Revista Paideia Surcolombiana

ISSN 0124 - 0307 | e-ISSN 2538 - 9572



Artículo de Reflexión

Recibido: 27 Febrero de 2020 / Aceptado: 17 Mayo de 2020

Educar para la paz, perdón y reconciliación. Una experiencia desde las pedagogías para la paz y la educación artística

Educate for peace, forgiveness and reconciliation. An experience from pedagogies for peace and artistic education

Educar para a paz, perdão e reconciliação. Uma experiência desde as pedagogias para a paz e a educação artística



Henry Steven Rebolledo Cortés

Maestrante en Educación y Desarrollo Humano

Corporación Universitaria Minuto de Dios

henrystevenrc@gmail.com


Mery Elcy Cano Núñez

Maestrante en Educación y Cultura de Paz

Universidad Surcolombiana

meryelcycano@gmail.com


Hipólito Camacho Coy

Magister en Desarrollo Educativo y Social

Universidad Surcolombiana

hipolitocamacho@usco.edu.co


Resumen


Este artículo presenta una experiencia de formación para la paz el perdón y la reconciliación, sustentada en un proceso de investigación desarrollada por los grupos Crecer y Acción Motriz de la Universidad Surcolombiana de Neiva y la Corporación Cultural Candileja. Se comparten los fundamentos, principios, elementos conceptuales y metodológicos que nutren la propuesta pedagógica y que integran las pedagogías para la paz con la educación artística en procura de generar espacios que permitan, desde las organizaciones sociales y culturales, desarrollar procesos formativos con niños, niñas y jóvenes en procura de una cultura de paz.


Se pretende la construcción de una cultura de paz desde la cotidianidad. En el documento, inicialmente se presentan las consideraciones conceptuales que fundamentan la experiencia, unas nociones pedagógicas y metodológicas, y finalmente se hace referencia a la propuesta curricular, ganancias, reflexiones y conclusiones.


Palabras claves: Educación, educación física, educación artística, pedagogías para la paz, perdón, reconciliación, cultura, organización social.


Abstract


This article presents a training experience for peace, forgiveness, and reconciliation, supported by a research process developed by the groups Crecer and Acción Motriz of the Universidad Surcolombiana de Neiva and the Corporación Cultural Candileja. This article shares the foundations, principles, conceptual and methodological elements that nurture the pedagogical proposal and that integrate pedagogies for peace with arts education in an effort to generate spaces that allow, from social and cultural organizations, to develop training processes with children and young people in search of a culture of peace.


The aim is to build a culture of peace from everyday life. In the document, the conceptual considerations underlying the experience are initially presented, some pedagogical and methodological notions, and finally reference is made to the curricular proposal, earnings, reflections, and conclusions.


Keywords: Education, physical education, art education, pedagogies for peace, forgiveness, reconciliation, culture, social organization.


Resumo


Este artigo apresenta uma experiência de formação para la paz, perdão e reconciliação, apoiada num processo de pesquisa desenvolvida pelos Grupos Crecer e Acción Motriz da Universidad Surcolombiana, da cidade de Neiva e a Corporación Cultural Candileja. Compartilha-se os fundamentos, princípios, elementos conceituais e metodológicos que conformam a proposta pedagógica e que integram as pedagogias para a paz com a educação artística em busca de gerar espaços que permitam desde as organizações sociais e culturais desenvolver processos formativos com crianças e jovens em procura de uma cultura de paz.


Procura-se a construção de uma cultura de paz desde a cotidianidade. No artigo, inicialmente se apresentam as considerações conceptuais que fundamentam a experiência, noções pedagógicas e metodológicas, finalmente se faz referência à proposta curricular, ganhos, reflexões e conclusões.


Palavras-chave: Educação, educação esportiva, educação artística, pedagogias para a paz, perdão, reconciliação, cultura, organização social.


Introducción


La propuesta nace desde la investigación desarrollada en el año 2013 por el grupo Crecer denominada “Construcción de una propuesta educativa para la paz, el perdón y la reconciliación con niños, niñas y jóvenes desde la investigación participativa”. En esta investigación se definieron unos elementos conceptuales y metodológicos para la estructuración de una propuesta educativa que tenga como objetivo promover una cultura de paz. Dentro de los resultados de la investigación, se hace énfasis en la ausencia de sistematización de experiencias y actividades relacionadas con el tema tanto desde las instituciones de educación formal, como desde las organizaciones culturales, de igual modo se evidenció que la sociedad civil tiende a identificar la paz como ausencia de guerra y conflicto, y el perdón con asuntos religiosos y fuera de la conciliación con los otros (Oviedo Córdoba , Fernandez Cediel , & Rebolledo, 2013).


