Revista Estudios Psicosociales Latinoamericanos


ISSN 2619 - 6077



Revista Estudios Psicosociales Latinoamericanos -RELP
repl@usco.edu.co

DOI: /Vol. 3, 2020/pp. 7-30/ ISSN 2619-6077



La novela psicológica en América Latina

The psychological novel in Latin America


MyriamCardozo Brum. mcardozo@correo.xoc.uam.mx

Departamento Política y Cultura.
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco-México.


Recibido: 06-Marzo-2020
Aceptado: 15-Septiembre-2020

Resumen


La novela psicológica nace de la sensibilidad de algunos escritores capaces de comprender la importancia de las emociones humanas y su posterior conjunción con las contribuciones de la psicología y el psicoanálisis. Se concentra en la vida interior de los personajes, enfatiza sus inquietudes, sentimientos, temores, pasiones o conflictos. Caracteriza internamente a sus personajes en forma compleja, con rasgos ambivalentes o incluso contradictorios, que se van modificando en el devenir de su historia, sus motivos y circunstancias. Su mayor desarrollo se produjo en Europa en los siglos XIX y XX, con algunos autores muy relevantes enEstados Unidos de América y Japón.
El objetivo del presente artículo es identificar las principales obras que pueden ser calificadas como novela psicológica en América Latina y valorar la importancia de sus contribuciones; en particular, señalar su localización geográfica y temporal.
Para su estudio, se procedió a través del método de reconstrucción histórica en sus países de origen, para luego focalizar su evolución y escritores más representativos en América Latina, de los que se realiza una breve presentación del contenido de sus principales obras.
Se encontró que los trabajos latinoamericanos se concentran en el siglo XX y XXI, especialmente en países como Chile, Argentina y México. En el último caso, la novela es fuertemente psicosocial, dado el importante peso de sus enfrentamientos armados y desigualdades sociales y de género. Se concluye en la conveniencia de realizar una mayor difusión de la fructífera conjunción de psicología y literatura en América Latina.

Palabras clave: Literatura, Psicología, Novela psicológica, América Latina, Europa.


Abstract


The psychological novel surged from the sensibility of some writers capable of understanding the importance of human emotions and their subsequent conjunction with the contributions of psychology and psychoanalysis. Its focuses on the inner life of the characters, emphasizes their concerns, feelings, fears, passions or conflicts. It characterizes its characters internally in a complex way, with ambivalent or even contradictory features, which are modifiedin the evolution of its history, its motives and circumstances. Its greatest development occurred in Europe in the 19th and 20th centuries, with some very relevant authors in the United States of America and Japan.
The objective of this article is to identify the main works that can be classified as psychological novel in Latin America and to value the importance of their contributions; in particular, indicate its geographical and temporal location.
For its study, we proceeded through the method of historical reconstruction in their countries of origin, to then focus their evolution and most representative writers in Latin America, of which a brief presentation of the content of their main works is made.
It was found that Latin American works are concentrated in the twentieth and twenty-first century, in countries such as Chile, Argentina and Mexico. In the last case, the novel is strongly psychosocial. It concludes that is convenient to further disseminating the fruitful conjunction of psychology and literature in Latin America.

Keywords: Literature, Psychology, Psychological novel, Latin America, Europe.


Cómo citar este artículo: Cardozo, M. (2020).La novela psicológica en América Latina. Revista de Estudios Psicosociales Latinoamericanos, 3: 7-30.


Introducción


Dentro de los géneros literarios posibles, en este trabajo se ha seleccionado el narrativo en prosa, concretamente el tipo de novela que, entre otras acepciones, se conoce como psicológica, de realismo psicológico o intimista (algunos autores incluso la adjetivan como filosófica), por concentrarse en el análisis de los estados internos y las emociones de los personajes (Álamo, 2011, p.109).


La historia relatada en la mayor parte de las novelas,incluye descripciones a veces amplias,de los escenarios en que se desarrolla la acción, así como de los personajes que las realizan, sus interacciones, sus diálogos, en un tiempo y espacio determinados. Estas obras narran la conducta externa de los personajes en acción (sus aventuras), a veces complementadas con alguna referencia a sus pensamientos, características psicológicas o incluso estados de ánimo, agregados por el escritor o expresados en diálogos. En cambio, la novela psicológica se concentra en la vida interior de los personajes, puede aludir a sus pensamientos, pero enfatiza sus inquietudes, emociones, sentimientos, temores, pasiones o conflictos. Ortega y Gasset, citado en García (2005), clasifica este género en novelas de aventuras y novelas realistas, y dentro de estas últimas, enpsicológicas y costumbristas.


Según Álamo (2005) “este tipo de novela caracteriza internamente a sus personajes en forma compleja, con rasgos ambivalentes o incluso contradictorios, que se van modificando en el devenir de su historia, sus motivos y circunstancias”(p. 197). Nolos presenta como nítidas encarnaciones del bien o del mal,sino como integrantes de una humanidad,caracterizada por distintas combinaciones de estos dos principios. Incluso puede recurrir a situaciones hipotéticas extremas en que se exacerben las características psicológicas y conductas de sus personajes. En consecuencia, aunque siempre existe algún nivel de acción, este se reduce notoriamente para profundizar en la introspección.


60779Su material incluye sueños, miedos, incertidumbre, angustia, obsesiones,alucinaciones, tanto de personajes “normales” como de los que padecen trastornos mentales y de conducta reconocidos como patologías; aunque siempre es difícil trazar un límite que separe nítidamente estos casos. Una situación recurrente es el análisis de decisiones tomadas o por tomarse con distintos grados de racionalidad y subjetivismo, que pueden resultar trascendentales para la vida. Según Cardozo (2018):


Temas como la salud y la muerte son obviamente recurrentes en este tipo denovelas en que los instintos reprimidos por la educación y la sociedad afloran junto a las pasiones o el sexo para transgredir la severidad de la cultura y el imaginario social imperante; en especial, el tema del suicidio en situaciones desesperadas exacerba la intensidad desus pasiones.(p. 3)


Como menciona Bal (1990), la novela psicológica emplea distintos tipos de narradores“desde un narrador omnisciente que relata la historia en tercera persona hasta el narrador-personaje o diegético, utilizando la primera persona y logrando mayor vivacidad en el relato de su vida interior”(p. 127). También puede intercalar capítulos relatados en primera y en tercera persona,o capítulos narrados por distintos personajes (perspectivismo o focalización), que pueden contar los mismos hechos, pero con información y opiniones distintas (polifonía). Esta estructura narrativa se combina con la utilización de diferentes tiempos verbales: se puede narrar algo que ya ha pasado o recurrir al orden presente para aumentar el efecto de lo relatado, emplear el cronológico o guiarse por las preocupaciones del narrador-personaje. En algunos casos puede haber un breve salto hacia los recuerdos (flash back) o hacia el futuro (flash forward) y alternarse capítulos en presente y otros referidos al pasado.


