Revista Paideia Surcolombiana

ISSN 0124 - 0307 | e-ISSN 2538 - 9572


Artículo de reflexión

Recibido: 26 agosto de 2021 / Aceptado: 13 septiembre de 2021


La articulación de organizaciones sociales desde la educación popular


Articulation of social organizations from popular education


A articulação das organizações sociais desde a educação popular


Luis Enrique Buitrago Pinzón

Magíster en Desarrollo Educativo y Social

Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe

lbuitragop@educacionbogota.edu.co


Nubia Patricia Estupiñán Soler

Magíster en Desarrollo Educativo y Social

Escuela Popular de Artes y Oficios

nupaes@gmail.com



Resumen


El presente artículo presenta las reflexiones y aprendizajes construidos a partir de la sistematización de dos experiencias de articulación, entre organizaciones sociales en las que participó la Escuela Popular de Artes y Oficios EPAO, que se desarrollaron entre 2013 y 2019 en el suroriente de Bogotá. El ejercicio de sistematización nos permitió hacer explícitos hechos, sentimientos y pensamientos que nos llevaron a concretar reflexiones sobre elementos prácticos, en diálogo con aspectos teóricos sobre las organizaciones sociales, la educación popular y sus aportes en procesos de articulación; de tal manera que consideramos importante difundirlas pues llaman la atención sobre puntos que consideramos relevantes para las organizaciones sociales ya que contribuyen con un asunto fundamental, este es: tejer juntanzas, articularnos, sumar fuerzas para afrontar las condiciones adversas que se han agudizado por el efecto de la pandemia.


Palabras clave: Educación popular, organizaciones sociales, articulación, sistematización de experiencias.


Abstract


This article presents the built reflections and learnings from the systematization of two articulation experiences between social organizations in which the Popular school of Arts and Crafts EPAO took part, which were developed between 2013 and 2019 in the southeast of Bogota. The systematization exercise enabled us to make explicit facts, feelings, and thoughts that led us to specify reflections on practical elements in dialogue with theoretical aspects about social organizations, popular educations, and their contributions in articulation processes; In this way, we consider important to disseminate them as they draw attention to points that we consider relevant for social organizations as they contribute to a fundamental issue, this is: weaving together, articulating, joining forces to face the adverse conditions that have worsened due to the effect of the pandemic.


We start the reconstruction of the experiences with the aim that this story serves as contextualization; subsequently, it mentions the principal reflections that emerged from the process and finally some brief conclusions.


Keywords: Popular education, social organizations, articulation, systematization of experiences.


Resumo


Este artigo apresenta reflexões e aprendizados construídos a partir da sistematização de dois experiências de articulação entre organizações sociais, nas que participou a Escola Popular de Artes e Ofícios EPAO, ocorrida entre 2013 e 2019 no sudeste de Bogotá. O exercício de sistematização nos permitiu explicitar fatos, sentimentos e pensamentos que nos levaram a reflexões concretas sobre elementos práticos, em diálogo com aspectos teóricos sobre organizações sociais, a educação popular e suas contribuições para os processos de articulação; de tal forma que consideramos importante a divulgação, chamando a atenção para pontos que consideramos relevantes para as organizações sociais que contribuem para uma questão fundamental, que é: tecer articulações, articular-nos, adicionar forças para enfrentar as adversidades que se tiveram agravado pelo efeito da pandemia.


Partimos da reconstrução das experiências para que este relato sirva de contexto, para depois citar as principais reflexões que surgiram do processo e, por fim, algumas breves conclusões.


Palavras-chave: Educação popular, organizações sociais, articulação, sistematização de experiências.



La movilización social viene ocupando durante los últimos veinte años un papel cada vez más importante en la definición de las formas de gobierno y en general de la agenda política de los pueblos, esto se puede comprobar de forma relativa en el ascenso al poder vía democrática de gobiernos de izquierda o corte progresista, que comienzan en Venezuela hacia el año de 1999 y que continúan en países como Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Uruguay y de una manera más reciente en México o Perú, estas alternancias más allá de sus resultados, dicen mucho de la dinámica política interna de los países y de la concreción o cristalización de procesos históricos y movimientos sociales como el caso del MAS en Bolivia, del PT o el MST en el Brasil, los Piqueteros en Argentina o los Cocaleros en el Ecuador.


Este movimiento social también es el resultado de la suma de organizaciones sociales puestas en un territorio que tienen la capacidad de formar, organizar y articular propuestas reivindicativas de distinto orden en un objetivo común, son actores que se ubican en los sectores populares, no son los grandes dirigentes de partidos políticos, agremiaciones campesinas o sindicales, no pertenecen a grandes plataformas sino más bien constituyen el cotidiano del movimiento hecho organización social.


El presente artículo tiene la intención de poner en escena algunos elementos de esa cotidianidad de las organizaciones sociales y la manera en que estas logran impactar el territorio, haciendo énfasis en la articulación de experiencias y el aporte que tiene la educación popular tanto para los procesos organizativos como para los ejercicios de articulación, la manera en que se propone hacerlos explícito es a través de la sistematización de dos experiencias en las que la Fundación Escuela Popular de Artes y Oficios ha hecho parte.


