Erasmus Semilleros de Investigación

e-ISSN 2590 - 759X


Ensayo Académico
Revista Erasmus Semilleros de Investigacion

Enero-Diciembre 2017;2(1): 59-61



PROFESOR: EL QUE PROFESA LA FE DEL SEÑOR SISTEMA.



Oliver Gustavo Perdomo



El profesor, inconscientemente, o de manera consciente, promueve la ideología del señor Sistema. Sin comprender cuál es su papel en la realidad, simplemente adopta y acomoda su necesidad a la delSistema, reproduciendo de esta manera su herencia y su esencia que sistemáticamente ha condicionado los sentidos, el estilo, el modo de vida entre hermanos, hijos... Tal como lo espera la comunidad internacionalmente alienada. Seducidos por la comodidad y el automatismo siguen plácidamente la lógica del no te metas o te desaparecen... con que conozcas los signos y el cambio... el resto no es tu cuento, sólo vívelo, vive el momento. Duerme, sueña despierto. No te detengas, no reflexiones, no despiertes, sigue durmiendo.


El arte de la enseñanza ha dejado de preponderar entre los vínculos que nos integran al mundo en que vivimos. Los maestros lo están hoy en día cuestionando. ¡También los niños!


Pero estamos entretenidos con el espectáculo de una montaña babélica como la que cuentan las antiguas escrituras que era una maravilla, pero ella está atravesada de datos, códigos binarios de difícil acceso, artefactos capaces de obnubilarnos los sentidos, insensibilizarnos, manipularnos hasta el límite de obligarnos a arrodillarnos, impotentes, y martirizarnos para permanecer arrodillados, sumisos, esclavos. Neo esclavos. Con libertades de adorno y derechos ficticios que inducen al crimen o al soborno. Impiden que revoluciones debilitando tu cuerpo, consumiendo tu tiempo, tu fuego interno, la flor del sol, el mar y el suelo, para que al fin solamente se la lleve el trashumante viento.


Así salimos del pregrado, así del bachillerato, así de la maestría y el doctorado. La sociedad sistemática de la globalización del latifundismo tiene al profesor tiranamente convencido: satisfechos tus placeres efímeros alcanzarás la libertad de vivir como los finos. Como los ricos. Como los dueños de este mezquino latifundio oval. Sirve como un programa que con medios didácticos te recrea la ilusión de un progreso, de alcanzar unos instrumentos que tienes que cargar, de unos descubrimientos que fueron los de ellos y no lo que nosotros descubrimos. Pero eso no importa, lo importante fue que descubrió el blanco, el científico, los hijos del santooficio, Cristo, el rey de Jerusalén, el más rico, el héroe, el dueño del pan y de la tierra, el juez, el líder, el hombre libre forjado al sol, al mar, al cielo, sobre la tierra de la que su familia es dueña. Sus esclavos tal vez no tienen alma. Viven como hechizados por las obras de seres todopoderosos invisibles, sombras que no distinguen las fronteras y menos territorios, su club se llama El Capital Financiero Mundial y sus primerísimos socios son el BM, el FMI y la OMC. Son ellos los dueños de los viejos esclavos, ahora posmodernos.


Hacen lo que se les ordena.


¡Obedezcan!


No se inmutan, no piensan, no imaginan.


Conviene de perlas al señor Sistema.


Los maestros aplacan la engañosa apariencia, nos aproximan al mundo con los ojos abiertos y los sentidos clarividentes. Ven lo que hay detrás de las palabras, los símbolos, las imágenes; desentrañan la ilusión de la realidad y a través de la identificación y el extrañamiento abren poco a poco las puertas de la percepción hacia otros mundos místicos, cuánticos, físicos.


Poco a poco van desapareciendo los maestros y por otro lado, los profesores poco a poco los van corriendo. El sistema poco a poco –rápidamente-los está imponiendo. Emplea todos los elementos del medio político, el subliminal o el lingüístico-electromagnético, para cumplir con el viejo plan de emperadores y pobres ricos.