La vida interior puede mostrarse mediante diversas técnicas narrativas: diálogos, cartas, cuentos de un solitario dentro del relato principal, diarios íntimos, sueños o monólogos interiores. Estos últimos se transformaron en la gran aportación del siglo XX: recrean el devenir del flujo de la conciencia en forma ininterrumpida y desordenada, tal cual se produce, sin organización lógica, utilizando una sintaxis alterada que puede llegar a la ausencia de puntuación. En algunos casos el personaje deambula solopor diferentes ciudades mientras fluye su pensamiento. Aunque en forma marginal, estas historias aluden a lugares geográficos específicos, en muchas otras ese entorno es casi inexistente, no constituye una necesidad para el escritor.


En ese sentido, la novela psicológica suele ubicarse en escenarios en que el personaje principal está o se siente solo. Aunque en tiempos modernos,esta soledad puede sentirse en medio de multitudes, las grandes ciudades dejan poco tiempo libre para la reflexión sobre temas como soledad, desesperanza, apatía, falta de creatividad personal y, sobre todo, incomunicación. La mayoría de los escritores,han optado por espacios que han facilitado dicho trabajo interior en contextos de aislamiento físico como un hotel, un convento, un barco, una cárcel, un hospital, la habitación de un enfermo terminal, el sepelio solitario de un familiar o una casa en una región aislada. En general, se trata de personajes ajenos a una dinámica laboral cotidiana, que viven un tiempo de ocio voluntario(viajes, vacaciones) o forzado (condiciones de salud o de privación de la libertad); se trata de personas con solidez económica, aventureros o víctimas de las sociedades de su época, que disponen de mucho tiempo libre para su trabajo interior.


En relación con los sentidos, mientras la novela que enfatiza la acción externa se basa principalmente en la visión que el relator tuvo o está teniendo de los sucesos, en esta novela intimista puede ser necesario profundizar en el empleo de los demás sentidos(gusto, olor, oído y tacto).


Como señala Ovejero (2008)“dado que resulta difícil encontrar algo humano (sentimientos, emociones, pensamiento, acción) que no sea intrínsecamente psicosocial, se hará difícil leer literatura que, de una u otra manera, no haga Psicología Social” (p. 226). Así la novela y la psicología han seguido trayectorias paralelas que muestran la problemática humana: su soledad, su ilusión de ser independiente, sus debilidades y hasta sus patologías; en cambio, el estudio de la interrelación de las dos disciplinas se ha incrementado desde los años 80.


Puesto que comparto la idea de que se trata de una conjunción fructífera, cada vez que hago una búsqueda sobre la novela psicológica sólo encuentro numerosos desarrollos europeos de la novela psicológica, ejemplos relevantes de Estados Unidos de América (EUA) y de Japón, y excepcionalmente, la mención de un par de autores latinoamericanos (Ernesto Sábato y Laura Restrepo). Entonces me he preguntado si en América Latina ha existido un movimiento literario similar al europeo y, en caso afirmativo, cuándo y dónde sucedió, por qué no localizo un texto que lo presente o si es que sólo ha tenido menos difusión que el del viejo continente. Tratando de encontrar respuestas, he ido revisando literatura latinoamericana con las características mencionadas y el presente artículo expone lo que he ido encontrando en mi esfuerzo por indagar, revisar y analizar su desarrollo en América Latina.


Para el estudio de este subgénero, se ha procedido a través delmétodo de reconstrucción histórica de su origen, para luego focalizarse especialmente en su evolución y escritores más representativos de América Latina, de los que se hará una breve presentación del contenido de sus principales obras.


Origen y evolución de este tipo de narrativa


Si bien, como se verá en el siguiente subapartado, el apogeo de la novela psicológica se produce en la primera mitad del siglo XX, especialmente después de la publicación de La interpretación de los sueños(1900) y otras obras de Sigmund Freud, Karl Jung y Alfred Adler, ya en los siglos XVII y XVIII aparecen antecedentes aislados y, en el siglo XIX, autores mundialmente reconocidos, coetáneos de los trabajos de psicología experimental y La teoría de las emociones de William James(1890). Esta reconstrucción histórica incluye tanto autores que, si bien relatan acciones externas, destacan por la caracterización psicológica de sus personajes, como los que efectivamente se concentran en la vida interior de sus protagonistas. A continuación, se presenta su evolución en América Latina, precedida de una breve revisión de sus antecedentes más destacados en otras regiones.


Antecedentes europeos y de EUA


Como se ha mencionado, el siglo XVII ofrece escritores de la talla de Shakespeare1 y Cervantes2, a los que se suma una importante escritora, Mme. de Lafayette3; mientras en el XVIII destacan Samuel Richardson, que introduce la forma epistolar y la redacción en primera persona 4 y Pierre Choderlos de Laclos, que también utiliza la forma mencionada 5. El desarrollo de la novela psicológica se acelera especialmente desde los años treinta del siglo XIX en Europa, para lograr su auge en la primera mitad del XX, en paralelo con el desarrollo de las ideas freudianas. Destacan originalmente los escritores europeos, pero comienza la aparición de notables ejemplos en América y Japón6. A pesar de que existe una pléyade de autores que han contribuido de una u otra manera a la novela psicológica7, solo se mencionarán algunos ejemplos destacados por la relevancia de sus aportaciones a una trama dominada por la vida íntima de los personajes.


En el siglo XIX, Europa occidental vive transformaciones importantes provocadas por los inventos científicos y tecnológicos,vinculados a la industrialización y el desarrollo de revoluciones burguesas que sustituyen a las monarquías absolutas. Consecuentemente, los reinos y palacios aristocráticos que fueron escenario de la literatura desde el siglo XVII, van dejando lugar a nuevos territorios paralas novelas, como las nacientes ciudades modernas, sus urbanizaciones y casas, particularmente en Francia e Inglaterra. Sus temas siguen incluyendo a la emotividad humana frente a las ambiciones, intrigas, traiciones o venganzas, pero aparecen otros nuevos como la pasión por el conocimiento y, sobre todo, los conflictos en torno del matrimonio: insatisfacción y deseo, deber y adulterio, incluso femenino. También es importante resaltar la introducción del monólogo interior como nueva técnica aportada por Eduard Dujardin en Han cortado los laureles (1888).


En paralelo, la realidad rusa es muy diferente, allí sigue presente el absolutismo imperial y el poder de la nobleza, predomina el trabajo campesino, el régimen de servidumbres, la pobreza y la reducida educación. Este es el territorio en que se desarrolla la literatura rusa, especialmente la de Dostoievski, uno de los autores más prolíferos y profundos de este tipo de novelas, como son:El doble(1846), Crimen y castigo (1866), El jugador (1867), El idiota (1869), El adolescente (1875) y Los hermanos Karamázov (1880). En ellasmuestra tanto el desarrollo caótico y anárquico de la conciencia de un personaje esquizofrénico, como profundiza en la introspección, comparte las 12emociones, delirios y claro-oscuros del alma de un joven asesino, describe la compulsión de un adicto al juego, o compone una de las personalidades femeninas más complejas y contradictorias, sin necesidad de introducir nuevas técnicas narrativas.