Conceptualmente en la propuesta pedagógica se parte de considerar que la educación para la paz debe pasar “por desenmascarar la violencia cultural y el patriarcado, educar para la disidencia, el inconformismo, el desarme, responsabilizarnos para transformar los conflictos y llevar a cabo el desarme cultural” (Fisas, 2011). Se trata de comprender la paz, el perdón y la reconciliación como construcciones humanas, es decir como una actividad política que se funda en la capacidad y habilidad humana para transformar los conflictos en oportunidades de encuentro, en posibilidad de cambio, adaptación e intercambio, por tanto, hablar de “cultura de paz” es transformar la “cultura de la violencia” (Fisas, 2011).


De igual manera en la propuesta se destaca el gran aporte que se puede hacer desde la educación artística para la construcción de una cultura de paz considerando que las “prácticas sociales que se insertan en la cultura buscan fomentar, potenciar y desarrollar la sensibilidad, la experiencia estética, el pensamiento creativo, como también la expresión simbólica” (Ministerio de Educación Nacional, 2016). En este sentido se afirma que las prácticas sociales desde el arte potencian y movilizan a las personas y los grupos, en torno a la generación de buenas relaciones interpersonales y la convivencia entre los seres humanos, dadas las características de trabajo que tiene esta área del conocimiento.


La propuesta pedagógica denominada “Formación para la paz, perdón y reconciliación con organizaciones sociales y culturales de Neiva y municipios del norte del Huila, PERDÓN–ARTE, experiencia con gestores culturales” contó con la participación de 10 gestores culturales de la ciudad de Neiva y 6 gestores culturales de los municipios de la zona norte del departamento del Huila (Aipe, Villavieja, Palermo, Baraya, Rivera y tello), quienes en sus diferentes sitios de trabajo desarrollan procesos de educación artística con niños y jóvenes.


Los principales logros de esta experiencia se relacionan con los aprendizajes significativos de los niños y niñas participantes en los ámbitos: cognitivo, afectivo y corporal, se destacan los aprendizajes prácticos y conceptuales sobre las paces y los conflictos, las experiencias de tipo afectivo y corporal, vivenciadas en la preparación de los talleres lúdicos-artísticos, los cuales se reflejaron en las muestras, expresiones estéticas y en las obras y sketch1 de teatro que presentaron los niños en los espacios comunitarios. De igual manera, se logró conformar un equipo de trabajo interdisciplinario integrando la academia con las organizaciones sociales de los gestores culturales.


El propósito principal de la propuesta pedagógica es implementar una experiencia de formación que conlleve al desarrollo de acciones colectivas basadas en la Educación para la paz, teniendo en cuenta que la cultura de paz además de promover la pacificación, construir estilos de vida, costumbres, prácticas y creencias, acompañar procesos que generen cambios institucionales, la gestión equitativa y humana, necesita del acompañamiento y la formación de los gestores y líderes de procesos sociales, para potenciar sus capacidades y recursos en la gestión de la cultura y la educación. Los gestores culturales a su vez generan procesos de transformación a nivel micro con niños y jóvenes vinculados a sus organizaciones, quienes por lo general pertenecen a poblaciones en situación de vulnerabilidad.


Elementos conceptuales básicos


La construcción de cultura de paz se asume como un proceso social, situado histórica y geográficamente, resultado de un trabajo pedagógico.


La paz se asume como algo más que la ausencia de guerra es vista como la “superación, reducción o evitación de todo tipo de violencias, físicas, culturales y estructurales” (Fisas, 2011, p.4). Esta construccion supone en primera instancia desarrollar experiencias formativas en donde se puedan promover valores, actitudes, y sentimientos que sustenten la convivencia social. Un proceso educativo que sea incluyente, que fomente la equidad y la cooperacion mutua. Una formación que implica entre otras cosas aprender a perdonar, encontrar formas de reconciliar y de convivir.


