Sobre los cambios empresariales para enfrentar la pandemia global.

Resumen

Evidentemente, la pandemia global ha generado cambios significativos en la humanidad, pero el propósito es reflexionar un poco sobre los desafíos y cambios que han realizado las empresas para lograr la supervivencia en tiempos de pandemia.

Barnard (1959) define la organización como un sistema de actividades o fuerzas conscientemente coordinadas de dos o más personas y manifiesta que cree en el poder de “cooperación de los hombres de libre voluntad para formar hombres libres para cooperar”. Según el autor, sólo cuando cada uno acepta libremente la responsabilidad es capaz de entrar en esa comunión de hombres, de la cual surgen tanto el comportamiento individual como el cooperativo. Quizás, el carácter cooperativo es la herramienta invisible que contribuye a la adaptación y mejora en tiempos de crisis.

La Organización Internacional del Trabajo, estima que los ingresos laborales globales han disminuido en un 10,7%, equivalente a $ 3,5 billones, en los primeros tres trimestres de 2020.

Según WEF (2020), la enfermedad ha afectado a varios trabajadores de manera diferente, pero empleados de empresas como Google y Facebook han seguido el teletrabajo, mientras que los empleados que deben tener presencia personal en el trabajo se han visto muy afectados.

Así que, para las empresas, al tener el dilema entre el cuidado del recurso humano y la producción en sí, el COVID-19 aceleró a las empresas para implementar herramientas digitales, antes de la pandemia, ya los consumidores exigían servicios o productos sin contacto y en línea (WEF, 2020).

Schwab (2016) argumentó sobre los beneficios potenciales de la cuarta revolución industrial, pero también dejó claro, que este proceso de transformación solo beneficiaría a quienes sean capaces de innovar y adaptarse. En ese momento, no se pensaba en una pandemia global que cumpliese el rol de un impulsor que obligaría a las empresas, a los gobiernos, a los líderes y a los ciudadanos a aprender a implementar en sus vidas las nuevas formas de trabajo, de educación y de interacción, todo por la supervivencia.

En este sentido, el WEF (2016) enfatiza que las empresas que tardan en cambiar, en particular las pequeñas, se han vuelto especialmente vulnerables a las interrupciones de los nativos digitales. Las decisiones tecnológicas que tomen ahora los empresarios, determinarán no solo su éxito futuro, sino también el éxito de sus empleados, clientes y socios.

Entre la incertidumbre por el futuro y la confianza de la capacidad humana para sobreponerse, está claro que el panorama económico a nivel mundial es contingente. La situación de pandemia causada por el COVID-19, las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, los cambios dramáticos en el comercio internacional y la agitación política han desencadenado tensión social, empeoramiento de la desigualdad y una necesidad más urgente de fomentar la cooperación (WEF, 2020). Si el deseo más próximo de la humanidad, es una mejor salud mundial, una mayor sostenibilidad, un desarrollo más inclusivo y mejor progreso económico, entonces el espíritu cooperador de Chester Barnard es un medio para llevarlo a la praxis.