MAESTRO DE PROFESIÓN, POR VOCACIÓN O POR NECESIDAD
Enseñar la condición humana
El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social, histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser humano.
Anónimo
Al escribir esta presentación de nuestra revista PAIDEIA no puedo separar de mi mente el objeto central, la razón de ser de nuestra Facultad de Educación: la formación de docentes para la educación en preescolar, básica y media. Es la formación integral de la niñez y la juventud del sur colombiano para lo cual no podemos ahorrar esfuerzos en ofrecer la máxima calidad en lo referente al conocimiento específico, pedagógico, ético, cultural, crítico, didáctico de los docentes en formación en nuestra Facultad d e Educación.
Es importante recordar los fundamentos que guían el perfil de nuestro egresado:
Conocedor con excelencia de su aspecto específico del saber.
Formación pedagógica, didáctica e investigativa sólida, actualizada y posible.
S Ciudadano de bien, conocedor de sus derechos y deberes, de su papel transformador en la sociedad.
Rara lograr el perfil presentado es menester un grupo de docentes que viva su profesión de
formador de formadores.
Investigadores capaces de guiar al estudiante en el camino del descubrimiento del conocimiento y no en el descreste de la erudición académica en el aula. Maestros a
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su vez preparados en la docencia que logren entender la mezcla de la transmisión del conocimiento sin dañar la creatividad del estudiante, su capacidad de cuestionamiento, su capacidad de aprender por medio del descubrimiento del saber. Maestros formados en ciudadanía, en la visión clara de las etapas evolutivas y de formación en la personalidad de los estudiantes con los cuales realiza su oficio diario. El maestro racional y consciente de su tarea con la juventud, tarea fundamentad centrada ya no en lo que enseño y cómo lo hago sino más bien en cómo y cuánto aprende mi estudiante al final de mis clases. No son en vano las investigaciones en didáctica de los saberes específicos que se aplican a la formación de los docentes licenciados en Educación. El papel del docente en el aula (y esto no es nuevo para nadie que se precie de serlo) no es el de ser transmisor de un conocimiento. Es nuestro oficio en la Facultad dotar a nuestro futuro egresado de las herramientas necesarias para que cumpla su papel de orientador, de guía en el camino del descubrimiento del saber a que debe llevar a sus estudiantes. Fernando Vásquez Rodríguez (Oficio Maestro 2000) presenta al maestro como «El maestro partero, el que ayuda a dar a luz; la posibilidad para que la vida se dé en plenitud. No es el maestro quien da vida sino el que crea las condiciones para que la vida sea. Una especie de medio entre la noche de lo informe y la reciente forma repleta de luz. El maestro partero sin temor a sangrasas imprevistas. El partero siempre dispuesto, pues uno nunca sabe cuándo la vida a bien tiene o desea aparecer; el maestro partero, decidido, capaz de forzar un parto, de dar la palmadita necesaria para que el aire llegue a los pulmones del estudiante. Partero porque está ahí, a las afueras, al lado, al borde para asistir, para ayudar, para jalar o dar ánimos, para recibir entre sus manos la hermosa fragilidad de una nueva vida, reciente y aún tibia.» |
¿No es, entonces, la didáctica del conocimiento específico abordada con sentido pedagógico humanizante, uno de los sellos que deben caracterizar a un docente? La didáctica no aparece por vocación la didáctica se aprende, se desarrolla, se vive con los estudiantes. Un maestro de primaria, de básica, de preescolar estaría a la deriva sin saber qué hacer con el conocimiento con el cual quiere que sus estudiantes estén familiarizados. El Profesional de la educación, el Licenciado en educación con un conocimiento específico tiene esta característica y sabe el cómo, cuándo, porqué y para qué de la necesidad de aprendizaje de su estudiante. De la misma forma podríamos extendernos en los conceptos de maestro como pastor, artesano y escultor, como faro brújula y estrella polar, como anfitrión que ofrece un banquete, como actor, como puente o escalera, como ladrón de un fuego, como guardián de la tradición como oráculo. Analogías que cuando profundizamos en ellas nos llevan a la conformación de un currículo para la formación de nuestro licenciado que lo caracteriza como un profesional de la Educación. Un profesional en la formación integral de la niñez y la juventud. Si retomamos cualquiera de los aspectos mencionados en el párrafo anterior encontraremos al maestro formado en la |
