Descubrimientos de grandes monumentos de piedra en las cercanías de San Agustín
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Menester es que la etnología parta de los hechos positivos, o sea de los hallazgos llevados a término y no de los que no se han hecho aún. De otra parte, conviene que el etnólogo tenga fe en los progresos de la ciencia a que consagra sus desvelos, para que en la manera de interpretar los descubrimientos y en los métodos que emplea, se halle asegurado el éxito final de su empresa. Los monumentos recién hallados son siempre una novedad para la arqueología, y aunque el número de adeptos de esta ciencia es bien escaso, la verdad es que a la postre ningún descubrimiento se echa en olvido. Por el contrario, todo hallazgo arqueológico viene a catalogarse ordenadamente y a servir de piedra que embellece el suntuoso edificio científico cuya construcción quizá nunca concluirá del todo el hombre. Lástima es, eso sí, que el dilatado campo de las investigaciones arqueológicas obligue a quien le recorre a dejar de lado investigaciones que quizá no habrán de hacerse sino al cabo de muchos años o en un momento dado, pero solo pro obra de la casualidad.