La paz, el perdón y la reconciliación son construcciones del ser humano, es decir, es una actividad política que se funda en la capacidad y habilidad humana para transformar los conflictos, en oportunidades de encuentros comunicativos y creativos, que posibiliten el cambio la adaptación e intercambio. Por tanto, hablar de “cultura de paz”, es transformar la “cultura de la violencia”.


El perdón se considera como un asunto político, ético y como una decisión personal, la reconciliación se asume como el camino para resarcir los lazos de solidaridad, es un asunto que no aspira retribución alguna, no significa estar de acuerdo con la agresión como tampoco darle la razón al perpetrador, sino que se basa en la aceptación de lo que pasó, buscar la convivencia sin desconocer la justicia (Acosta, 2012). “Perdonar implica un cambio interno y al mismo tiempo prosocial hacia una figura o situación percibida como transgresora, en el contexto de un vínculo interpersonal” (Casullo, 2005). Por tanto, el perdón implica dos dimensiones una subjetiva y otra social, dimensiones que obran en situaciones contextuales concretas de tipo religioso político, ideológico y cultural.


El perdón implica la posible modificación del vínculo entre víctima y victimario, y las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, el perdón desde el punto de vista psicológico no implica renuncia a la opción de reclamar justicia siempre y cuando esta no se fundamente en un deseo de venganza pues la venganza expresa que el vínculo víctima-victimario no se ha transformado (Casullo, 2005).


El perdón no está ligado con el olvido, por el contrario, para perdonar se requiere hacer memoria de las heridas causadas, “no con la intención de borrarlas de la experiencia, de la conciencia” (Montero Anzola, 2005) si no como el reconocimiento de que tales heridas han quedado, de alguna manera, abiertas para siempre; “esto significa que cualquier reconciliación que se lleve a cabo con la ocasión del perdón no podrá ser leída o comprendida como un cierre definitivo de lo que ha sucedido” (Acosta, 2012).


Puede entonces entenderse el perdón como un punto de encuentro para una acción reparadora entre el pasado y el porvenir.


La palabra Paz no ha significado para todos lo mismo. La Paz es diversa, polisémica y pluralista; por esta razón, en muchos escenarios se habla de PACES: paz negativa, paz positiva, paz imper-fecta y paz neutra, también existe el concepto de pax romana.


La Pax Romana, se la conoce también como Pax Augusta, ya que fue el emperador Augusto el que la propicio al interior del imperio Romano, la preocupación central era mantener la armonía al interior del imperio y hacer la guerra hacia afuera para poder extender sus territorios. Según Francisco Muñoz, La pax en Roma, probablemente apareció en el ámbito doméstico y local con unos significados limitados al acuerdo entre las partes. Pero parece como si hubiera acompañado a las vicisitudes de Roma teniendo que definir distintas instancias de acuerdos entre diversos actores. Así, debió de adaptarse a las nuevas realidades marcadas por la hegemonía en el Lacio, la conquista de la península itálica y del Mediterráneo y al nuevo estado definido por el imperialismo, pero también tuvo que incluir las disputas y litigios internos, especialmente las guerras civiles.


La paz negativa es la concepción predominante en occidente, hace énfasis en la ausencia de guerra, de conflicto armado o de violencia directa. Al hacer énfasis en los conceptos anteriores, se termina por aceptar como normales hechos relacionados con la exclusión, la violencia simbólica, la corrupción y la marginalidad de grandes sectores poblacionales, los que sin lugar a duda constituyen situaciones de violencia. Un concepto que trasciende las ideas tradicionales es el de Paz Positiva, propuesto por Galtung (1985) quien sostiene que la paz no se logra con la firma de acuerdos y pactos, o con la ausencia de conflicto armado (guerra) y violencia directa. Aquí la paz es vista como un proceso que se debe construir y que requiere la presencia de justicia social, cultural, estructural y ante todo de la satisfacción de las necesidades básicas tanto espirituales como materiales de todas las personas y grupos sociales.


Para entender la postura de Galtung respecto a la paz, concebida como la situación en que los conflictos pueden ser transformados no violentamente sino con empatía y creatividad, hay que tener en cuenta que este concepto cambia la vieja concepción de paz, concebida como la ausencia de guerra. Galtung, tomando como referente directo a Gandhi, hace dos aportes importantes en sus planteamientos en torno a la paz. El primero es su postura en contra de todo tipo de violencia: violencia directa, violencia simbólica y la violencia estructural. El segundo es la creación del Instituto de Investigación de Oslo (1959) dedicado a la transformación creativa de los conflictos a través de medios pacíficos y en donde sostiene que la paz no es lo opuesto solo a la guerra sino lo opuesto a toda forma de violencia.