Ya en el siglo XX, la proliferación de novelistas europeos responde al desarrollo cultural alcanzado por ese continente, en paralelo con el apogeo de su poder económico, especialmente a inicios del siglo. A diferencia del siglo anterior, la creación literaria se expande hacia nuevos países (Alemania, Austria, Italia, España, entre los principales) y los temas incluidos como parte de la introspección personal resultan fuertemente modificados por acontecimientos históricos impregnados de violencia como la caída del zarismo o las guerras mundiales.


Los escritores siguen explorando la emotividad,pero sus reflexiones más íntimas aparecen favorecidas por situaciones de soledad, provocadas por el aislamiento físico, recuperando el deambular por las calles de alguna ciudad (Viena en “El teniente Gustl” de Schenitzler) o dando lugar a nuevos escenarios: hoteles con personajes en vacaciones (Muerte en Venecia de Mann o Novelita de verano de Zweig), barcos en largas travesías (Amoky Una partida de ajedrez de Zweig), cárceles (El extranjero de Camus), casas de salud (La montaña mágica de Mann) y hasta velatorios (Cinco horas con Mariode Miguel Delibes). También aparece la posibilidad del aislamiento psicológico a pesar de que el protagonista esté inmerso en una poblada ciudad (La náuseade Sartre ).


A iniciosde este siglo, las contribuciones vuelven a ser muy numerosas y de tal relevancia8, que su justa consideración requeriría por lo menos de un artículo dedicado exclusivamente a su tratamiento. Afortunadamente, sus escritores han sido ampliamente estudiados, razón por la que sólo se mencionan algunos, cuyo vínculo con América Latina es más destacable, ya sea por sus viajes, conferencias en Argentina y Uruguay, o elección de Brasil como país de residencia final (Zweig), por su notable influencia en escritores como Sábatoo Dourado (Mann, Joyce) o por haber contribuido al rescate del papel femenino, retomado por novelistas como Bombal (Proust, Woolf).


Stefan Zweig narra Novelita de verano(1911),Amok(1922), Carta de una desconocida(1922), 24 horas en la vida de una mujer (1926), Confusión de sentimientos (1926) y Una partida de ajedrez (1941), que relatan pasiones irresistibles y cercanas a la locura, simulación de sentimientos, pasión por el juego, erotismo, homofilia, compulsión obsesiva y perfeccionista, entre otrostemas tratados con las técnicas narrativas tradicionales y la forma epistolar.


Muerte en Venecia(1912) y La montaña mágica(1924) de Thomas Mann marcan otro hito en el devenir que nos ocupa. La primera es una novela corta, utiliza monólogos y sueños para trasmitirnos el atractivo físico que un efebo provoca en el protagonista, con quien no intercambia ni una sola palabra; relata así la angustiosa historia de una atracción homosexual nunca consumada. La segunda cuenta la historia de la internación de seres humanos físicamente enfermos, apartados de la vida “normal” en sociedad, que se conocen poco mutuamente y de los que Mann efectúa una minuciosa descripción de su psicología y patología. Aunque menos conocida, resulta relevante la lectura desu última novela La engañada (1953) en que trata temas netamente femeninos como la menstruación, el nacimiento y la menopausia, así como un monólogo en que se manifiesta el drama interior de su protagonista en torno del deseo sexual con poca probabilidad de ser satisfecho.


James Joyce escribe Retrato de un artista adolescente (1916), que muestra los sentimientos, reflexiones, conocimientos y temores del protagonista en esa etapa de su vida; y Ulises(1922), su obra cumbre, que descubriría la vida interiordel hombre desu época. Cada capítulo de su obra está escrito en un estilo diferente, intentando imitar la vida a través del lenguaje. Utiliza el estilo indirecto libre, cambia de relator durante la presentación de la historia y elimina la puntuación paracaptar el pensamiento real, que no sigue una secuencia lógica, como sucede en el famoso monólogo interior de Molly Bloom.


Al tiempo que se publica Ulises, Marcel Proust termina su obra, En busca del tiempo perdido (1922), de deslumbrante sutiliza psicológica, especialmente en sus personajes femeninos. Los sentidos juegan un papel muy importante(olfato y gusto,principalmente)porque hacen que los recuerdos emerjan a la conciencia.Utiliza el monólogo indirecto, que supone la presencia de un narrador omnisciente, pero también diálogos simultáneos en el mismo espacio y distintos tiempos, cuya secuencia no se presenta linealmente, sino que es rota por analepsia o flash backpara trasladarse al pasado. No narra sucesos sino sus efectos en la memoria y la sensibilidad, cambia de lugar, de narrador y de tiempo (psicológico).


Obras de fuerte contenido autobiográfico como Al faro y Las olas son publicadas en 1927 por una de las pocas mujeres que contribuye a nutrir este siglo en el género literario que nos ocupa, Virginia Woolf. Trabaja los motivos emocionales de sus personajes, mostrando influencias de Richardson, Joyce y Proust. Entre sus temas principales figuran la guerra, la muerte, el tiempo, la imposibilidad de satisfacer el deseo de contacto humano y el erotismo. En Las olas, considerada su obra más compleja, la narradora desaparece y deja paso a seis monólogos en primera persona, seis nombres, más que personas, que conforman una identidad colectiva, enfrentada a la ausencia del amigo de todos. Escribe en un presente atemporal, sin respetar la secuencia lineal de los eventos, como el ir y venir de las olas.


Dos años más tarde, en EUA sobresale la obra de William Faulkner. En El sonido y la furia(1929) relata con profundidad el drama psicológicode una aristocrática familia en el sur de los EUA; trata la neurosis, el amor incestuoso, la hipocondría. Se muestra la riqueza psicológica de los personajes, enfatizando la precariedad social (decadencia del sistema esclavista del sur) del territorio en que afloran sus emociones. Utiliza el monólogo interior, los narradores múltiples, la discontinuidad y la no linealidad en el tiempo del relato. Cada una de tres de las secciones de su libro cuenta los mismos hechos desde el punto de vista de un personaje diferente, y la cuarta por el propio escritor, encarnada en la sirvienta negra. Faulkner se desentiende de la gramática, la ortografía y la puntuación. Mientras agonizo (1930) se ubica en zonas rurales poco comunicadas.Emplea la técnica del flujo de conciencia (expresión acuñada por William James) para presentar 15 narradores que se expresan en primera persona del presente.


Durante la segunda parte del siglo XX, aparecen otros temas novedosos como las relaciones lésbicas (El Precio de la sal de Patricia Highsmith), las psicopatías (Mar de fondo, de la misma autora antes referida o La campana de cristal de Sylvia Plath) y el tratamiento de crímenes pactados (“Extraños en un tren”, también de Highsmith),que posteriormente darán lugar a trabajos de contenidos netamente psiquiátricos (Rabiade King o El silencio de los inocentes de Thomas Harris). La soledad de estos personajes difiere de la planteada en Europa, se debe mucho al aislamiento de las amplias zonas rurales de EUA, a la provocada por discriminaciones racionales y de género, así como los problemas de salud mental propios de su tipo de desarrollo.


