obstáculos de foráneos y pesadillas burocráticas. Partimos del nuevo atisbo sobre San Agustín; recuperamos a Castellanos38, para regocijarnos con las lecciones de la Gaitana; tomamos aspectos de la vida colonial en la comarca, para resaltar la gesta comunera de Toribio Zapata39; revivimos el patriotismo indepen-dentista por los fusilados de Neiva40; buscamos la senda radical libertaria de Rojas Garrido41; bebemos en su émulo, fusilado en Tibacuy, el primer hombre moderno del Valle estrecho, asesinado por la perdomocracia en el corazón de la ciudad infiel42; abrevamos en los aportes escriturales y humanos de Rivera43 ; hasta enterarnos de las batallas fundamentales de la Guerra de los Mil Días por La Venturosa de Ramón Manrique44 y recorremos la obra teatral de Andrade Rivera que cambió el sainete para anunciar el Nuevo Teatro Colombiano45. Y a ese terreno un tanto abonado de la cultura espiritual, agregamos indagaciones sobre el cuento regional46, las voces poéticas trascendentales47, las novelas premiadas por la Bienal


de "Tierra de Promisión"48, la actividad musical centrada en el Festival del Bambuco49, la cotidianidad religiosa de la parroquia50, el devenir periodístico51, la participación política en el Departamento52, sobre USCO53, Derechos Humanos54, Regalías Petroleras55, producción agro-pecuaria56, aguas privatizadas57, plástica58 y jóvenes barriales59. Varios de los temas -16- ya se indagaron y entregaron a la comunidad, después de debatirlos en las Tertulias Académicas, a lo largo del año pasado. Otro tanto presentaremos hacia el final del presente año.

Igualmente, con el aporte asignado de la Vicerrectoría, mediante convocatoria, pudimos editar el video "Cultura megalftica del Ato Magdalena: armonía artística vital", que gira por el mundo, y una Revista -Región y Cultura N° 22-que recoge poesía y pensamiento crítico lugareño, al lado de textos latinoamericanos y lírica planetaria.

Estamos en capacidad de aseverar que en cada texto, en cada esfuerzo, se puede advertir, la condensación que demandaba el maestro Zuleta, tanto para lo científico como para lo poético. Por eso solicitamos de colegas y jóvenes aprendices, que los materiales de sus investigaciones se concreten en ensayos reducidos. Para ello, también adelantamos un Taller Libre de Escritura, fundamentado en el ensayo y el cuento, que -creemos dará frutos opimos.

3. Para no morir en el intento

Si a la fundamentación de las Cátedras -Agustiniana, Riveriana y de Cultura Huilense, que no de "Huilensidad"-, agregamos el Video, el libro sobre el Huila, las Tertulias Académicas de cara a la Comunidad Universitaria, y la Revista que circula con los otros logros, creemos que estamos cumpliendo con USCO, pero sobre todo con el entorno.

En estos procesos, más de una decena de jóvenes están puliendo pensamientos, fijan criterios, enrutan su vida para un ejercicio magisterial riguroso, empeñados en la construcción identitaria regional. Esto es, nos hacemos la ilusión de que mediante tal aprendizaje sus nuevos oteamientos y sus posteriores escritos sobre la realidad local, se esparcirán semillas de resistencia y recuperación de la autenticidad del Ser Huilense.

La proyección se fijaría en conformar tres Semilleros adjuntos, así: uno para proponer lo indispensable para las cohortes de Antropólogos que urge la continuidad investigativa en la Cultura Megalítica del Alto Magdalena; otro para institucionalizar las Cátedras Identitarias en la Escuela Básica de Neiva, buscando extenderlas a todo el Departamento; el último, para recuperar los textos de Rivera, su casa, la construcción de un Museo-Taller sobre su obra. Esos temas serán propuestos para la próxima convocatoria de semilleros.

Ellos saben que las siete horas semanales con destino a la formación de catedráticos serán profundizadas: cavarán sus enraizamientos en lo mejor del origen, fundamento inalterable si queremos cumplir nuestro deber intelectual al servicio del pueblo. De esa convicción nacen las fuerzas para rechazar escepticismos fáciles, así como los ataques de los ignorantes que por indiferentes se oponen a cuanto pueda sacarlos de sus sueños suspiradores en hamacas y mermeladas caídas del cielo, los mismos que suelen ver en la identidad un regreso al útero natural, sin sospechar la batalla que ha de confrontar el desdibujo, enfrentamiento que ha de realizarse en colectividad, superando pequeñas contradicciones y grandes prejuicios, con el fin de mover voluntades hacia el irrenunciable proceso emancipador que enunciara Fernández Retamar.