Dice Galeano en El Libro de los abrazos, “el colonialismo visible te mutila sin disimulo: te prohíbe decir, te prohíbe hacer, te prohíbe ser. El colonialismo invisible, en cambio, te convence de que la servidumbre es tu destino y la impotencia tu naturaleza: te convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser”. Insensibles nos alineamos: polvos de estrellas, y conjugamos la fusión entre el ser humano, la máquina y la tierra. Una fusión autodestructiva.


Estamos progresando, vamos hacia la nada, abismo o tumba helada... Vamos a alguna parte en medio de la neblina. Desconocemos qué hay delante del mascarón albino. No sé a dónde vamos pero mientras estemos yendo acabaremos llegando.


Nos impulsa una onda magnética de acontecimientos, concursos y descuentos. Una onda magnética que nos impulsa a poseer los recursos, los bienes: derechos y deberes de quienes Tienen... ¡Derechos!Así estamos, alienados, ¡conderechos!, pero al fiado. Paquetes del USA y el USADO reproduciendo la viva imagen del señor Sistema.


¿Cómo hacer para romper las cadenas que nos maltratan el cuerpo y el alma?


¿Renacer como el ave Fénix que había muerto? Renacer como el rescaldo del fuego. El espíritu encendido, el corazón granito, un chorro cristalino que de repente brota de entre las rocas o de una zanja recóndita y nace a su manera. Su forma inequívoca, libérrimo, en un instante eterno remonta los valles, las montañas y el mar infinito. Es toda el agua. Descubre los enigmas de su ser misterioso. Comprende que extinguirse no sería la mejor obra de la Humanidad.


Algunos pueblos nativos y mestizos reúnen sus esfuerzos para salvaguardarla de las sombras, los seres invisibles que desean tomarse hasta la última gota, dejar sin sombra el Amazonas. Pavimentar los páramos, las serranías y cobrar por respirar en la tropósfera.


Un mundo neocolonial, modelo neoliberal, formato digital. Y dónde está el súper héroe del comercial? ¿Qué querría decir ese incidente de la publicidad? Se le trocaron los cables al héroe nacional. No defiende, no lucha y menos se arriesga a muerte. ¿Es un héroe hollywoodense? Mata sin escrúpulos, indiferente, es asesino por naturaleza de la razón mecánica bursátil.


Y si el profesor se suma a esos héroes, ¿qué hay de quienes están al frente? ¿carne de cañón?


El maestro ilumina la caverna, no la institucionaliza. El maestro sale en búsqueda (con las neófitas almas puras) del asombro y la sensibilidad aguda que se aguza a la luz nocturna. El maestro es un heroico Aromo que aunque lo estruje la piedra “se hace flores de sus penas”.


Quien profesa la fe del señor Sistema contamina a quienes se le acercan por voluntad o simple decencia, o por obligación como en la escuela.


El que profesa la fe del señor Sistema cunde en la tierra una semilla transgénica, encona la Tierra, la seca, siembra violencia, guerra, dice no al amor con un negativismo prójimo de la estupidez de la guerra: bien de la crueldad, la traición y la viveza de quienes sueñan con poseer todo lo que exista sobre la faz de la tierra, debajo de ella y hasta lo que está más allá de las estrellas. Dice no a la libertad y a la vida auténtica que germina aún a pesar de la contaminación y la pavimentación de la tierra, estupidez congénita que parece herencia de quienes llegaron aquella noche en unas carabelas viejas. Estupidez del bárbaro déspota. Estupidez del avaro sin escrúpulos ni ética. Estupidez del servil rencoroso y vendetta. La estupidez del tirano y su secretaria, una esclava hueca, insensible, masoquista, pendeja. La estupidez de un ser que se alimenta con los desperdicios... La escoria que suelta la soldadura cuando se quema, ciega.


Quién profesa la fe del señor Sistema construirá una torre babélica como la Eiffel o las torres gemelas, símbolos de la inclemencia y el sueño de la razón y sus monstruosas bestias.


Tortura a su interlocutor la Demencia, una vieja sinvergüenza que castiga a quien la desobedezca.


El maestro enseña la sabiduría sin violencia. Crea una inteligencia sana, buena con la naturaleza que es su misma esencia; y como el maestro, cualquiera que sienta y piense que la humanidad puede vivir en paz, amor y libertad en todo el mundo y América.



Recibido: 10/08/2017 Aceptado: 09/11/2017