Por otra parte, después de varias décadas de relativa reducción de la productividad europea, encontramos la profundidad que nos comparte el prolífero MilanKundera, sin utilizar innovaciones de las técnicas narrativas. Sus publicaciones El libro de los amores ridículos (1968), El libro de la risa y el olvido (1979),La insoportable levedad del ser (1984), La inmortalidad (1989), La lentitud(1995), La identidad(1998), La ignorancia(2000) y La fiesta de la insignificancia(2014) retoman temas de profundo sentido humano: el amor como privilegio, la soledad; el heroísmo y la venganza; la falta de genuinidad; el paso del tiempo y el olvido; lo inconsciente en términos freudianos; la recuperación de un momento ya vivido al estilo de Proust, la frontera entre estados internos límites, entre otros.


Finalmente, el siglo XXI se mostrará menos prolífero que el anterior en materia de novela de fuerte contenido psicológico: Francia continúa con obras que destacan el papel de las emociones en las relaciones humanas, con mayor presencia de espacios caracterizados por depresión, alcoholismo o drogas, mientras EUA se consolida en la consideración de las patologías psicológicas y psiquiátricas (Historia de un loco de John Katzenbach).


Los trabajos latinoamericanos


El siglo XIX latinoamericano se caracteriza por las luchas de independencia y los intentos de reorganización nacionales en un clima de inestabilidad política y económica. Etcheverry (2004) afirma que “recién hacia su segunda mitad se identifica la aparición “tardía” de novelas que responden a un desarrollo económico social y cultural centrado en la burguesía ascendente y dependiente de Europa”(p. 2).


Durante varias décadas las novelasadoptaron el realismo literario en la descripción de sus países y, aunque la caracterización psicológica fue importante, más que profundizar en la vida interior de sus personajes, los escritores tendieron a diseñar tipos sociales representativos de los mismos, en contextos sociopolíticos y culturales caracterizados por el desarrollo incipiente del capitalismo y sus diversas formas de dominación.(Losada, 1979, p. 438)


Los orígenes de la novela psicológica en América Latina podemos rastrearlos desde el modernismo, particularmente desde la única novela que escribiera, en México, Manuel Gutiérrez Nájera, Por donde se sube al cielo(1882). Según Clark de Lara (1994), dentro del eclecticismo de ésta, es posible identificar características propias de la novela psicológica,como la importancia de la emoción, la complejidad de su personaje principal (contradicción interna, angustia existencial, neurosis), el tiempo narrativo no lineal, el final abierto y el empleo de la introspección y el monólogo interior. Estos se acompañande elementos propios del contexto social como el papel de la mujer en el proceso de industrialización naciente, la responsabilidad de la sociedad ante la presencia de personajes marginales como la cortesana o la posibilidad de su transformacióny redención.


Durante el siglo XX, América Latina intenta consolidar los estados nacionales democráticos, pero su evolución aparece surcada de importantes conflictos armados (Revolución Mexicana, Guerra Cristera, Revolución Cubana), poco crecimiento económico, fuertes desigualdades socioeconómicas, y la irrupción de diversos regímenes dictatoriales. Si bien existen esfuerzos por extender la educación, en la cultura persiste por décadas un elitismo arraigado.


En este contexto, a inicios del siglo y en el apogeo del modernismo, ubicamos al escritor venezolano, Manuel Díaz Rodríguez que critica la realidad nacional con un excelente manejo intimistas de la introspección y la psicología de sus personajes, sus sueños y alucinaciones. En Ídolos rotos (1901) y Sangre patricia(1902). Díaz Rodríguez era médico y había estudiado en Viena, lo que hace suponer que conocía los trabajos de Freud.


Encontramos así el trabajo en paralelo de dos escritores chilenos que comparten una temática intimista y filosófica, que se impone sobre la acción externa: Eduardo Barrios y Augusto d’Halmar. Ambos formaron parte de un heterogéneo grupo de intelectuales llamado Grupo de los Diez, que incluía unos pocos escritores y llegó a editar una revista del mismo nombre


El primero nos ofrece El niño que enloqueció de amor (1915), que presenta en forma de diarios de vida, los sentimientos de un niño que se enamora de una joven mayor, a la que observa y con la que sueña sin tener ningún acercamiento real, manteniendo oculto su secreto. Est a pasión se acompaña de celos de tal fuerza contra su novio que sufre delirios, diálogos incoherentes y convulsiones.


Barrios escribe también El hermano Asno(1922), drama de pasiones interiores y conflictos psicológicos y religiosos con escasa acción en que se relata, en forma de diario y en primera persona, los sentimientos de un fraile franciscano hacia una jovencita y su lucha por reprimir el erotismo y mantenerse puro en su entrega a Dios, en el contexto de un convento del siglo XX. Aparece así la fuerza de las emociones y la sexualidad (el hermano asno) enfrentada al comportamiento racional y espiritual del hombre. Por este tiempo, Freud venía desarrollando sus teorías sobre el “superyó” y el “ello”, con la introducción de los instintos, las pasiones y la generación de conflictos y represiones inconscientes, ajenas a la racionalidad del “yo” (Freud, 1923). En este sentido, podemos encontrar críticos que refieren la fuerte influencia de Freud en Barrios, mientras Vázquez (1968) afirma que “sólo fue una sorprende coincidencia intuitiva en temas del inconsciente, la neurosis, la locura, y su relación con la sexualidad” (p. 475).


El mismo dilema presenta D’Halmar en Pasión y muerte del cura Deusto (1924) frente al amor “oscuro” (físico), agravado en este caso por tratarse de un sentimiento compartido entre un cura y un bello joven andrógino. Nos describe profundamente la psicología del cura en un mundo de pasiones inconfesables y muestra la evolución de una simpatía pura que va perdiendo su inocencia y deviene en erotismo y deseo carnal. Se considera que es la primera vez que el tema de homosexualidad, aunque en forma difusa, fue tratado en la literatura en lengua española.


Pero regresando al tema de la diversidad interior del hombre, esta acabará de desarrollarse plenamente en Los hombres del Hombre (1950), donde Barrios retoma la idea de personalidad escindida (Freud, 1938; Glover, 1943; Klein, 1946), en la que diferentes identificaciones pueden apoderarse de la conciencia, para acercarnos al enigma de la multiplicidad de voces interiores, diversas y contradictorias, que el ser humano posee y sus repercusiones en el mundo de las relaciones amorosas. También algunas ideas sobre el hombre de Miguel de Unamuno (1908), que no es solo el que cree ser, el que los demás creen que es y el que realmente es. Cada uno de los siete hombres presentes en el protagonista de Barrios, con sus rasgos contradictorios (el místico, el práctico, el sentimental, el apasionado, el soñador, el celoso y el razonable), irá dialogando con el Hombre real sobre la relación con su esposa, en medio de una crisis sentimental causada por los celos y la angustia provocada por la duda sobre su paternidad; dialoga con sus “yos” buscando poner en orden sus sentimientos para solucionar su crisis psicológica mientras registra todo en un diario. Tanto Ventura (1962) como Ferrer (1965) nos muestran que “el protagonista es también el narrador en primera persona y el encargado de presentarnos a los demás personajes, utilizando el soliloquio” (p. 100 y 20-21). Barrios es uno de los autores de novela psicológica más analizados, tanto en América Latina como en EUA, por críticos literarios como Ned Davidson, Enrique Anderson, Arturo Torres, Ángel Manuel Vázquez, John Walker, entre otros.