No sobraría insistir en la distribución del producto -en especial el video que se presentó en dos certámenes internacionales (Santiago de Cuba y Santiago de Chile), en la Universidad de Antioquia en el Primer Coloquio de Historia de la Literatura Colombiana, en la Universidad del Tolima, pero sobre todo, en un Taller que realicé con los maestros del Huila en el semestre pasado- con lo cual las tareas se expanden y el regocijo de servir crece. Así mismo, hemos colocado gran parte de los 500 libros y las 500 revistas en personajes claves del Departamento, estando a la espera de su respuesta.

Finalmente, hacemos reconocimiento al doctor Nelson Ernesto López J. porque permitió la continuidad tanto de las Cátedras como de la investigación identitaria, prometiendo, además, el apoyo para la edición de un fascículo de poemas de dos voces femeninas egresadas de USCO, una en la labor y creación en el lado del Allá (Barcelona) y la otra, gran educadora de Acá, ambas ligadas a la producción cultural del Huila: Martha Cecilia Cedeño y Yineth Angulo, poetas y educadoras formadas en las sendas de revalorar lo nuestro.


Bibliografía específica

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Varios. Manual de Literatura Colombiana I - II. Bogotá, 1982.


74

1

   Estanislao Zuleta, a quien pretendo tributar en mi libro Sobre Literatura Colombiana. Intento de Crítica Concreta (2008).

2

   En tanto antinatural y salvacionista, con lo cual todo está justificado.

3

   Desprendido del testimonio del padre Las Casas -Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias-, la estadística moderna aproxima el sacrificio al 90% de la población.

4

   Superada la acepción elemental, se usa en el sentido de estirpe.

5

   En su definitivo Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (1928).

6

   En "La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América", texto publicado en Nueva York, 1891.

7

   C/f. su indispensable Las Venas Abiertas de América Latina.

8

   Ver El TLC recoloniza a Colombia del Senador Jorge E. Robledo, 2006.

9

   En La No Simultaneidad de lo Simultáneo (1995), de Carlos Rincón, el sustento de este esquema.

10

   En Escritos sobre Literatura (1984) y en Cuadernos de un Disconforme (1999) están las bases del pensamiento simbolista que ya el norteamericano había cimentado para la nueva literatura.

11

   Marx, Nietzsche y Freud sentaron las bases del pensamiento radical moderno. Aquí, si acaso referencias mal traducidas y peor interpretadas.

12

   Su postulado en Los Hijos del Limo (1986).

13

   En mi citado libro Sobre Literatura Colombiana. Intento de Crítica Concreta.

14

   El agitado patriotismo del colega Miller Dussán no logró convencer al pueblo abúlico que otra vez volvió a perder, como cuando Betania, a manos de los traficantes del poder, entreguistas de la Patria.

15

   Ver Función de la Poesía y Función de la Crítica (1978).

16

   El texto del maestro Bríñez sobre la Historia de la Región de El Pato (1998) y el mío -Señas de Identidad en la Cuentística Hispanoamericana (1990) -abordan el tema.

17

   En su vigente ensayo de 1891, Nuestra América.

18

   Sigo Kasiyadú (2001) para referir las propuestas del Maestro.

19

   Nos hicimos ilusiones cuando los Gobernadores del Sur se propusieron alianzas para superar atrasos. Del proceso salió In-Sur-Gentes (2003).

20

   El Movimiento Estudiantil de Córdoba (1918) agitó el pensamiento avanzado de Nuestra América, a la vez que modernizó con sus banderas -Autonomía, Cogobierno, Cátedra Libre, Educación Científica y Nacional- las luchas universitarias que renacieron en la Primavera Parisina (1968) y se extendieron por el mundo. En Colombia se revivió hacia 1971.

21

En Nosotros Decimos No (1990).

22

2 2 Las referencias están en Señas de Identidad en la Cuentística Hispanoamérica.

