Erasmus Semilleros de Investigación

e-ISSN 2590 - 759x



Entrevista
Revista Erasmus Semilleros de Investigacion

Enero-Diciembre 2020;5(1)




Entrevista al doctor Jairo Rodríguez



Realizada por: Juan David Trujillo Narváez1




Juan David Trujillo (JDT): Buenos días, doctor Jairo Rodríguez, y bienvenido a la revista Erasmus. Agradecemos profundamente su compañía, y su disposición a responder a esta entrevista, que existe con el propósito de que los lectores, frecuentemente estudiantes de la Universidad, y miembros de los semilleros de investigación, conozcan más a fondo la labor de los docentes investigadores del alma máter, y sus perspectivas frente al campo laboral.


Para empezar, háblenos de usted. ¿Cuál ha sido su trayectoria laboral y académica?


Jairo Rodríguez (JR): Muy buenos días. Mi nombre es Jairo Antonio Rodríguez Rodríguez. Soy médico de la Universidad Nacional de Colombia, tengo una maestría en microbiología con énfasis en inmunología en la Pontificia Universidad Javeriana, una especialización en alergia e inmunología clínica pediátrica en la Universidad del Estado de Luisiana, en los Estados Unidos; y un doctorado en inmunología en la Escuela de Medicina Tropical de Londres. Además, soy alergólogo clínico de la Universidad de Antioquia.


En el campo laboral, ejerzo dos actividades importantes en mi vida, la docencia (y, por ende, la investigación), y la actividad clínica con pacientes, ya sea en el hospital, o en mi consultorio particular. He sido docente de tiempo completo en la Universidad desde el año de 1995, de modo que llevo 25 años en la institución. Eso me ha permitido ejercer algunos cargos directivos, entre ellos la jefatura de departamentos, la jefatura de programas, algunas decanaturas, y las Vicerrectorías Académica y de Investigación y Proyección Social. Esta trayectoria me ha permitido conocer de cerca los procesos académicos e investigativos de la Universidad.


A la par, ejerzo, como ya le comenté, como médico alergólogo en el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, en la ciudad de Neiva. Sin embargo, la situación del confinamiento ha detenido las consultas, por lo que esperamos que se restablezcan prontamente.


JDT: Enfatizando un poco más en su labor como investigador, ¿a qué grupos y/o semilleros de investigación se encuentra adscrito actualmente?


JR: Principalmente, el grupo al que he estado vinculado durante todos estos años ha sido el de Parasitología y Medicina Tropical, el cual dirigí hasta este año. Ahora lo preside el doctor Carlos Fernando Narváez. El grupo se encuentra en la categoría A1, por lo que ha liderado algunos trabajos investigativos en la Universidad. Además, pertenezco al grupo de Medicina Genómica liderado por el doctor Henry Ostos, y al grupo de Epidemiología que lidera la doctora Dolly Castro. Mi interés en participar en estos grupos está en colaborar para que puedan tener categorías más avanzadas, y nuevas posibilidades de investigación.


En cuanto a los semilleros, pertenezco al de Formación en Infección e Inmunidad, adscrito al grupo de Parasitología y Medicina Tropical. Con ellos hemos podido participar en actividades con los estudiantes de pregrado, y si bien posgrado no pertenece directamente, han podido contribuir igualmente con nosotros.


JDT: Continuando por la línea de los semilleros, ¿qué otros existen dentro de la facultad de Salud?


JR: De hecho, hay bastantes en la facultad. Cada grupo tiene varios semilleros. Si bien nuestro grupo solo tiene uno, el que ya le mencioné, otros, como ERCLAGEN, tienen una buena cantidad de semilleros con trayectoria. Eso se nota cuando las presentaciones de los profesores y las actividades de investigación permiten que los estudiantes participen en los encuentros e interactúen entre sí.


JDT: Usted comentó hace poco que los estudiantes tienen una participación muy activa en los programas y los encuentros de investigación. ¿Esto se debe a la existencia de requisitos de grado, o se hace por interés genuino en el trabajo de investigación?


JR: Las dos cosas. Para nuestro semillero, por ejemplo, se da el caso de que, por ser relacionado con Inmunología, permitimos que los estudiantes que han destacado en ese campo se unan al equipo como incentivo, por lo que se vinculan a actividades en ese campo, que nosotros tenemos bastante adelantadas. Como ejemplos puedo mencionarle en trabajo en enfermedades tropicales que se presentan en la región, como el dengue, el chikungunya, o estas patologías infecciosas que no son tan conocidas, como la leishmaniasis o la toxoplasmosis.