Siguiendo a Galtung, para lograr la paz, es necesario superar dos formas de violencia: la primera es la violencia visible, en donde los actores pueden identificarse (muertos, heridos, desplazados, daños materiales). La segunda y más compleja es la violencia invisible, indirecta, en donde los actores son difícilmente identificables (desconocimiento, menosprecio, violencia psicológica, violencia estructural). Según Muñoz (2001) la paz parece ser una idea ligada al origen de lo humano una realidad primigenia en todos los “tiempos humanos, en los biológicos y los históricos” (Muñoz, 2001). Según este autor, la paz positiva de Galtung es una idea utópica, perfecta, inalcanzable e irrealizable. Por esta razón propone el concepto de Paz Imperfecta, imperfecta porque es un proceso inacabado. La paz en un proceso de construcción permanente inserto en las complejidades del cosmos, que “nos «humaniza» y nos abre las posibilidades en la realidad que vivimos– de pensamiento y acción” (Muñoz, 2001).


El concepto de paz imperfecta ayuda a reconocer que en un mismo escenario pueden existir experiencias de Paz desarrolladas en sitios donde hay violencia. La Paz Imperfecta es una propuesta que reconoce que los conflictos son inherentes a la condición humana y por eso no admite la perfección de una vida en donde no haya conflictos (Muñoz, 2004). En cambio, cree que hay que aprender a vivir y a convivir y a buscar la manera de transformar esos conflictos en situaciones de Paz basadas en el diálogo.


Resulta importante también mencionar un concepto de Paz que se contrapone a la violencia cultural, introducido y estudiado por Francisco Jiménez Bautista, es el de Paz neutra (Jimenez Bautista, 2014). En la paz neutra, se parte de la concepción de concebir al ser humano como no violento, sino pacífico por naturaleza. En cambio, admite una violencia estructural y cultural. Pero aclara que esta violencia cultural se da cuando no hay una forma pacífica de solucionar los conflictos que surgen en la diferencia de opiniones, creencias y formas de ver el mundo. La experiencia pedagógica desarrollada con los gestores culturales y vivenciada con niños, niñas, jóvenes, asume en principio el concepto de paz imperfecta y considera que este concepto se construye en la vida cotidiana de los seres humanos, donde las expresiones artísticas constituyen un medio de gran valor pedagógico, dada su versatilidad y aceptación por parte de las comunidades.


Fundamentos pedagógicos y didácticos


La propuesta pedagógica estructurada en el proyecto “PERDON – ARTE” se fundamenta, en primera instancia en los cuatro pilares del conocimiento propuestos por Delors como son aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores (Delors, 1996). Sin lugar a dudas la educación a nivel general, centra su interés en el primer pilar, “aprender a conocer”, por esta razón en el proyecto “PERDON – ARTE” se presta especial cuidado a los otros tres pilares, pues se considera que en los procesos pedagógicos se debe trascender la enseñanza tradicional basada en el discurso del profesor y en la asimilación de conceptos, se parte de valorar el propósito de despertar en los niños y jóvenes las posibilidades creativas, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación, percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico), para considerar su “función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona en toda su integridad, aprender a ser” (Delors, 1996).


Se han tenido en cuenta los planteamientos hechos por Herrero en su tesis doctoral La Educación para La Paz desde la filosofía para hacer las paces enfoque REM: “Reconstructivo – Empoderador”. La autora plantea que la educación para la paz supone un dialogo horizontal y permanente no exento de conflictos, puesto que la construcción de conceptos viene de la confrontación de mis opiniones y perspectivas con la de otros actores sociales, implica analizar, adaptar o aceptar otras realidades y otras formas de ver el mundo. Todo a partir de un proceso de diálogo que es al mismo tiempo “intuitivo, imaginativo, emocional y riguroso” (Herrero Rico, 2012). Delors, retoma en su propuesta planteamientos de Paulo Freire y destaca que la educación debe despertar en los estudiantes el cambio de conciencia, de tal manera que se proyecten como personas con mentalidad crítica, capaces de generar procesos de transformación y constructores de una cultura de paz.