La tercera escritora mencionada es María Luisa Bombal; nació en Chile, pero estudió en Francia y tuvo acceso a los debates psicoanalíticos y feministas. Es considerada la primera chilena que refiere el gozo sexual femenino sin culpabilidad. Bombal no fue muy prolífera, pero se distinguió por la intensidad de sus contenidos, la presencia del conflicto y el tratamiento de la vida interior, rechazando la mera narración de hechos y acercándose a las motivaciones ocultas de la conciencia individual que transcurren en la cabeza y el corazón de una protagonista soñadora; no se describen los objetos o la naturaleza tal como son, sino como la protagonista los siente. Con la publicación de La última niebla(1935), profundiza en la condición femenina para resaltar su soledad ante la racionalidad masculina que domina el entorno social y su emotividad como centro de existencia, empleando para ello técnicas narrativas renovadoras que profundizan en la psicología de sus personajes. La novela nos relata, en primera persona, la historia de una romántica protagonista, cuyo nombre no se conoce y parece representar en ese momento a todo su género. Se ha casado con un hombre que ha idealizado a su primera esposa fallecida, sin haber vivido su duelo, lo que provoca la frustración de la sexualidad de la protagonista, su reemplazo por una fantasía y su posterior sumisión sin esperanzas. Se trata de problemas que Freud (1900) había analizado, muy probablemente conocidos por Bombal, a través de los sueños de muerte y duelo por la pérdida de personas significativas, que luego volvería a profundizar para considerar los procesos de melancolía normal y mórbida asociados a ellos (Freud, 1915).


Cuatro años después, con similar visión pesimista de la realidad social femenina, publica La amortajada (1938), su segunda y última novela, cuyo personaje central se encuentra real y simbólicamente excluido de la existencia y el amor. Se trata de una nueva historia de desamor y muerte, narrada en primera persona, que resalta el subconsciente y utiliza la introspección, el fluir de conciencia y la evocación de la relatora, que es velada y enterrada mientras recuerda su vida. Recrea con toda precisión y realismo la evolución de los sentimientos más difíciles de confesar (odio, ira) y la sexualidad que impone sus exigencias a pesar del desamor. Barrios conoció su trabajo y la propuso como candidata al Premio Nacional de Literatura de Chile.


Por las mismas fechas, Witold Gombrowicz, nacido en Polonia, vive y produce durante muchos años en Argentina. Realiza una total identificación de protagonista, narrador y autor en la obra Ferdydurke (1937) en su versión polaca y en 1947 en su versión argentina. Junto a él aparece un segundo personaje en el que parece desdoblarse (Gonzalo, en Trans-Atlántico, 1953) para representar el lado oculto, oscuro, relacionado con la pulsión de muerte (Freud,1920), pero no vil del hombre. “Explora el erotismo, la inmadurez, la juventud, la angustia, la nada, anticipando ideas que retomaría el existencialismo” (Cardozo, 2020, p. 392).


Si bien la novela de introspección y análisis psicológico tuvo poca presencia en un México que inició el siglo bajo una dictadura, a la que seguiría una sangrienta revolución y una guerra por motivos religiosos, hacia mediados del mismo aparecen dos escritores relevantes. José Revueltas publica El luto humano (1943), que recrea una situación límite y simbólica de desesperada violencia, con pasiones entrecruzadas, emociones (cariño, dolor, odio, rabia, angustia, piedad, miedo) y recuerdos generados alrededor de la muerte de una niña, utilizando en algunos momentos la narración en primera persona. Pero, más allá de la introspección de sus personajes, la novela tiene una finalidad política. Poco después Agustín Yáñez escribe Al filo del agua(1947), un tipo de novela, menos comprometida políticamente, que se concentra en la vida interior de los personajes (especialmente, las mujeres enlutadas) y de un pueblo entero que construye su imaginario social bajo el dominio cultural de la religión, con su represión e hipocresía. Renueva la literatura local con la incorporación de técnicas narrativas como el monólogo interior, el contrapunto o la polifonía.


Ya hacia el fin de este primer medio siglo aumentan notoriamente las novelas de contenido psicológico producidas en Iberoamérica, como la ya mencionada Los hombres del Hombre de Barrios. Destaca la visión existencialista del escritor argentino Ernesto Sábato que, en El Túnel (1948), cuenta la historia de un personaje obsesivo y paranoico, que mereció el reconocimiento de Albert Camus y Thomas Mann. En un contexto de falta de amor, soledad e incomunicación, su personaje analiza racionalmente la vida en torno de las opciones que le ofrece para decidir, en permanente conflicto entre su “yo” real y su “yo” idealizado, y en espera que lo traten conforme a la imagen que de él mismo se ha forjado. Se trata del orgullo neurótico, que se autoidealiza para ganar mayor confianza, analizado por Freud (1914 y 1938) como un mecanismo de defensa. Éste exige a los demás comportarse también dentro de ese esquema racional, distorsionando la realidad: no responde a los otros como realmente son, sino a lo que él ha puesto en ellos. Cualquier herida le provoca hostilidad, odio, ira, furia asesina; pasa de la necesidad básica a la exigencia neurótica que proviene de su egocentricidad y ante su insatisfacción, vivida como injusticia, recurre a la venganza. La alienación se concreta en la separación o desintegración de sus sentimientos, deseos, creencias y energías.


Una novela también cercana al existencialismo nos ofrece Manuel Rojas (también nacido en Argentina pero residente en Chile), Hijo de ladrón(1951), narrada en media res y en primera persona, en tanto protagonista, testigo e intérprete de su propia historia, de fuerte contenido autobiográfico. En la primera parte, usando un estilo indirecto libre, el protagonista se sitúa en el presente al salir de la cárcel donde ha sido recluido injustamente; recuerda confusamente lo vivido en su lucha por sobrevivir y lo relata sin orden cronológico. En cambio, la segunda parte es relatada por el protagonista en su juventud y ubicada en su presente, en el momento en que sufre lo acontecido. Trata el tema de la libertad frente al sometimiento a las órdenes, la disciplina, la burocracia y el trabajo en la cárcel. Es una novela de aprendizaje en que el personaje busca su identidad en una vida marcada por un padre ausente y ladrón, una madre arrestada y muerta, la soledad, la pobreza, la violencia y la falta de amor.


Tres nuevas contribuciones mexicanas son dignas de mención por la construcción psicológica de sus personajes. La primera, Pedro Páramo (1955), corresponde a Juan Rulfo. Se trata de una novela que ha sido difícil de categorizar debido a su complejidad, que estrictamente no podemos mencionar como novela psicológica, pero presenta algunos elementos rescatables de esta. Es contada por dos relatores opuestos: en parte, en la primera persona del hijo que va en busca del padre que lo abandonó, y en parte, por un narrador impersonal que cuenta la historia de su padre y sus amores. Las descripciones del padre aparecen fragmentadas en el tiempo, mientras el hijo exhibe descripciones lineales. Ambas se entrelazan, pero cada una domina una parte de la novela. En donde, además, se incluye un monólogo interior.