Reconstrucción de la experiencia


La Fundación Escuela Popular de Arte y Oficios -EPAO- nace hacia comienzos del nuevo milenio como una propuesta para generar alternativas frente a una forma de poder hegemónico y hegemonizante, que históricamente ha afectado de manera particular a poblaciones y territorios que se caracterizan por un alto nivel de vulnerabilidad:


Desde el año (2003) con la idea de construir una propuesta de formación basada en los preceptos de la educación popular, que se desarrollara en sectores populares de la ciudad de Bogotá, algunos estudiantes de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y la Universidad Nacional de Colombia, nos dimos a la tarea de reflexionar, estudiar y discutir las formas tradicionales de educación e investigar las que considerábamos podrían representar una alternativa real. (Buitrago, 2016, pág. 163)


Desde el inicio en la EPAO se plantearon como ejes transversales: a) La pedagogía del amor y la esperanza, b) equidad de género, c) los Derechos Humanos, Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, d) Equilibrio: cuerpo, mente, espíritu, energía, conciencia, y como ejes temáticos se pensaron: a) Arte, cultura y oficios, b) Cultura Política, c) Ecología y Medio Ambiente, d) Terapias Holísticas y pensamiento cosmogónico.


La primera experiencia en campo para la EPAO sucedió hacia el año 2008 en el momento en que se decide articular con la Red de comunicadoras y comunicadores alternativos Loma Sur, esta fue una experiencia de trabajo mancomunado en la elaboración de piezas comunicativas con un alto componente crítico, trabajando con estudiantes de los grados 9, 10 y 11 de educación secundaria de varios colegios ubicados en la localidad de San Cristóbal. En adelante fueron varios los escenarios y temáticas de trabajo en los que la EPAO aportó a la consolidación de procesos de organización social de base, ya no solo en la localidad de San Cristóbal sino en varias localidades más:


El contexto de cada sector en los que hemos participado ha determinado formas diversas y particulares de organización, así como de construcción del horizonte político. En Bosa1 por ejemplo se aportó en la construcción de una organización de segundo nivel (Multired Alimentaria de Bosa 2007 - 2010) que integraba varios colectivos de dicha localidad en la que trabajaban organizaciones juveniles, líderes comunitarios y proyectos productivos de diversa índole, todos relacionados con la política pública de seguridad alimentaria. En Rafael Uribe Uribe2 la organización juvenil optó por trabajar en alianza (AF3-C Alianza y Fuerza de tres Comedores Comunitarios 2011 - 2014) que reunió a los procesos juveniles de tres comedores comunitarios de dicha localidad, terminaron sumándose dos más teniendo como objetivo la participación juvenil y la defensa de los derechos humanos en la localidad. (Buitrago, 2016, pág. 164)


En el año 2012 el trabajo de la EPAO se consolidaba y alcanzaba visibilidad en el territorio, hecho que había permitido que la fundación fuera postulada y galardonada con el segundo puesto de alternativas de paz y convivencia, una experiencia piloto para el trabajo con jóvenes en una apuesta de consumo responsable de sustancias psicoactivas en la localidad de Rafael Uribe.


Este hecho significativo, más la resonancia que había generado el trabajo con jóvenes en algunos sectores de la ciudad, abrió la posibilidad de participar en la ejecución de Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PPSAN), lo que desencadenó dos resultados que terminaron siendo definitivos: de un lado zanjó una discusión que ya se había vuelto histórica respecto a ejecutar proyectos para el estado y de otro terminó por dividir al equipo de una manera en que ya no se compondría.


Entre el 2011 y 2020 operamos PPSAN en Bogotá en escenarios populares urbanos y en la región en contextos campesinos. El desarrollo comunitario es el componente en el que la EPAO concentra su mayor energía y se mueve en buena parte fuera de la órbita institucional, este ámbito estaba caracterizado por tratar de cerrar circuitos alimentarios, conectar productores campesinos y consumidores, desarrollar proyectos productivos con las comunidades con las que se trabajaba, promover el empoderamiento y la participación a través de la exigibilidad de derechos, también mediante la participación en la política pública alimentaria, así como la articulación con procesos de organización social de base y formación política a jóvenes, niños niñas, líderes y lideresas comunitarias desde las líneas temáticas y transversales planteadas con apuestas metodológicas innovadoras desde la educación popular.


Todo lo relatado hasta el momento da cuenta de cómo la EPAO es una propuesta de educación popular que incluye en sus objetivos fundamentales aportar en la construcción, fortalecimiento y consolidación de la organización social de base en sectores históricamente excluidos, en contextos urbanos y rurales, con población campesina o indígena. Siempre hemos considerado fundamental la articulación con organizaciones y actores en el territorio, pues su presencia y trabajo constituyen un saber, que sumado, contribuye con la ampliación del horizonte político, dando profundidad y dirección al trabajo comunitario.


Ejemplo de esto son: la Casa de la Cultura Popular para la convivencia pacífica y la resolución de conflictos de Los Libertadores, en adelante Casa de la Cultura Popular y la Mesa de Organizaciones Sociales del Sur Oriente -MASO-, dos experiencias que transcurrieron entre los años 2013 y 2019. Ambos procesos se plantean desde la articulación entre organizaciones que hacen parte de la localidad de San Cristóbal al sur oriente de Bogotá. A continuación, haremos énfasis en ellas ya que se constituyen en insumo principal de las reflexiones posteriores.


Casa de la Cultura Popular para la convivencia pacífica y la resolución de conflictos de Los Libertadores


La creación de la casa de la Cultura Popular se inicia hacia el año 2013, siendo alcalde de Bogotá Gustavo Petro quien propone redireccionar recursos que estaban destinados para comprar motos, armas, radiocomunicadores, tonfas para la policía, a un escenario dotado con un estudio de grabación, salón de baile, pintura entre otros, en un sector deprimido que resulta estratégico para el tráfico de armas y droga, ubicado en la antigua y abandonada vía al llano que comunica a la ciudad capital con el oriente colombiano.