Ya que estas infecciones llaman tanto nuestra atención, sobre todo en el campo pediátrico, hacemos una Junta de Infecciones Recurrentes, cada martes en el Hospital. Participamos doctores especializados, la profesora Dolly Salgado como infectóloga, la doctora Martha Lucía Vega, que es la pediatra, y yo como inmunólogo. Los tres examinamos casos clínicos y los discutimos en la junta, a lo cual asisten regularmente los estudiantes de semillero. El estudiante interesado asiste, y tiene la oportunidad de determinar si el niño paciente tiene algún problema en su sistema inmune, y de esa manera adquiere más experiencia.


Otro aspecto del trabajo de investigación es que los estudiantes presentan artículos al “Journal”, que es como le llamamos a un espacio, realizado los jueves, en el que cada uno presenta un artículo médico reciente relacionado con su tema. Adicionalmente, hemos concretado que el trabajo de este espacio sea en inglés.


JDT: Tomando en cuenta estas iniciativas de motivación de las que nos ha comentado, queremos saber, desde su perspectiva pedagógica, de docencia, ¿qué otros aportes a la formación de profesionales son ofrecidos por el trabajo investigativo, además de la mera enseñanza en técnicas y formulación de proyectos?


JR: Fíjese usted que yo le hice la misma pregunta a los egresados de facultad que fueron parte de los semilleros. Ellos dijeron que el semillero aportó mucho a su formación porque les dio herramientas que les permiten trabajar con calidad en cualquier labor, y la persona adquiere habilidades adicionales a las que ofrece el programa. Miran con más profundidad los asuntos que enfrentan, ven todo de manera más analítica, y son muy destacados en aspectos que salen de los investigativo, porque lo que buscamos fomentar en el semillero no es solo investigar, sino una forma de actuar, una forma ética de actuar.


JDT: Tomando en cuenta la situación que atraviesa el planeta en términos de salud, que es su área de especialidad, ¿cómo están afrontando los semilleros de la facultad la situación de pandemia?


JR: Cada semillero ha tratado, desde su área de especialización, de aportar de alguna manera, pero los más importantes residen en ciertos proyectos que hemos presentado, en liderazgo del doctor Carlos Narváez, a la Secretaría de Salud del departamento, para obtener financiación de las regalías para la identificación del virus. Y en estos proyectos hay estudiantes involucrados.


Hay otro proyecto, de mayor cuantía, en los que los estudiantes están involucrados, y el tiempo de la pandemia ha permitido su construcción. Además, algunos proyectos ya están en fase práctica, y el contacto con los pacientes permite la identificación y el tratamiento temprano de cada dolencia. Por otro lado, el espacio de confinamiento ha permitido el desarrollo de muchos webinars (seminarios en línea), sobre el virus como tal, y en ellos hay una amplia participación de los estudiantes.


Eso nos ha ayudado a tener un mayor conocimiento del virus y su comportamiento, que ha sido tan particular.


JDT: Como última pregunta, y agradeciendo una vez más su valiosa participación, ¿qué mensaje daría usted a los lectores futuros de esta entrevista, acerca de la importancia de la investigación, considerando el rol tan elevado que se le da en la Universidad?


JR: Esta pregunta me resulta interesante, porque me permite comentar algo importante sobre el acto de investigar. No se trata de encerrarse en un laboratorio a jugar con tubitos de ensayo a mezclar líquidos, que es lo que comúnmente se piensa cuando hablamos de investigación. Nosotros investigamos a diario, incluso sin querer. Por ejemplo, cuando comparamos precios, estamos haciendo una especie de encuesta, para tomar mejores decisiones. Eso es investigar. Tampoco es encerrarse a leer libros y “echar humo”, sino un proceso diario y vital, no solo a nivel personal sino colectivo.


Por eso es importante investigar, y llamo a los docentes a fortalecer ese proceso en las clases, porque nos enriquece como institución, nos permite intercambiar ideas con otros, y tener miradas interdisciplinarias de los problemas. Cuando lo hacemos, encontramos soluciones más integrales, que son las que requiere nuestra comunidad, sobre todo cuando esta tiene problemas muy grandes, y muy diversos. Así, podemos mejorar la calidad de vida de todos.


Así mismo, agradezco la invitación a participar en esta revista, y espero pronto podamos encontrarnos en otros escenarios.





1 Asistente editorial de la Revista Erasmus – Semilleros de Investigación