EDITORIAL

Paideia Surcolombiana sigue presentando a sus lectores reflexiones académicas que ilustran en buena parte, la dinámica de trabajo tanto de la Facultad de Educación de la Universidad Surcolombiana como de otras instituciones colombianas. Podemos decir que son cinco los principios fundamentales que se evocan en el conjunto de los trece (13) artículos que se le ofrecen al lector verdaderamente interesado en la práctica pedagógica actual de la Facultad de Educación y en la posibilidad de transformarla en práctica pedagógica eficaz y acorde con los principios institucionales, regionales, nacionales y globales.

Primer principio: Una práctica pedagógica eficaz comienza con una reflexión autónoma y deliberada de un aprendizaje que involucra a los estudiantes para que co-construyan los saberes disciplinar y pedagógico.

Segundo principio: El trabajo que se le solicita a los estudiantes para poder participar en la construcción de los saberes, debe ser participativo, solidario y teniendo en cuenta que sus necesidades humanas confluyan en la dinámica institucional.

Tercer principio: Toda evaluación debe imponer lo cualitativo a lo cuantitativo. La evaluación debe mejorar los procesos de aprendizaje e incentivar la capacidad de abstracción para la generación de modelos teóricos que son la base del saber disciplinar.

Cuarto principio: Los profesores universitarios deben mostrar la pertinencia de su saber disciplinar en la consideración del mundo cotidiano además de transmitir y reforzar la naturaleza humana como eje de la interacción con sus estudiantes.

Quinto principio: Las prácticas pedagógicas o si se quiere la dinámica pedagógica deben ser el resultado de un constante proceso de interacción entre profesores, estudiantes y comunidad en general.

Estos principios no dicen nada nuevo. Es algo que se ha venido manejando desde hace mucho tiempo y se ha tratado en varias publicaciones. Tal vez uno de los textos más reconocidos que se ocupa con mayor autoridad y profundidad de lo que acabamos de mencionar sea el de Edgar Morin, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Una vez hecha esa lectura podemos preguntarnos por lo que debería enseñar la escuela del siglo XXI a todos los estudiantes. Más aún, vale la pena preguntarse por el papel de la escuela frente a los nuevos compromisos y exigencias del mundo actual. Por supuesto la escuela entrega diplomas como mecanismo administrativo de validez social. Pero, ¿le entrega herramientas humanistas pertinentes para afrontar todo tipo de situación? Desafortunadamente la escuela ha fragmentado el conocimiento en especializaciones y de esa forma los procesos de interacción y de integración se han hecho débiles y excluyentes. En un contexto así, ¿hacia dónde van las prácticas pedagógicas de la escuela en general y de nuestra Facultad de Educación en particular?

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Una posible respuesta es la de construir competencias (tal como se indica en los microdiseños curriculares) pero sin darle la espaldar ni a los saberes disciplinares ni a los saberes didáctico/pedagógicos (centrados en las disciplinas especializadas), transversales (centrados en los procesos que atraviesan las disciplinas: evaluación, fracaso, gestión de la clase, relaciones intersubjetivas, dinámica de grupos, poder del docente, relaciones con las familias, etc.) o tecnológicas. La construcción de competencias implica el desarrollo de un pensamiento crítico y autónomo.

Un primer grupo de artículos (La gramática en contexto: Una aproximación didáctica a la gramática; Elementos previos a la indagación sobre el pensamiento crítico en teoría lingüística por parte de los licenciados en idiomas: el caso del programa de lengua castellana; Funciones y urgencias de la Universidad; La 'Huilensidad': alteridad para la identidad; Evaluación de estrategias pedagógicas de implementación del Microdiseño Curricular de Física en la Facultad de Ingeniería. Una experiencia educativa y El docente de lengua castellana: un profesional en busca de su identidad)_se ocupa de ilustrar y explicar la dinámica de las prácticas pedagógicas, ocupándose de casos particulares tanto en las áreas disciplinares respectivas como en el entorno interactivo de un programa o departamento específico.

Hay otro grupo de artículos que presentan la historia de prácticas pedagógicas y sus mecanismos de reproducción ideológica así como la evidenciación de sus productos. Ellos son: Claves de indagación para articular la historia de la educación visual en la ciudad de Neiva, Planes de desarrollo en el sector educativo en Colombia y Educación y Poder en Colombia durante el siglo XIX. Complementan estos dos grupos de artículos los textos, El uso de las ecuaciones como guía para pensar y resolver problemas: una aproximación a la enseñanza de la Física; Creación y aplicación de objetos de aprendizaje para la enseñanza del inglés: una experiencia significativa de los estudiantes de seminario de actualización sobre desarrollo profesional del programa de Licenciatura en Lengua extranjera- inglés de la Universidad Surcolombiana y Representaciones mentales y prototipos: el proceso de comunicación desde el punto de vista cognitivo que, desde su respectiva área disciplinar dan cuenta de la práctica pedagógica reflexionada que sus autores desempeñan en su quehacer docente.

Una mención especial merece la participación de uno de los egresados de la Facultad de Educación, el maestro y poeta Jader Rivera quien en su artículo Leer: ¿resistir o insistir? Los docentes frente a la lectura, presenta en un estilo narrativo muy vivencial toda la dimensión humana que subyace a la actividad lectoescritora. Es un artículo de reflexión muy bien conducido que aparte de mostrarnos la complejidad y dificultad de una tarea exigente como lo es la lectoescritora, propone alternativas para que dicho acto sea en realidad valorado en su plena dimensión. El texto de Jader Rivera dice más de la lectura y la escritura de lo que suelen decir libros e informes de investigación llenos de retórica, tecnicismos y muy poca sensibilidad y pertinencia.

La realización de este número contó con la participación de docentes y estudiantes del departamento de psicopedagogía, de los programas de ingeniería, ciencias naturales y lengua castellana de la USCO así como de docentes y estudiantes de otras instituciones universitarias como la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad de Pamplona. A ellos nuestros agradecimientos.

Comité Editorial