Históricamente buena parte de los barrios que conforman la localidad de San Cristóbal al igual que las localidades que componen la media luna del sur3, son el resultado de las luchas que se han dado en procesos organizativos desde hace muchos años, con la posibilidad de solucionar aspectos básicos como: la vivienda, los servicios públicos o la movilidad. Estas demandas ocuparon durante muchos años la agenda de las organizaciones sociales. La cultura resulta un elemento vital a la hora de entender la construcción y el fortalecimiento de lo comunitario. En este sentido, la Casa de la Cultura Popular los Libertadores es la concreción de una lucha histórica de las organizaciones sociales, en la búsqueda de la dignificación de sus condiciones de vida a través de la reafirmación de sus derechos.


Muchas de las organizaciones del territorio empezaron a desarrollar el factor cultural a través del arte, es así como nacen algunos festivales y carnavales artísticos en la localidad. Por ejemplo, el colectivo de maestros Tertulia Pedagógica empieza a realizar el Carnaval Sol Oriental, la Fundación Pepaso lleva a cabo el Festival Sur Oriental por la Cultura Popular, la Asociación de Vecinos Solidarios (AVESOL) realiza el Festival de la Alegría, la Promotora Cultural empieza con el Festival Cometas al Viento y la Corporación Sol y Luna, La Cultura se Toma el Suroriente. Estas organizaciones que han sido históricamente activas en el territorio empiezan a ver la necesidad de tener un epicentro en donde pudieran desarrollar y potenciar lo artístico, lo ambiental y lo comunitario con base en la cultura. (Martínez, citado por Méndez, 2015 p. 59)


En este sentido desde la década de los años noventa, la posibilidad de tener una casa de la cultura popular ha sido un sueño latente y continuo que da unidad a las organizaciones en nombre de la cultura. Es así como en el año 2012 la EPAO establece un diálogo con la organización Loma Sur a partir de la invitación que le hace la Secretaría de Seguridad en persona de Iván Torres, histórico líder y defensor de DDHH en Bogotá, con la intención de construir un circuito de Casas Culturales en la media luna del sur.


El siguiente paso consistió en llevar estos diálogos que en un principio se concentraron entre la EPAO, Loma Sur y Secretaría de Gobierno a un escenario más amplio de participación. La idea consistía en que las organizaciones históricas del territorio participaran en la construcción del horizonte político, el presupuesto y la estrategia de formación. El proceso estuvo marcado por diversas tensiones, entre las más importantes se encuentran, que la Casa fuera operada por una organización del territorio y la cesión en calidad de comodato por parte de la Junta de Acción Comunal del lugar en el que funcionaria la Casa, después de un proceso largo de negociación, estos asuntos fueron resueltos en una asamblea general.


Oficialmente la Casa de la Cultura Popular para la convivencia pacífica y la resolución de conflictos de los libertadores inició el 16 de enero de 2014. En el mes de abril se conformó la mesa de coordinación de la Casa, que se convirtió en una estrategia fundamental para consolidar el proceso en la intención inicial de generar escenarios horizontales de participación y decisión, lo que fue un reto importante a sortear


La Mesa de Coordinación se constituye como la figura que tiene que coordinar la gestión y el desarrollo de la casa de la Cultura Popular. En ese sentido la organización operadora, Escuela Popular de Artes y Oficios EPAO, dedicó buen tiempo y gestión para concretar esta dinámica y hacer realidad el fruto del esfuerzo colectivo y la dificultad que implica construir en la diferencia y la diversidad este proceso de coordinación. Reuniones nutridas, con 12, 14 organizaciones participantes se realizaban, pero como no es sencillo ponerse de acuerdo y hubo algunas fallas metodológicas, fueron bajando el ánimo y varias de estas no regresaron a los encuentros de los jueves, “porque no se avanzaba”. También faltó iniciativa y propuestas para hacer más efectivo este proceso de coordinación de la mayoría de los asistentes. (Sistematización de los antecedentes, cartografía y experiencias de la casa cultural para la convivencia pacífica de la localidad de San Cristóbal, 2014, pág. 28)


En el transcurso de dichas reuniones surge la necesidad de construir unos principios con los cuales iba a funcionar la Casa. De estas reuniones se establecieron como principios básicos la cultura asamblearia y la rendición de cuentas, con el objetivo de fortalecer el ejercicio de la democracia directa. (Pérez, 2015, pág. 94)


La apuesta o el intento de hacer la mesa de coordinación ¡ufff!, es una apuesta impresionante, lo fácil hubiera sido decir: ¡sabes qué!, hagamos las cosas y punto, nosotros somos los operadores. Pero no se hizo así y kike insistió, ¡hay que hacerlo, hay que intentarlo!, porque esa mesa de coordinación es una apuesta y es un desgaste, pero definitivamente es el camino, porque ese es otro espacio de formación política (E. Barrabes, entrevista grupal, 27 de julio de 2020).


Desde su conformación la mesa de coordinación fue el órgano orientador y de referencia por esencia de la Casa, en ella se discutían los aspectos centrales del desarrollo comunitario su lugar de influencia, igualmente se convirtió en el espacio que reguló y gestionó la relación con la institucionalidad, además de servir como mediadora entre las tensiones que había hacia el interior de la Casa y con la comunidad.