Para el trabajo pedagógico con los gestores culturales, niños, niñas y jóvenes, se retoman algunos principios planteados por Freire entre los cuales se destacan:


- Vivir éticamente: la ética tiene que ver con valores a los que nos adherimos libremente. Vivir de acuerdo con tales valores contribuye a nuestro crecimiento como seres humanos.

- Respetar el principio de la esperanza como fundamental en toda práctica pedagógica.

- Espiritualidad secular del amor. “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor.”

- Fomento del diálogo como forma ideal para superar los conflictos y lograr acuerdos.


En la estructuración de la propuesta pedagógica se toma como eje articulador la educación artística, desde la educación artística, se hace énfasis en el teatro, la danza y los conceptos de motricidad humana planteados inicialmente por Manuel Sergio, los cuales están siendo implementados por profesores de educación física en Colombia (Tefaritis Urqueta, 2006). Desde la educación artística se recurre de manera fundamental a los aprendizajes colaborativos y en este sentido los planteamientos de Freire son de vital importancia para el trabajo con los niños, niñas y jóvenes. El arte hace su encuentro con el escenario educativo y propone espacios poco convencionales, como la calle, el barrio, la casa, la escuela, los centros comunitarios, las organizaciones populares, las organizaciones sociales, (Mejía Badillo, 2015) para desarrollar con ellas conceptos en torno a la paz el perdón y la reconciliación, pero ante todo, para generar vivencias y experiencias que puedan ser compartidas en la familia, en el barrio y con los amigos, en procura de aportar a construir una cultura de paz.


Desde la educación artística, se recurre al concepto de “arte comunitario”, entendido como aquella expresión que va más allá del valor estético de la obra para incidir en la búsqueda de un bienestar social, incluyendo a la comunidad en la construcción y creación de la obra artística (Palacios Garrido, 2009). El arte comunitario, permite a los participantes de los procesos educativos, “la posibilidad de expresar y/o manifestar sus emociones, necesidades e inquietudes tanto individuales como colectivas y da un papel protagónico a la creatividad para encontrar formas de transformación social” (Mejía Badillo, 2015). La educación artística permite que el teatro y la danza, irrumpan en los procesos pedagógicos como una posibilidad para la construcción de ciudadanía, aportan dinámicas lúdicas que ayudan a practicar una educación en valores, a profundizar en la idea de la paz del conocimiento mutuo, de la solidaridad y el respeto. Las prácticas artísticas se constituyen en prácticas políticas, en la vida cotidiana. Tomado como referencia los conceptos anteriores, para el trabajo con los niños, niñas y jóvenes se define una estructura programática, que enfatiza en las expresiones artísticas como estrategia pedagógica. En la estructura se definen cinco ejes temáticos, para cada eje se plantean unos temas articuladores y se sugieren estrategias pedagógicas de conformidad con las ideas y planteamientos de Delors, Herrero y las pedagogías críticas desde Freire.


Estrategias de trabajo


La propuesta pedagógica tiene un carácter reflexivo, participativo y dialógico. La participación de los niños, niñas, jóvenes, líderes sociales y culturales es el elemento central del proceso lo cual implica la vinculación permanente en todas las actividades. Además de los principios de la Educación para la paz y las pedagogías críticas, el proyecto pedagógico se concibió en el marco de la Acción Participativa y consideró como ya se dijo, aspectos de la lúdica y las expresiones artísticas como el teatro, la danza, los títeres la pintura, elementos que fortalecieron la experiencia. Las etapas vividas en la estructuración de la propuesta pedagógica fueron las siguientes:


Conformación del equipo coordinador. Consistió definir un profesional representante de cada uno de los grupos de investigación vinculados al proyecto y un representante de la Corporación Cultural Candileja.


Sensibilización y motivación. Consistió en establecer el contacto con las organizaciones culturales y sociales, para conformar un grupo de trabajo comprometiendo a un representante de cada organización social. En esta fase también se llevó a cabo la definición del plan de trabajo y pactos para la acción con los participantes.


Desarrollo de talleres sobre formación para la paz, el perdón y la reconciliación. A partir del plan de trabajo estructurado, se llevaron a cabo talleres de formación en torno a los ejes temáticos de la propuesta educativa. Para el desarrollo de los talleres, se asumieron metodologías participativas como las propuestas por UNICEF en el documento: “UNICEF va a la escuela para construir una Cultura de Paz” (UNICEF, 2002).