Carlos Fuentes es el segundo escritor que en sus obras como La región más transparente (1958), Aura(1962) y La muerte de Artemio Cruz (1962) profundiza en el “Aura” tienen la particularidad de estar escrita en segunda persona, mientras la última de las nombradas utiliza en forma original el sentido del tacto para trasmitir emociones.


La tercera contribución proviene de una mujer escritora, Josefina Vicens. Ella publica El libro vacío (1958), en el que comparte la vida íntima (dudas, frustraciones, cansancio e intrascendencia) de un personaje no exitoso, que se obsesiona por escribir un libro que no puede lograr ni tampoco abandonar. Muchos años después publica Los años falsos(1982) en que una personalidad mucho más compleja, desdoblada entre la suya propia y la internalización del padre, expresa sentimientos profundamente conflictivos hacia los integrantes de su propia familia, difíciles de confesar en el contexto de la cultura mexicana. Está escrito en tercera persona, a veces del singular, pero en otras en plural para recuperar tanto al hijo como al padre que habita en él. Esta idea de una imagen como la del padre, generalmente inconsciente, con la que un sujeto se identifica durante la formación del yo, pudo haber sido tomada de Lacan (1936), quien la bautizó como “el estadío del espejo” (p.100).


Uruguay, cuya literatura no se había inclinado hacia las emociones internas, aparece en este panorama con la participación de dos obras y escritores importantes, de marcado pesimismo. La tregua (1960) de Mario Benedetti, escrita en forma de entradas en el diario del protagonista, cuya introversión lo lleva a anotar todo lo que piensa y siente sobre el trabajo burocrático, monótono y consumidor de tiempo de vida, la soledad y la relación con los hijos. El protagonista ve desvanecerse el período de tregua en su vida y regresa a la desesperanza.


El segundo trabajo es El astillero(1961) de Juan Carlos Onetti, amigo de Benedetti. Su narrativa compleja (frases largas, subordinadas y coordinadas) retrata tanto la escena como el ánimo de los personajes (especialmente los masculinos) a través de sus diálogos internos, sus reflexiones y emociones, siempre interpretados por el narrador. Este, en tercera persona, aparece a veces como testigo, otras como conciencia colectiva y a menudo induciendo en el lector un cansancio similar al vivido por los personajes en su decadencia, aferrados a su odio o su locura, nuevamente en un ambiente sin esperanzas.


Tal vez debido a la falta de difusión en nuestro contexto de los trabajos escritos en portugués, apenas hemos accedido la obra de un escritor brasilero, Autran Dourado, cuyas novelas se caracterizan por una prosa intimista, el tratamiento de temas como la incomprensión del otro, la locura o la muerte, y la utilización del monólogo interior y el flashback, que reconocen la influencia de Goethe, Stendhal y Joyce. Alterna los relatores y los tiempos verbales, incluso en un mismo párrafo. En Uma vida em Segredo (1964), explora la profunda vida interior de un personaje simple e introvertido, mostrado a través de otras personas, cuyo flujo de conciencia a veces contradice su imagen exterior. Nuevamente, en Ópera dos mortos (1967) indaga en la psicología de sus personajes mediante un relato no lineal y una estructura operística y barroca, que retoma historias de seducción, doble vida, soledad y muerte. Esta narración discontinua vuelve a presentarse en La trama del bordado (1970) como forma de recuperar los laberintos de los desdoblamientos, asociaciones y ambigüedades.


Un caso difícil de ubicar literariamente y poco conocido, pertenece al pequeño grupo de autores llamados “Los raros”, es Mario Levrero. Publica en Uruguay su llamada trilogía involuntaria compuesta por tres novelas cuyos títulos reflejan una clara relación con los espacios: La ciudad (1970), París (1980) y El lugar (1982). Está escrita en primera persona, sus contextos son siempre urbanos y trasmiten una clara sensación de aislamiento. El autor mencionaba que las había escrito en forma independiente y luego había sido consciente de su interrelación, pasando del inconsciente colectivo propio de sus narraciones originales, a través del subconsciente, hasta llegar a captar plenamente lo que le estaba ocurriendo.


Otro trabajo interesante esEl beso de la mujer araña (1976), publicado por el escritor argentino Manuel Puig. Relata el encuentro en la cárcel de dos personajes, aparentemente muy diferentes: un luchador social que enfrenta problemas políticos y un homosexual acusado de corrupción de menores, que desea ardientemente ser mujer y vivir el amor romántico. A medida que la trama se desarrolla va produciéndose un acercamiento de sus personalidades, al rescatar la parte oculta de cada uno (afectos y causa social, respectivamente). Se producen diálogos en los que ya no queda claro quien habla, al producirse la fusión de sus almas y cuerpos. “Esta identificación parece recoger las teorías sobre el narcisismo, en tanto autocomplacencia original de cada uno consigo mismo” (Freud, 1914, p. 71), y la posterior identificación del yo con la imagen del otro, “integrada en los gestos de cada uno, que ha sido estudiada especialmente en los niños” (Lacan, 1936, p. 99).


Nuevamente en México, Elena Garro publica Testimonios sobre Mariana (1981) y La casa junto al río (1983). La primera ha sido considerada una mezcla de testimonio, autobiografía, novela y diario, en que la historia, poblada de sentimientos y profundas intimidades, es contada retrospectivamente por tres personajes cuando Mariana ya ha desaparecido de sus vidas, incluyendo el monólogo interior. La segunda es narrada por dos voces con perspectivas diferentes, en que reina la mentira, la maldad, la hostilidad y el horror que conducen a la obsesión, depresión y paranoia.


En paralelo con Onetti, inician las publicaciones del escritor argentino Juan José Saer que, en un contexto de dictadura, terrorismo de Estado, exilio y muerte, retoma el ejemplo narrativo de Faulkner en el empleo de frases extensas y complejas, mínima acción externa, importancia de la forma de contar más que de su contenido, perspectivismo de versiones y monólogo interior. En el caso de Glosa (1985) se alternan los monólogos de los personajes durante el recorrido de las calles de la ciudad de Santa Fe (Argentina), recordando similares peregrinajes por otras ciudades en las obras de Schenitzler o Mann. Entre sus temas incluye preocupaciones sobre las obsesiones y la locura (La ocasión, 1987), la depresión (Lo imborrable, 1992), el papel de los psiquiatras ante la enfermedad mental (Las nubes, 1997).


Finalizamos esta revisión con la obra de cinco novelistas latinoamericanos (cuatro de ellas, de género femenino) que continúan produciendo y experimentando con nuevas técnicas en el siglo actual. Se trata, en primer lugar, de la uruguaya Marisa Silva Schultze que inició su producción con La limpieza es una mentira provisoria(1997), a la que siguieron, entre otras, Qué hacer con lo no dicho(1999), Apenas diez(2006) y Siempre será después(2012). En el contexto de la dictadura y sus secuelas, presenta conflictos, secretos, culpas, violencia, miedo, silencios y los sentimientos que los acompañan. Sus trabajos se producen en contextos familiares, en los que resaltan el papel de la mujer y los traumas infantiles, provocados por asesinatos y suicidios. Utiliza al relator omnisciente y también al diegético.