La mesa generó un proceso de cohesión que fortaleció la propuesta y permitió realizar acciones con perspectiva de transformación territorial y fortalecimiento comunitario, estas fueron:


Escuela de Hip-Hop, grafitti, break dance e ilustración

Proceso alternativo de comunicación

Danza afrocolombiana

Rescate de la memoria histórica con adultos mayores

Teatro

Música

Producción musical

Aula ambiental

Proceso de promoción del protagonismo infantil y participación del Consejo Local de Infancia

Escuela de formación integral y pensamiento crítico -EFILa

Cine Club itinerante

Festivales: Ellos y Ellas por la paz, Totti Beat, Lomas Neto, Interlocal de Hip Hop.


Estas dos últimas acciones abrieron una dimensión importante en el territorio: se convirtieron en escenarios de asistencia masiva -algunos con 800 personas-, en las cuales participaban personas que no estaban directamente involucradas en los procesos de la Casa o que venían de otras localidades, haciendo de esta un punto de referencia cultural del Suroriente de la ciudad.


Otra de las acciones más relevantes por su connotación e inversión, fue la puesta en marcha de un estudio de grabación, es conocido que los sectores populares siempre han tenido mínimo acceso a los recursos económicos que requieren para el desarrollo de sus potencialidades, lo que amplía la brecha social y alimenta la desigualdad.


Conocedores de estas circunstancias, desde el comienzo del proyecto se pensó en la construcción y puesta en marcha de un estudio de grabación, habilitado para crear y realizar piezas musicales y comunicativas de las organizaciones artísticas que confluyeron en la Casa y en el territorio. Además, se hizo énfasis en un proceso de formación en producción musical que dejara capacidad instalada en el manejo de equipos de alta tecnología. Para las personas que hacían parte del proceso, conocer y tener acceso a un estudio de grabación con el equipamiento que tenía el de la Casa, generó un estímulo importante además de aumentar su sentido de pertenencia hacia la propuesta.


Finalmente, los objetivos de la Casa se desarrollaron en medio de un proceso que presentó tensiones, altibajos, desaciertos, encuentros y desencuentros.


La Casa de la Cultura permitió ver el rostro social de la Política Pública, en este sentido, se entiende que tal hecho se alcanza fundamentalmente a través de la participación.


A finales de 2014 la EPAO empieza un proceso de retirada de la propuesta la evaluación realizada al interior de la Fundación después de dos años y medio de trabajo en el territorio concluye que es necesario ceder completamente el espacio de coordinación a las organizaciones que hacen parte de la Casa. Dos hechos provocan esta decisión: la terminación de los contratos y partidas presupuestales por parte de la Secretaría de Gobierno, al respecto hay que aclarar que, de 30 meses de trabajo de la EPAO en el diseño, puesta en marcha y consolidación de la propuesta, solamente se tuvieron recursos durante 10 meses que cubrieron la adecuación de la casa, el estudio de grabación y algunos salarios en el contrato 1603 de 2013.


El segundo hecho fue la madurez del proceso, es decir, en la EPAO se consideraba que las organizaciones que hacían parte de la mesa de coordinación habían desarrollado conjuntamente la posibilidad de dar continuidad y dirección a la Casa Este hecho se constata en que para el momento en que se realiza esta sistematización, la casa continúa funcionando al igual que la mesa de coordinación.


Mesa de Articulación de Organizaciones Sociales del Suroriente


La localidad de San Cristóbal es una de las que compone la media luna del sur a la cual hacíamos referencia, con una población de más de 400.000 habitantes distribuidos en aproximadamente 200 barrios. Debido a esta extensión y su geografía, desde el trabajo que hacemos en las organizaciones sociales, acostumbramos a hablar de la parte baja, media y alta de San Cristóbal.


Ha sido una localidad con una larga trayectoria de luchas sociales y construcción de territorio: desde sus inicios y a falta de condiciones dignas, las comunidades tuvieron que organizarse para acceder a servicios públicos, vías, educación, entre otros, lo que ha desarrollado un tejido organizativo que se caracteriza por diversas expresiones deportivas, culturales, juveniles, artísticas, comunitarias, productivas y comunicativas, que eventualmente han tenido varios momentos de articulación, dentro de los más significativos, Guzmán menciona:


Tan pronto en el territorio se afianzaron las organizaciones, la necesidad de buscar alianzas era una opción muy frecuentada por los grupos que se conocieron entre sí y generaron espacios de articulación. La primera referencia que se conoce gira en torno a la figura mítica de José Urrego quien creó un comité cultural en 1979, impulsará el primer foro de la cultura popular del Suroriente en febrero de 1983 donde asisten grandes personalidades como el sociólogo Orlando Fals Borda y el coreógrafo José Durán, allí surge la coordinadora para la cultura popular del Suroriente, en ese mismo año se crea la Casa de la Locura en el Centro de Desarrollo Comunitario. (2018, pág. 221)


Atendiendo a esa tradición histórica de articulación, hacia febrero de 2014 varias organizaciones nos encontramos desde la convocatoria que hace la Fundación Creciendo Unidos en torno a fortalecer la movilización del primero de mayo, día internacional del trabajador y la trabajadora, esto se hace como una forma de descentralizar, territorializar y a la vez fortalecer las marchas que históricamente desarrollaban los sindicatos y las centrales obreras en el centro de la capital.


Una de las estrategias que se construye para potenciar el proceso de la Mesa, fue la realización de un foro que permitiera a los y las participantes la reflexión y discusión de las razones por las cuales la movilización del primero de mayo se convertía en la conmemoración por excelencia de los y las trabajadoras, entendiendo también el día del trabajo como un escenario para celebrar y reivindicar las conquistas históricas de los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Es así como en el mes de abril de 2014 se realizó el foro “Vivir para trabajar o trabajar para vivir”, para posteriormente organizar la primera movilización convocada por la Mesa con una participación de más de 1300 personas.