23

   De Lenin, Galvano della Volpe sintetiza la propuesta en su Crítica del Gusto (1973). Acentúa el colega Carlos Bolívar en su mirada contributiva: es preciso señalar el cálculo de la ciencia y lo indiciario y hermenéutico propio del arte.

24

   Ver el artículo pertinente en RegiónyCulturaN° 18(2003).

25

   C/f. el artículo de Camilo Salas, en Historia General del Huila, tomo IV.

26

   Para la formación de los catedráticos seguimos una bitácora: Gordon Childe, Arnold Hauser, Ernest Fischer, Manuel Galich, Darcy Ribeiro, que nos dan lineamientos generales. Luego venimos a recorrer los investigadores de la Cultura.

27

2 7 C/f. mi artículo en Huila: 100 años no es nada (2008).

28

Pena por la única edición conocida de Tierra de Promisión.

29

   Nombrada así por Juan Marinello, es oportuno mirar la recopilación de Trinidad Pérez en Tres Novelas Ejemplares (1971).

30

   Ver los ensayos recopilados por Montserrat Ordóñez (1987).

31

   Rivera Intelectual(1991) de Hilda Soledad Pachón, aporta para el examen de nuestro intelectual mayor.

32

   En "Entre Cachacos"(1983), el francés Jacques Guilard recopiló el trabajo periodístico. Allí la perla: "esa cosa que llaman La Vorágine".

33

   El estudio de Françoise Perus, De Selvas y Selváticos (1998), aporta nuevas lecturas sobre la novela.

34

   Aún se debe una edición de la pieza dramática. Sigo la realizada por el padre Herrera Molina.

35

   Ambos estetas proponen el devenir usual: lo lírico (subjetivo) precede a lo épico (objetivo), y la mezcla se produce en la madurez de los pueblos: el teatro.

36

   El de Aura Luisa Sterling -Para una Corriente Teatral en el Huila (1992)- antecede al ensayo de Yineth Angulo - 'Juan Gil: Lectura en Caleidoscopio"-en Huila: 100 años no es nada.

37

   Cuando hace cuatro años imploré la escenificación a estudiantes de la carrera, pese a su inexperiencia, se pudo constatar que la recepción de los jóvenes fue magnífica.

38

   Poner a circular Las Elegías de Varones Ilustres para sentirnos historiografiados es noble.

39

   Los jóvenes que investigan para el Volumen II de Huila: 100 Años..„juran que superarán lo estudiado.

40

   Falta una visión moderna que sitúe estas gestas relatadas por la vieja historiografía.

41

   Un ingeniero de petróleos va a exceder lo recopilado por Mario Eastman.

42

   Yaqueline Marquín sistematiza la valía de Matiz, en su ensayo en Huila: 100años...

43

   Desde la biografía indispensable -Horizonte Humano de Neale-Silva (1960)- al último estudio de la maestra Pachón que ya reseñamos.

44

   Novela no estudiada desde ningún ángulo.

45

   Aportes en ese horizonte tiene el ensayo "Gustavo Andrade Rivera: Dramaturgia Moderna desde el Valle de las Tristuras", en Huila: 100años...

46

   Ver el ensayo de Lorena Mendoza en el texto citado anteriormente.

47

   Estudio que preparan para el II Volumen, Martha Cecilia Cedeño y Lorena Mendoza.

48

   Llevan premiando novelas que nadie ha reseñado, que cuestan bastante al rubro cultural regional. Dos estudiantes del Grupo -Leandro Blanco y Oscar Cataño- indagarán sobre los textos.

49

   Ver el conversatorio en Huila: 100años...

50

   El valiente ensayo del Hermano Leopoldo en el libro citado.

51

   Urticaria ha levantado en el gremio, el trabajo del colega Olmedo Polanco, en Huila: 100 años...

52

   Escribirá sobre ello el abogado Germán Giraldo.

53

   Remito a mi texto en el libro recitado.

54

   Ver el estudio del colega Alfonso Morelo en el mismo texto.

55

   El estudio del dirigente de la USO, Héctor Vaca, en el libro colectivo, ayuda en el asunto.

56

   El ensayo de Libardo Gómez orienta en la temática.

57

   La profesora Anabel Sierra se ocupa de la problemática en el libro referido.

58

   Para el tomo II, Jaime Ruiz prepara su diagnóstico.

59

   El colega investigador Carlos Bolívar Bonilla avanza en esta temática que enriquecerá el volumen II.