Desarrollo de talleres de aplicación con niños y jóvenes. Estos talleres se desarrollaron con niños pertenecientes a poblaciones caracterizadas como vulnerables por vivir en lugares de residencia con estratificación socioeconómica baja, y acceso limitado a servicios públicos y de salud, entre otros, también se vincularon niños de seis municipios de la zona norte del departamento del Huila, todos los niños tienen una vinculación activa con organizaciones culturales. Los talleres desarrollados con los niños finalizan con un encuentro cultural comunitario, donde se dan a conocer las obras teatrales y dancísticas creadas por los niños y docentes. En todos los casos las obras hacen referencia a temas relacionados con la paz el perdón y la reconciliación. La estructura programática definida para el trabajo con los gestores culturales y para los talleres con niños y jóvenes, comprende cinco ejes temáticos a saber:


1. Construyendo paz.

2. Perdón, asunto de todos.

3. Respeto conmigo, con el otro y con el entorno.

4. Reconciliación.

5. Síntesis de conceptos.


Reflexiones en torno a los alcances y desafíos de la experiencia


La experiencia ha generado unos resultados medibles en términos de impacto social, lo que se puede reflejar en el desarrollo de actividades que aportan a la apropiación social del conocimiento elaborado con la experiencia. Se destaca la implementación de jornadas de intercambio de experiencias con la participación directa y desde niños y niñas y sus familias. Se logró, por ejemplo, participar en el Festival De Teatro Comunitario anual organizado por la Corporación Cultural Candileja que se hace itinerante en comunas de la ciudad de Neiva y que presenta las muestras artísticas, pintura, teatro y danza teatro, elaboradas por los participantes. Se participó con una comparsa en el desfile infantil del Festival Folclórico, Reinado Nacional del Bambuco y Muestra Internacional del Folclor del año 2016 y 2017 una de las celebraciones culturales más importantes del sur de Colombia y del Huila, donde los gestores, niños y niñas prepararon con anticipación las puestas en escena que incluyen contenidos abordados en las fases del proyecto y temas sobre el conflicto y la cultura de paz. Se desarrollaron actividades artísticas comunitarias, que integraron el trabajo de los niños y niñas participantes con las actividades preparadas por los colectivos de las comunas 5 y 7 de la ciudad de Neiva y seis municipios de la zona norte del Huila. También se participó en la primer Bienal internacional de Educación para la Paz llevada a cabo en san Agustín en octubre de 2015, la cual tuvo un desfile de organizaciones y experiencias de paz, donde se llegó expusieron las creaciones artísticas de los participantes como son los títeres, collage, dibujos y camisetas de estampados elaborados en el transcurso de los talleres. Las actividades posibilitaron la vinculación de las familias, la comunidad cercana a los lugares donde se realizaron las presentaciones y muestras estéticas que los niños, niñas y jóvenes crearon a partir de las experiencias vividas en los talleres.



Tabla 1. Esquematización de ejes, temas articuladores y estrategias pedagógicas.


A modo de conclusiones


Puede considerarse que esta experiencia pedagógica logró promover cambios en las subjetividades, en los patrones de interacción, de resignificación de mitos y prácticas de convivencia, en los y las participantes. Por supuesto se estima que los cambios socio culturales requieren de procesos dinámicos acordes con las múltiples realidades y contextos que demandan tiempos a largo plazo que están directamente relacionados con la permanencia de los procesos. Por ello se afirma que esta experiencia representa una iniciativa en el cambio social, ha de transformar a futuro las formas en que los participantes generan la interacción con su entorno social, y se verá reflejado en la formación de valores y afectividad de las personas que se vincularon.


Se identificó como un impacto positivo para la población, la formas como se vinculan a la experiencia. Su integración en las actividades artísticas colectivas no solo fue desde los niños y niñas, sino desde las familias, los líderes del barrio, los docentes, formadores y gestores. Esto permite el reconocimiento de una cultura del compartir sano y vital, así como la necesidad de continuar generando espacios de ocio, recreación, diversión y formación desde la cultura de paz, desde la educación artística.


Se destaca la articulación de la academia; la universidad, con las comunidades, las organizaciones sociales y grupos artísticos de la ciudad, los desafíos de formar para la cultura de paz empiezan por cerrar las barreras entre la escuela y la comunidad.


Referencias


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1 Es una escena, que dura entre uno y diez minutos aproximadamente, desarrollada generalmente como ejercicios de formación teatral.