La cristalización tanto del foro como de la movilización y sus muy positivos resultados, permitieron una reflexión hacia el interior del proceso en la cual se consideró necesario avanzar en el diseño de acciones que trascendieran la marcha del primero de mayo.


La Mesa de Organizaciones Sociales, ha venido trabajando y articulando no sólo las luchas del primero de mayo sino otras luchas, incluimos por ejemplo el plebiscito estuvimos en todo lo que fueron los diálogos de la Habana acompañando ese proceso y siempre muy abiertos desde una perspectiva muy territorial, pensando en Colombia, en Latinoamérica. (R. García, entrevista grupal, 29 de julio de 2020)


La oportunidad de pensar el territorio junto con organizaciones tan diversas como las que componían la Mesa, hicieron que surgiera también la posibilidad de retomar asuntos pendientes en la agenda política de la localidad, así se dio la posibilidad de organizar la segunda versión de un foro muy importante para el territorio que se había realizado hacia el año 2012.


Posteriormente, se realizaron los foros de 2016 y 2017, las movilizaciones del primero de mayo de 2015 a 2019 con una presencia sostenida de aproximadamente 1000 personas. El primero de mayo de 2017 y 2018 tuvieron un carácter interlocal, en 2017 las localidades de la media luna del sur marcharon hacia San Cristóbal y en 2018 esta localidad, junto con las otras, marchamos hacia Ciudad Bolívar, en una propuesta que se llamó “El Sur se moviliza”.


En el marco de los diálogos de paz en La Habana -Cuba- entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC -EP en el año 2012 se concertó como mecanismo de legitimación de toda la ronda de diálogos y acuerdos, el referendo, el cual movió varios sectores del país buscando la aprobación en la idea de implementar los acuerdos producto de dichos diálogos, así mismo, fuerzas reaccionarias y retardatarias emprendieron una campaña a través de diferentes medios entre ellos, los de comunicación con el único objetivo de desprestigiar el proceso para de esta forma echar atrás lo construido en La Habana.


Dadas las circunstancias, diferentes organizaciones a lo largo y ancho del país emprendimos una campaña a favor del SÍ en el plebiscito, entendiendo la oportunidad histórica que se estaba gestando, las organizaciones que hacíamos parte de la Mesa, iniciamos una avanzada pedagógica en el territorio a través de piezas comunicativas, reuniones, asambleas, pegatinas, etc. con la intención de informar y concientizar sobre la importancia del plebiscito y lo que en él se decidía. Finalmente se realiza una movilización por la localidad días antes de la votación.


Los resultados del plebiscito son ampliamente conocidos, ganó el NO dando un giro dramático y abriendo un escenario de incertidumbre para el proceso de paz, finalmente con reformas que afectaron de fondo lo inicialmente acordado y sin la legitimidad que se esperaba fuera aprobada en el referendo, los acuerdos fueron aprobados por el Congreso de la República y capitalizados por el discurso de la oposición al proceso de paz para las siguientes elecciones presidenciales.


A pesar del impacto profundo que generó este hecho, tanto en la vida nacional como en las organizaciones sociales, las actividades de la Mesa continuaban tratando de aportar a la construcción de la paz desde una perspectiva territorial, se sabía que en este hecho la organización y coordinación de las fuerzas sociales se hacía fundamental para fortalecer el tejido comunitario y generar los escenarios de participación necesarios para alcanzarlo.


La avanzada y consolidación de una derecha retardataria con un modelo fuertemente neoliberal se hacía realidad en buena parte del continente después de varios años de alternancia en el poder. Para comienzos del 2017 en Bogotá se encontraba como alcalde Enrique Peñaloza quien había dado muestras suficientes de abandono y desmedro del patrimonio público tomando medidas muy fuertes y desacertadas contra amplios sectores de la población, así como el medio ambiente por citar sólo dos aspectos4. Así se decide emprender una campaña para adelantar la revocatoria del mandato del alcalde mayor.


Por la mayoría de las localidades de la ciudad se organizaron comités de revocatoria buscando recoger las firmas que se requerían para hacer valer el derecho consagrado en la constitución de 1991, hubo un paro generalizado que se conoció como el “Paro del Sur” que reunía a las localidades de la media luna del sur, para el caso de la localidad 4 de San Cristóbal la Mesa de Organizaciones se encargó de coordinar las jornadas de recolección de firmas así como las actividades locales del paro, además de centralizar, hacer llegar las planillas y coordinar con el comité distrital de revocatoria. La estrategia pedagógica consistió en trabajar en las estaciones de Transmilenio en uno de los sectores más congestionados de la ciudad -Avenida carrera 10 con Av 1 de mayo - durante las horas pico, a esta estrategia para mover la opinión pública en torno a la revocatoria se le llamó “Pare 5 minutos por su localidad”.


Pare cinco minutos por su localidad” fue en este mismo marco de la revocatoria, como hacía septiembre, también se unió como sensibilización para apoyar el Paro del Sur, también jalonado con esa intención, y además respaldando al proceso paz, el sentido era expresar su indignación con relación a la alcaldía, como estaba viendo la salud, el trabajo, el transporte, la educación. La dinámica consistió en ubicarnos en horas pico en estaciones de buses muy concurridas con una tela blanca en la que la gente escribía sus inconformidades con la administración distrital (M. Gil entrevista grupal 30 de agosto de 2020).