La segunda es la escritora colombiana Laura Restrepo, que recrea un proceso de bipolaridad desencadenado por causas genéticas y psicosociales en Delirio(2004), novela contada en forma polifónica, en la primera persona de cada uno de los cuatro personajes y con su lenguaje propio, iniciada in media res, intercalando pasado y presente y que trasmite el delirio mediante una escritura sin puntuación, una especie de erupción incontenible, al estilo de Faulkner. Además del trastorno mental que se codea con la cordura, se tratan temas como el adulterio, la homosexualidad y el narcotráfico. Por su parte, Los divinos(2018) retoma el drama psicosocial con varias modificaciones: el relato es lineal, contado en la primera persona de uno de los cinco personajes que, a su vez, describe a los otros cuatro. Se tratan temas como violencia, sexo, drogas, adulterio, engaños y violación infantil en un grupo de jóvenes y las diferentes reacciones de cada uno (fuga, suicidio, depresión), en función de su cultura, antecedentes familiares, características personales (narcicismo, por ejemplo) y “vacíos” existenciales, hasta tomar conciencia de que los cinco son culpables. Los personajes son complejos, con ciertas dosis de perversión e indiferencia, combinadas con otras de cariño y solidaridad.


También juega con el tiempo el peruano Mario Vargas Llosa en su novela El sueño del celta (2010), pero con un solo narrador, combinando acción y reflexión psicológica e intercalando presente y pasado. Trata la soledad, tanto por estar en prisión como provocada por problemas personales, y los claro-oscuros de su personaje secundario.


La cuarta es la chilena Marcela Serrano, que ha escrito varias novelas (Diez mujeres, 2011; Dulce enemiga mía, 2013; La novena, 2016) en torno de la soledad femenina, la sumisión, el matrimonio, la infidelidad, las dudas, el miedo, la soledad, la inseguridad, combinando la política con las relaciones humanas, siempre complejas. Incluye algunos relatos en primera persona tanto del singular como del plural y emplea una serie de monólogos.


La última autora es mexicana, Laura Esquivel, conocida por su novela de realismo mágico Como agua para chocolate(1989), que ha publicado la misma historia, contada en primera persona, a partir del diario íntimo de su protagonista, El diario de Tita(2016), en el que, junto a sus recuerdos y recetas de cocina, nos entrega secretos y emociones personales.


La revisión realizada muestra que los relatos de tipo existencial y las narraciones testimoniales propias de la literatura urbana se desarrollan fundamentalmente después del Boom, con el relativo abandono del Realismo Mágico. Los temas se vuelcan hacia la cotidianidad, el habla coloquial, los problemas del individuo como ser humano y no solo como miembro de una colectividad.


Como hemos podido ver, en América Latina el tema recurrente sigue siendo la soledad, pero en nuevos contextos de dolor y muerte exacerbados por la guerra (Revolución Mexicana o Guerra Cristera en México), la problemática familiar y social femenina frente al dominio masculino, la resignación promovida por la religión y, más recientemente, el narcotráfico, los gobiernos dictatoriales o las migraciones forzadas. También es notoria la mayor presencia reciente de escritoras que retoman los sentimientos del género femenino en estos espacios marcados por la violencia. En territorios de tanta opresión y falta de amor, empiezan a aparecer los protagonistas neuróticos y psicóticos. Los autores siguen enriqueciendo la gama de espacios en que transcurren sus obras, con conventos y parroquias, que se agregan a los espacios ya tradicionales, entre los que resalta la vigencia de la cárcel.


Gissi (2002) es autor del único texto identificado que analiza la relación entre psicología y literatura en la región, a través del estudio de los cinco escritores latinoamericanos que habían recibido el premio Nobel de literatura (Mistral, Asturias, Neruda, García Márquez y Paz). Concluye que “los cinco presentan en común: diagnóstico y crítica de la situación de pobreza, autoritarismo estatal, clasismo y racismo, sobrevaloración de la cultura euro-norteamericana y subvaloración de la nacional y latinoamericana” (p.219). El escritor más cercano al enfoque que nos ocupa corresponde a Octavio Paz, autor de El laberinto de la soledad (1950), que Gissi ubica como autor del sociopsicoanálisis de los mexicanos(p.133).


Conclusiones


La revisión de antecedentes presentada permite identificar geográficamente la concentración de la novela psicológica en territorio europeo durante los siglos XIX y XX, aunque con algunos ejemplos relevantes en los EUA (Faulkner) y Japón (Mishima). Varias novelas responden al concepto de extraterritorialidad de Lassalle y Weissmann (2014) por tratarse de escritores migrantes, que nacieron y trabajaron en diferentes culturas y lenguas (Zweig, Mann, Kundera). Si bien la mencionada literatura tiene antecedentes en los siglos XVII y XVIII, su desarrollo se acelera especialmente desde los años treinta del siglo XIX y logra su máximo auge con el desarrollo de las ideas freudianas de inicios del siglo XX.


En función de las técnicas narrativas empleadas en las regiones mencionadas, podemos identificar: a) escritores que propusieron nuevas técnicas (Richardson por su redacción en primera persona y uso de las cartas, Emile Dujardin por su introducción del monólogo interior), b) los que retomaron y profundizaron las anteriores y escribieron obras destacadas (Joyce, Proust, Woolf, Faulkner), y c) algunos autores que lograron un manejo excelente de la vida interior de sus personajes retomando poco o nada de las innovaciones antes mencionadas (Zweig, Mishima, Kundera). Inicialmente, la carta fue muy utilizada, pero prácticamente desaparece desde la segunda década del siglo XX; el monólogo interior también tiende a diluirse después de pasada la mitad del siglo pasado; el fraseo y la puntuación incompletos del fluir de la conciencia se han vuelto poco frecuentes; mientras el tiempo no lineal, el empleo de diarios, la polifonía y la redacción en primera persona, continúan vigentes en el siglo actual


En cuanto a nuestro principal objetivo, el desarrollo latinoamericano, se presenta la Tabla 1, que sintetiza los principales aspectos que se han ido revisando, de manera que resulte más sencillo responder a algunas de las preguntas que se plantearon inicialmente.


Salvo el trabajo de Gissi, no localizamos ninguna referencia a lo que aquí hemos tratado como “novela psicológica”; cualquier búsqueda sobre esta conduce a los autores de las regiones mencionadas previamente y, excepcionalmente, a la inclusión de las obras de los latinoamericanos Sábato y Restrepo. Sin embargo, encontramos múltiples novelas de contenido psicológico, que no se identifican bajo un rótulo común, que favorece su difusión en otras regiones. A diferencia de las europeas, dicho contenido se presenta más enfáticamente combinado con el tratamiento de las difíciles situaciones políticas y sociales vigentes en los países en que la obra se desarrolla. Por ejemplo, en el caso mexicano, la novela refleja la crudeza de las situaciones sociales vividas como la (la Revolución Mexicana, y la Guerra Cristera), con algunos agregados psicológicos y mágicos como se puede encontrar en Revueltas, Yáñez, Rulfo o Fuentes. La desigualdad, la pobreza y la guerra parecen haber desplazado las reflexiones intimistas. En consecuencia, esta se refiere más como novela psico-sociológica. El mayor acercamiento al contenido netamente psicológico aparece en las aportaciones femeninas de Vincens, Garro o Dávila.


