Editorial

Los nuevos tiempos han llegado de la mano de nuevos retos para la formación en Ingeniería. La Ingeniería, por razones obvias, es la profesión llamada a liderar los procesos de desarrollo a nivel local, regional, nacional e internacional. Estas transformaciones conllevan grandes responsabilidades para con la sociedad y compromete a sus profesionales en acciones que produzcan cambios reales en la calidad de vida de los habitantes de este planeta cada día más agitado y con más inequidades.

El nuevo profesional de la Ingeniería, además de tener un profundo respeto a las normas y de esta manera comprometido con un desempeño altamente ético, debe responder a los desafíos de la sociedad actual la cual ha sido llamada la "sociedad del conocimiento", dentro de esos desafíos se encuentra el conocimiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la informática como base de la optimización de procesos, de simulación de eventos, de apoyo para cálculos complejos que otrora costaban mucho tiempo y riesgo de error. La comunicación en tiempo real de sus productos y de los resultados de sus proyectos, así como una vía de intercambio de experiencias y opiniones con la comunidad académica que cada día rompe más fronteras e integra el conocimiento ingenieril global.

Los biocombustibles que emergen como un sustituto potencial al horizonte de decadencia de la reserva de combustibles fósiles, a pesar de los cuestionamientos sobre su potencial contaminante que han hecho los científicos en la reciente conferencia sobre cambio climático realizada en Bali, Indonesia, donde se han señalado otras fuentes energéticas como las más promisorias para la reducción de emisiones de carbono, entre las cuales están la solar y la nuclear como las que menores efectos paralelos pueden producir. El estudio sobre el uso de subproductos agrícolas o desechos de cosecha como fuentes para la obtención de etanol o biodiesel debe ser abordado sin demoras en nuestra facultad.

Finalmente, la necesidad de cambio de la estructura de la pirámide de formación, en la que actualmente los que hemos recibido formación a nivel profesional ocupamos el segmento más grande de ella, llevando a muchos a desempañarse en oficios para los cuales no fue formado, o en su defecto a que las Universidades malinterpreten su compromiso de formar ingenieros aptos para el diseño y el desarrollo de nuevos productos y tecnologías, con la formación que profesionales que apliquen los principios de la Ingeniería para la solución de situaciones coyunturales, correspondiendo esta tarea más a la formación tecnológica que a la profesional. Por lo que hemos de afrontar con la frente en alto el reto de la formación tecnológica como una necesidad de la sociedad y por ende del país, obviamente sin sacrificar la calidad de nuestros procesos educativos que debe continuar siendo la meta a cumplir como responsables de la formación de las nuevas generaciones que llevarán sobre sus hombros la responsabilidad de afrontar los problemas del desarrollo de nuestra región, del país y porque no, del planeta.

Eduardo Pastrana Bonilla Decano Facultad de Ingeniería Universidad Surcolombiana

Universidad Surcolombiana Facultad de Ingeniería