Una de las preocupaciones permanentes de las organizaciones y de los movimientos sociales en general, es planear una estrategia formativa que permita ganar solidez en los procesos, así como dar profundidad y amplitud al horizonte político. En tal sentido en la mesa desde sus comienzos se empieza hablar de un proceso colectivo de formación, como la posibilidad de poner en escena y fricción las diversas experticias de las organizaciones que la componían, pero es hasta comienzos del año 2017 que se pone en discusión y diseñó un diplomado, dirigido a los y las participantes de las organizaciones que hacen parte de la mesa, algunas organizaciones cercanas pero que no hacían parte del proceso así como a colegios de la parte media y bajo de la localidad:


El diplomado inició en marzo de 2018 en las instalaciones de una de las organizaciones sociales ubicadas en la parte media de la localidad, se plantearon los siguientes objetivos de la propuesta construida por todas las organizaciones de la mesa5 y que dan idea de los distintos saberes que hacen parte del proceso:


Generar un diagnóstico participativo sobre las problemáticas locales.

Articular la propuesta de educación popular en tanto perspectiva ético-política y pedagógica a los procesos de las organizaciones

Construir colectivamente una estrategia de comunicación popular y alternativa para la localidad de San Cristóbal.

Desarrollar un análisis, reflexión y proyección de las propuestas de economías alternativas en el territorio

Promover un proceso de recuperación de memoria histórica, sobre las luchas y prácticas sociales, políticas y organizativas de la localidad de San Cristóbal

Sensibilizar y reflexionar en torno a la situación de las mujeres, la perspectiva de género y de otras masculinidades.

Facilitar la identificación y construcción de rutas y mecanismos de exigibilidad, incidencia política, movilización social.


El Diplomado se llamó Ricardo Vaca como homenaje a un líder social y trabajador de la cultura quien había fallecido poco más de un año antes de iniciar el proceso, tomamos su nombre con la intención de reivindicar a tantos líderes y lideresas que hacen un trabajo tan importante como anónimo en los sectores populares, el trabajo conjunto y coordinado de las organizaciones le dio cohesión a la mesa, generó también una reflexión desde la experiencia hacia las organizaciones sociales, lo que permitió el reconocimiento de los distintos saberes que se habían encontrado en este escenario. En términos generales la mesa estaba muy satisfecha y animada con el proceso, sin embargo, también y paradójicamente es a partir del diplomado que se empiezan a hacer evidentes las primeras grietas en el proceso.


Para el año de 2019 la EPAO venía priorizando dos aspectos de su trabajo, de un lado el proceso con población campesina en el municipio de Turmequé en el departamento de Boyacá, hacía una apuesta por poder cerrar circuitos alimentarios para avanzar en temas de soberanía alimentaria, la idea consistía en comprar los productos del Plan Alimentario Escolar (PAE) del cual la EPAO era operador, a los campesinos y campesinas del municipio, avanzando en la idea de poder pasar de la seguridad alimentaria a la soberanía alimentaria. Este hecho se vería reforzado con una estrategia de formación política a través de dos líneas, de trabajo: la reconstrucción de la memoria histórica con la población adulta mayor y el fortalecimiento de la identidad campesina con un grupo juvenil que provenía de los grados 10 y 11 del colegio Diego de Torres ubicado en el casco urbano del municipio.


Estas actividades generaban además de los desplazamientos en distancia (120 km de Bogotá) pasar varios días en la región para desarrollar el trabajo, lo que hacía que buena parte de la agenda de la organización se trabajara fuera de la ciudad.


Por otra parte, en el 2018 la EPAO había sido elegida enlace nacional del colectivo Colombia en el Consejo Latinoamericano y del Caribe de Educación Popular CEAAL, este hecho había aumentado los compromisos de trabajo de la organización con el Consejo, entre ellos estaba la compilación y edición de un libro, además de la organización del cuarto encuentro de educación popular, evento a nivel nacional que por sus características tomaba cada vez mayor impulso.


Estos dos hechos coparon buena parte de la agenda de la organización afectando de una u otra forma la disposición y compromiso de la EPAO en la mesa, sumado a esto podría decirse que después del diplomado había quedado un cierto vacío en las actividades en comparación con años anteriores. Hacia el mes de noviembre de 2019 la EPAO finalmente se retira de la Mesa de Organizaciones Sociales del Sur Oriente.


Reflexiones y aprendizajes


La experiencia en procesos de articulación, así como su sistematización nos permitió construir aprendizajes para profundizar, ampliar y reflexionar sobre la organización social, la educación popular y la relación de ambas con el movimiento social, asunto que toma particular relevancia teniendo en cuenta el contexto actual de lucha social en América Latina. A continuación, los presentamos:


El territorio enraíza y construye identidad


Aunque sabemos que para distintos procesos, organizaciones y sectores académicos el territorio constituye una categoría de reflexión- acción recurrente, queremos señalar algunos elementos que consideramos pueden aportar a la discusión de este tema.


El territorio es fundamental al construir y/o articular procesos organizativos; congrega, confiere identidad, enraíza y da sentido a las acciones, es un espacio que desde cierta perspectiva puede ser visto como el resultado de sus luchas históricas; se configura por experiencias vitales, materiales, subjetivas y simbólicas, es un espacio en constante disputa y de construcción de relaciones comunitarias con un fuerte componente ritual y afectivo desde la diversidad que lo compone. Es decir, el territorio está en constante ebullición, es dinámico y lleno de vida.


