Violencia, memoria y duelo en las espacialidades de la danza y el performance
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El trabajo versa sobre el quehacer artístico de la danza y el performance, en su relación con el espacio físico y simbólico, entendido como una configuración donde se danza y se acciona detonando espacialidades disidentes, es decir, donde la estética de estas artes escapan al orden espacial hegemónico y se sitúan en un lugar en el que los antagonismos sociales se hacen evidentes.
En este sentido, el objetivo es observar cómo la danza y el performance construyen espacialidades memoriales que evocan imaginarios sobre los feminicidios y las desapariciones forzadas, a propósito del incremento de la violencia en México durante los últimos quince años.
En este recorrido sobre el espacio, sus relaciones y contradicciones sociales retomamos algunos argumentos teórico-metodológicos como el espacio concreto y pseudoconcreto de Karel Kosík (1967), para entender el dinamismo social del poder, además de la noción de “necroteatro” de Ileana Diéguez (2016) que entraña formas particulares donde se representa y administra el horror. Adicionalmente, nos inspiramos en el acontecer y el aparecer de Martin Seel (2010), para explicar cómo las imágenes que emergen del hecho artístico se materializan en su realización; así como en los argumentos de Emmanuel Lévinas (1995) y Judith Butler (2006), útiles para reflexionar cómo las experiencias sensibles de la danza y el performance generan espacialidades de memoria y de duelo. Espacios que transgreden lo normado, no sólo porque denuncian la violencia y transmiten el dolor, sino porque resignifican la ausencia a través de la presencia compartida de los cuerpos en movimiento y/o acción.