Pedagogía, fundamentado en las teorías de lo que significa ser docente, en el papel del mismo en la sociedad, en su obligación de educar para la transformación y avance cultural, político y económico de los pueblos. Un maestro crítico, inconforme, que genera propuestas que ayuda al estudiante en su formación como ser social. La Facultad de Educación, en sus contenidos curriculares da al futuro maestro estas herramientas pedagógicas, sicológicas y filosóficas para su eficiente desempeño tanto en el aula como en la institución y la comunidad educativa de su influencia. Un maestro ciudadano o comprendedor, consciente de lo que significa ser ciudadano, formará personas para la sociedad. Será ejemplo de valores para sus estudiantes, les irradiará su alegría o frustración. Si es un convencido de su profesión y de su formación para ser docente, no puede menos que irradiar cosas buenas, positivas, optimistas entre sus alumnos. Al contrario, si le toca ser maestro por cuestiones de supervivencia o por oportunismo, irradiará eso mismo ante sus estudiantes: frustración, desengaño de la sociedad, incapacidad de ver un futuro con optimismo. A este respecto, Vásquez Rodríguez, (Oficio maestro, 2000) expresa: «Estoy de acuerdo con que la profesionalización es un punto de llegada, un hito o lugar de referencia para que el antiguo sentido de la «vocación» adquiera su justo papel, su justa medida. Nada hay más sospechoso que ese «Romanticismo Sacrificado», ese «Apostolado» del educador tras el cual se esconden las mayores improvisaciones o la ausencia de ciertas competencias básicas del oficio educativo. Cuando se afirma con facilidad que todos somos maestros, lo que se pone en cuestionamiento es el ser de la profesión; es como si para educar bastara solamente el deseo, la buena voluntad o el conocimiento de alguna asignatura. Entonces abogar por la profesionalización del educador es buscar un lugar en la sociedad, un perfil, un campo de acción una serie de diferenciaciones que son a la vez rasgos de identidad.» Añadiríamos al autor, con el máximo de los respetos que el reconocimiento a las profesiones, su respeto por los saberes específicos es uno solo. El administrador de empresas debe administrar empresas, el economista proyectar economías regionales, nacionales, internacionales, el agrónomo de profesión debe dedicarse a la empresa agrícola. La enfermera al cuidado de sus pacientes y así podríamos continuar hasta llegar al licenciado, orgulloso de su profesión, dedicado a la investigación para cada día buscar la excelencia en la formación integral, por medio de la educación de la niñez y la juventud que le ha sido encomendada. |
Es en el marco de las consideraciones anteriores que los docentes de la Facultad de educación presentan sus trabajos a la comunidad educativa de la Facultad y de La Universidad Surcolombiana. Es por medio de estos escritos y este quehacer permanente, inagotable que es la educación, que sentimos que estamos haciendo nuestra parte en la transformación y avance en lo académico, cultural y social en la región surcolombiana. Profesor Titular de la Universidad Surcolombiana, Magíster in Educations TESOL. University of Manchester, Investigador invitado University of Edimburgo Scotland, Licenciado en Educación - Idiomas, Universidad de |
Antioquia.
Actualmente Decano de la Facultad de Educación.
VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Fernando. Oficio de Maestro, Facultad de Educación, Pontificia Universidad Javeriana.
SOTO LOMBANA, Carlos Arturo. Revista Separata, Educación y Pedagogía, Facultad de Educación, Universidad De Antioquia.
MORIN, Edgar, Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro, Mesa Redonda Magisterio, UNESCO.
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