En la educación popular el contexto y el territorio representan la fuente primaria de reflexión, así lo señala Mejía (2015):


La educación popular ha venido constituyendo una propuesta en la cual los territorios, lo local, hacen que el ejercicio educativo siempre sea contextualizado. Por ello, en medio del planteamiento de una única globalización en singular, esboza la existencia de múltiples formas de ella, en cuanto el capital toma presencia en las particularidades contextuales para realizar un trabajo de lectura de lo local, donde se reconocen las formas de dominación que se dan y de qué manera. (pág. 18)


Esto tiene que ver con la forma en que se leen e interpretan los sucesos políticos, sociales, económicos, culturales o ambientales y el influjo que generan sobre el territorio, constituyendo en últimas la realidad social; se desprende de este hecho una configuración de relaciones, que tiende a estar marcada por pautas culturales hegemonizantes, en las que se desconoce la producción local del saber.


En este horizonte queremos ubicar uno de los principales aprendizajes de la articulación: controvertir el influjo de una realidad dada desde afuera, que configura un determinado tipo de relaciones y estereotipos, por la generación de acciones para construir alternativas, dando relevancia a las expresiones comunitarias que apunten a construir identidad territorial desde la diversidad.


Imaginación política y espistemología


Las distintas acciones que desarrollamos desde las dos experiencias tuvieron un importante esfuerzo creativo que implicó la convergencia de las formas en que entendemos el territorio y la acción social en este, atravesada por el diálogo intercultural, intergeneracional, el consenso y la construcción colectiva del horizonte político, así como su direccionamiento. Todos estos elementos están relacionados con la imaginación política y epistemológica a la que se hace referencia:


Las epistemologías del sur tienen que proceder con lo que denomino sociologías de las ausencias; en otras palabras, transformar sujetos ausentes en sujetos presentes como condición imprescindible para identificar y valorar conocimientos que puedan contribuir a reinventar la emancipación y liberación sociales. (Sousa 2014 y 2017, citado por Sousa, 2019, pág. 23)


Consideramos fundamental transformar las prácticas organizativas procurando que sea la imaginación la que permita encontrar nuevas formas de accionar internamente y en el territorio, ya que persisten algunas viejas prácticas como: la competitividad, el individualismo, la preeminencia de una cultura retórica y poco pragmática, ciertas formas de vanguardismo o expresiones de patriarcalización en los procesos, de allí que se mantenga el interrogante de cómo alimentar la imaginación política y epistemológica para transitar hacia nuevas formas de hacer en las organizaciones sociales y sus procesos de articulación.


En este sentido consideramos que algunas pistas se pueden encontrar en entender de mejor manera el concepto de praxis, que implica una revisión profunda de nuestras prácticas, esto supone entre otras cosas, la posibilidad de armonizar la relación existente entre la dimensión política y la pedagógica, esta última plantea la formación de una subjetividad despatriarcalizada, cuidadora, horizontal, dispuesta al reconocimiento de la diversidad, es decir, una subjetividad dialógica con capacidad de construir consensos y de entrar en disputa por el poder.


Educación popular como punto de convergencia


En un escenario de articulación pueden concurrir un variado tipo de experiencias, todas ellas con intencionalidades diversas, circunstancia que lejos de dividir, permite construir un horizonte amplio de posibilidades, cualquier territorio en que se pueda articular experiencias cuenta con la posibilidad de que más jóvenes, niños, niñas, adultos mayores, líderes o lideresas puedan expresar, potenciar o desarrollar tanto sus capacidades como sus sueños.


Consideramos importante resaltar la educación popular como punto de partida o como punto de convergencia, es decir, en su aporte a la construcción de una estrategia político, pedagógica y metodológica de los sujetos y organizaciones sociales que ayude a dar sentido y permita trazar objetivos comunes, la “Ep asume que su tarea es contribuir a que dichos sujetos populares se construyan, se fortalezcan y reconozcan su capacidad de protagonismo histórico” (Torres, 2014 pág. 19).


La intencionalidad política de la educación popular va en esta dirección y es la de entender la construcción de saber y conocimiento como un asunto colectivo y horizontal, una apuesta por una acción cultural transformadora.


La construcción de una agenda común


La articulación de organizaciones sociales invita a reconocer y construir desde la diversidad que constituye cada una de ellas, con diferentes formas de funcionamiento interno y diversas reivindicaciones que confluyen en el objetivo de tejer relaciones sociales opuestas a las que se proponen desde el orden neoliberal.


Si bien, ese objetivo común permite concertar muchas de las acciones a realizar conjuntamente, es indispensable sensibilizarse y conocer las demandas de cada organización que se articula para que cada una de estas se sienta acogida y acompañada en su lucha, de manera tal, que se reconozca la importancia de los diferentes tópicos (mujeres, educación, trabajo, ambiente, infancias) para movilizar las acciones de las organizaciones y construir un escenario horizontal en el que las actividades conjuntas contribuyan equitativamente a la consecución de los objetivos de cada organización y a los que se plantee el proceso de articulación, sin que pierdan su autonomía u horizonte diluidas o subordinadas a la articulación.


Lo anterior constituye uno de los retos a la hora de articularse e implica dialogicidad en el sentido amplio y profundo que planteaba Freire, requiere como señala Torres (2014) de confianza y humildad, está sumergido en la acción, la reflexión y mediado por el mundo. Además, es necesario convertirlo en un eje transversal que trascienda el discurso para que las luchas de cada organización se consideren como propias, aspecto no muy simple de lograr, ya que, aunque no hay grandes disensos en los objetivos generales de transformación, en los específicos surgen diferencias, por ejemplo, la primacía de ciertas luchas sobre otras al considerarlas más importantes o urgentes porque tienen más arraigo o más trayectoria.