Por otra parte, la cantidad de trabajos identificados no es comparable con la riqueza sintetizada en el caso europeo e inicia posteriormente (fines del siglo XIX-inicios del XX). Tampoco se identifica la existencia de un movimiento orgánico en torno del subgénero; sobre todo al inicio, parece tratarse de ejemplos en países aislados como México, Venezuela y Chile, y más recientemente Argentina, Uruguay, Perú y Colombia. Hay que reconocer que fue otra la corriente literaria más destacada en nuestra región de la época, el Realismo Mágico, en el que incursionaron autores tan significativos como Gabriel García Márquez en Colombia, Julio Cortázar en Argentina o Alejo Carpentier en Cuba. De todas formas, destacamos, por su importancia y focalización en el tema de nuestro interés, las obras de Barrios y Bombal en Chile y Sábato en Argentina.


Las técnicas narrativas latinoamericanas más utilizadas retoman el monólogo interior, la polifonía, los flashbacks y el relato en primera persona.


Tanto en Europa como América, al igual que en otras profesiones, ha existido poca presencia de novelistas femeninas hasta finalizado el siglo XX, con un mayor equilibrio de la situación de género en lo que va del nuevo siglo.


Por último, considero relevante continuar la fructífera conjunción de psicología y literatura en todas las regiones, ya que, a veces “…hay más y mejor psicología en la literatura que en muchos libros de psicología” (Ovejero, 2008, p. 233) y algunos novelistas han alcanzado “profundidades de la existencia en una manera que la escritura psiquiátrica nunca había logrado” (Yalom, 2020, p. 116). Sobre todo, dotar de mayor difusión internacional a la novela latinoamericana de contenido psicológico.


Tabla 1. Síntesis de la novela psicológica en América Latina



Años de
publicación
País Autor Obras Contenido psicológico
1882 México Manuel
Gutiérrez Nájera
Por donde se sube al cielo Contradicción interna,angustia existencial,neurosis del personaje,introspección.
1901-1902 Venezuela Manuel Díaz Rodríguez Ídolos rotos Sangre patricia Sueños, alucinaciones,introspección, psicología de sus personajes.
1915-50 Chile Eduardo Barrios El Niño que enloqueció de amor, El hermano Asno,Los hombres del Hombre Celos, deseo, delirio,prohibición religiosa,multiplicidad de voces en el Hombre.
1924 Chile Augusto d’Halmar Pasión y muerte del cura Deusto Erotismo, deseo carnal,religión, homosexualidad.
1934-38 Chile María Luisa Bombal La última niebla,La amortajada Soledad, deseo, frustración,sumisión de la mujer.
1943 México José Revueltas El luto humano Recuerdos, violencia,pasiones, en un particular marco político.
1943 México Agustín Yáñez Al filo del agua Vida interior de pueblos y mujeres sometidos a la represión religiosa.
1947 Argentina Witold Gombrowicz Ferdydurke (argentino) Transatlántico Angustia,erotismo,vacío,claro-oscuros.
1948 Argentina Ernesto Sábato El túnel Desamor,soledad,obsesión,paranoia.
1951 Argentina/Chile Manuel Rojas Hijo de ladrón Soledad, desamor, identidad,pobreza, violencia.
1955 México Juan Rulfo Pedro Páramo Sentimiento de abandono,relación padre-hijo.
1958-62 México Carlos Fuentes La región más transparente,Aura, La muerte de Artemio Cruz Alma mexicana,amor,obsesión.
1958-83 México Josefina Vicens El libro vacío Los años falsos Dudas, frustraciones,conflictos, desdoblamiento de personalidad.
1960-79 Uruguay Mario Benedetti La tregua Rutina,soledad,desesperanza,tortura.
1961 Uruguay Juan Carlos Onetti El astillero Reflexiones,emociones,cansancio en personajes masculinos.
1964-70 Brasil Autran Dourado Uma vida em Segredo,Ópera dos mortos, La trama del bordado Incomprensión,desdoblamientos, locura.
1970 Uruguay Mario Levrero La ciudad, París, El lugar Aislamiento en territorios urbanos,inconsciente colectivo,subconsciente,consciente.
1976 Argentina Manuel Puig El beso de la mujer araña Parte oscura de la personalidad, homosexualidad.
1980-81 México Elena Garro Testimonios de Mariana La casa junto al río Obsesión, depresión, paranoia.
1985-1997 Argentina Juan José Saer Glosa, La ocasión, Lo imborrable, Las Nubes Obsesión,depresión,locura,psiquiatría.
1997-2013 Uruguay María Silva Schultze La limpieza es una mentira provisoria,Qué hacer con lo no dicho,Apenas diez,Siempre sera después Papel de la mujer,sentimientos ante asesinatos y suicidios en el marco de una dictadura.
2004 Colombia Laura Restrepo Delirio, Los divinos Bipolaridad,adulterio,homosexualidad,narcotráfico,violencia
2010 Perú Mario Vargas Llosa El sueño del celta Soledad,enfrentamientos,comprensión entre personas en roles opuestos.
2011-16 Chile Marcela Serrano Mujeres,Dulce enemiga mía,La novena Soledad,femenina,matrimonio,sumisión,infidelidad.
2016 México Laura Esquivel El diario de Tita Secreto y emociones personales


Fuente.
Elaboración propia.


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1 Tragedias como Otelo (1603), Hamlet (1605) y Macbeth (1606) muestran un profundo tratamiento de la psicología de sus personajes.


2 Don Quijote de la Mancha (1605-1615), por ejemplo, encara temas como la locura o la condición humana, relata aventuras delirantes y utiliza diálogos entre personajes, que no sólo se describen físicamente sino también en sus aspectos psicológicos.


3 La princesa de Clèves (1676) presenta la historia de una mujer de los salones de su época, dividida entre la pasión y el deber, la sinceridad y la simulación.


4 En Pamela o La virtud recuperada (1740) y Clarisa (1748)


5 Las relaciones peligrosas (1782).


6 Aunque estos tampoco serán incluidos en el presente estudio es imposible dejar de mencionar un trabajo tan relevante como Confesiones de una máscara (1948) de Yukio Mishima, a los que siguen obras de autores como Kenzaburo Oé y Haruki Murakami.


7 Se pueden agregar autores como Johann von Goethe, Johann von Constant, Stendhal, Nicolai Gogol, Gustave Flaubert, León Tolstoi, Charles Dickens, Henry James, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, entre otros.


8 8Otros autores que hicieron contribuciones relevantes durante el siglo XX y, por razones de espacio, no pudieron ser incluidos en la revisión presentada son Arthur Schenitzler, Oscar Wilde, D.H. Lawrence, Hermann Hesse, Franz Kafka, Italo Svevo, Jean Paul Sartre, Mercè Rodoreda, Albert Camus, Alberto Moravia, Luis M. Santos, Nathalie Sarraute, Juan Goytisolo, Miguel Delibes, Javier Marías y Patrick Süskind.