El lugar de la subjetividad


Elementos de la dimensión subjetiva como el afecto, los vínculos que a través de este se construyen, los lazos de confianza, las esperanzas y deseos compartidos son de vital importancia al realizar apuestas colectivas, pues les permiten solidez, se constituyen en fuentes de motivación e incluso, por ejemplo, se ubicaron dentro de los aspectos más importantes para enfrentar las dificultades que trajo consigo la consecución de la Casa de la Cultura Popular.


Asimismo, la construcción de confianza entre las organizaciones tiene un lugar importante y abona el camino para trascender protagonismos y avanzar hacia lazos más solidarios, la confianza al igual que los demás elementos mencionados pasan por la necesidad de compartir diferentes espacios de encuentro en los que además de discutir y llevar a la acción las demandas conjuntas se construyan referentes simbólicos que permitan a las colectividades y a quienes hacen parte de ellas, generar un sentido de pertenencia hacia el proceso de articulación. Es así como los espacios de celebración y reunión contribuyen de gran manera a enriquecer y afianzar estos aspectos de índole subjetivo que entre otros son base de la articulación entre organizaciones sociales.


Para concluir, señalaremos tres aspectos que consideramos pertinente reafirmar, el primero de ellos es la contribución de la sistematización de experiencias a la reflexión sobre nuestras acciones, aspecto que también es de gran relevancia para la educación popular y se hace evidente en el pensamiento de Paulo Freire, existe en este, una frecuente invitación a reflexionar nuestro que hacer para identificar sus intencionalidades, las diversas variables o circunstancias que lo atraviesan y proyectarlo para transformar nuestras prácticas de articulación, es esencial comprender esa relación dialéctica entre la reflexión y la acción para poder generar transformaciones.


Para concluir, señalaremos tres aspectos que consideramos pertinente reafirmar, el primero de ellos es la contribución de la sistematización de experiencias a la reflexión sobre nuestras acciones, aspecto que también es de gran relevancia para la educación popular y se hace evidente en el pensamiento de Paulo Freire, existe en este, una frecuente invitación a reflexionar nuestro que hacer para identificar sus intencionalidades, las diversas variables o circunstancias que lo atraviesan y proyectarlo para transformar nuestras prácticas de articulación, es esencial comprender esa relación dialéctica entre la reflexión y la acción para poder generar transformaciones.


El tercer aspecto es la necesaria y urgente articulación de organizaciones sociales pues permite que se amplíen y fortalezcan los horizontes políticos, así como sus objetivos de transformación, la cantidad de personas y territorios a los que llega su accionar.


1 Localidad de Bogotá ubicada hacia el suroccidente

2 Localidad Ubicada al sur de la ciudad de Bogotá

3 La media luna del sur es una categoría para mencionar las localidades que componen el sur de la ciudad, que van desde Santa fé, en el centro oriente, San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe al suroriente, Usme y Ciudad Bolívar al sur, Bosa y Kennedy al suroccidente. Estas localidades se caracterizan por condiciones económicas, sociales y culturales similares que conforman en el mapa de la ciudad una figura semejante a la media luna.

4 Al respecto del tema se puede tomar como ejemplo: https://razonpublica.com/penalosala-emprende-de-nuevo-contra-los-humedalesde-bogota/ https://www.vice.com/es_latam/article/vbaj5b/enrique-penalosa-es-un-pesimo-alcalde-acatodas-las-razones

5 Las organizaciones que para ese entonces hacían parte de la mesa eran: Colectivo Loma Sur, Colectiva Mujeres de Mi Barrio, Colectivo Murga del Común, Colectivo A.C.M.E (Acción Contra Mi Estado), Corporación AITUE, Colectivo C.A.O.S (Conciencia Arte, Organización San Cristóbal), Fundación Creciendo Unidos, Fundación EPAO (Escuela Popular de Artes y oficios), Fundación Avesol (Asociación de Vecinos Solidarios), Red de Derechos humanos REDHUS (Red de Derechos Humanos).



Referencias


Buitrago, L. E. (2016). Tejer resistencias y conocimiento social desde la articulación. En L. Cendales, M. R. Mejía, & J. Muñoz, Pedagogías y metodologías de la educación popular. Se hace camino al andar (págs. 161-183). Bogotá: Ediciones Desde Abajo.


Guzmán, E. (2018). La historia de la organización juvenil en el suroriente capitalino. En L. C. Xavier Luz, O. Perez, & R. Marinho, Juventudes, Subjetividades e Sociabilidades (págs. 213 -240). Teresina: Edufpi.


Perez, J. (2015). La Casa de la Cultura Popular los libertadores, lugar de fortalecimiento de formas de saber y hacer de otro modo. Trabajo de grado obtenido no publicado, Universidad Santo Tomás, Bogotá.


Sistematización de los antecedentes, cartografía y experiencias de la casa cultural para la convivencia pacífica de la localidad de San Cristóbal. (2014). Bogotá, Colombia.


Santos, B. de Sousa (2019). El fin del imperio cognitivo. Madrid: Editorial Trotta.


Torres, A. (2014). Educación Popular, Trayectoria y Actualidad. Bogotá: El Buho.


PAIDEIA, No. 26. Universidad Surcolombiana / Facultad de Educación, 2021